Salud

21/4/2021

Centralizar e intervenir el sistema de salud en toda la provincia de Buenos Aires

Ante el colapso sanitario y récord de contagios.

A la campaña derechista contra la suspensión de clases presenciales en el AMBA, Juntos por el Cambio le suma el rechazo al Sistema de Gestión de Camas (SIGEC) en la provincia de Buenos Aires. La bolsonarista Patricia Bullrich, presidenta del PRO, acusó directamente al gobierno de Kicillof de “meterse con la libertad de las personas” y de intervenir el sistema de salud privado al requerir la información de camas disponibles en el sistema sanitario.

Todo esto cuando sigue el crecimiento exponencial de contagios con un pico de más de 14.000 casos diarios en el territorio bonaerense. El total de contagios en la provincia se acerca al millón doscientos mil desde el inicio de la pandemia, y son dos millones y medio los vacunados con una dosis para una población de 17 millones, mientras que solo 268.549 bonaerenses completaron el esquema de vacunación.

“Centralización” light

A pesar de que el limitado decreto presidencial -al que adhirió Kicillof- restringe la aplicación de las medidas a los municipios en fase 2 del Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA), desde el lunes pasado son varios los municipios del interior de la provincia que piden ser incorporados a las restricciones de circulación y suspensión de clases presenciales. Es lo que sucedió con Zárate, Castelli, y General Villegas. Los reportes de estos distritos dan cuenta del impacto provincial de la pandemia y del colapso del sistema de salud. El director del hospital municipal de General Villegas declaró que inevitablemente comenzará la “selección natural” de a quién colocar el respirador y a quién no por la falta de estos aparatos indispensables para los pacientes más comprometidos. Lo mismo ocurre en Trenque Lauquén y Olavarría con la capacidad colmada.

Mientras la prensa kirchnerista presentan este Sistema de Gestión de Camas (SIGEC) como una centralización en la emergencia dictada por la segunda ola expansiva del coronavirus, el propio gobierno del Frente de Todos rechazó públicamente, por boca del ministro de salud Daniel Gollán, que se pretenda intervenir el sistema de salud privado. Una vez más, domina la política de apaciguamiento y contemporización con el capital cuando los “privados” ocultan y fraguan los datos fehacientes de camas y respiradores disponibles. Con el colapso del sistema público de salud en marcha, Kicillof desempolva el SIGEC, que es un registro estadístico de la disponibilidad de plazas y aparatos en la pandemia, agregando ahora, que deberán suspenderse las cirugías no esenciales cuando la capacidad hospitalaria rebalse el 70% para poder afectar integralmente los nosocomios a los enfermos por Covid. Frazada corta.

 Crisis sanitaria provincial

Muy poco frente a una catástrofe sanitaria y mientras se sigue subsidiando a los sanatorios y clínicas privadas con fondos del Estado y recursos de los trabajadores (Ioma). En verdad, el Sistema de Gestión de Camas (SIGEC) no es nuevo y tiene ya un año de existencia, lo que no ha impedido el estado de saturación hospitalaria, de terapias al límite y de traslados forzosos de pacientes por falta de plaza o respiradores. A la crítica condición del Conurbano y CABA, donde el porcentaje de ocupación de camas UTI escaló, según Alberto Fernández, al 73%, hay que agregarle la región de La Plata, Berisso y Ensenada que es un epicentro de los contagios por la circulación de la nueva cepa de Manaos.

Kicillof está dejando hacer a los intendentes macristas de Bahía Blanca y de Mar del Plata que se niegan a suspender las clases presenciales en un cuadro explosivo de contagios, y en el caso del municipio sureño de saturación del sistema público de salud. El paro de la docencia bahiense reclama la suspensión inmediata de las clases presenciales y un programa integral de vacunación, un plan de obras para poner en condiciones las escuelas y recursos e inversión para garantizar los insumos para la virtualidad.

Qué intervengan los trabajadores

La gravísima situación sanitaria exige un paquete de medidas de emergencia y un aumento del presupuesto para la salud cortando de cuajo el drenaje de la deuda externa bonaerense. Centralización e intervención del sistema de salud poniendo todos los recursos de los privados en manos del Estado. Es necesario que se declare de interés público el laboratorio del grupo Sygman para producir y distribuir las vacunas necesarias para toda la población. Testeos masivos. Aumento de emergencia a todos los trabajadores de la salud. Protocolos obreros en los lugares de trabajo bajo control de los trabajadores.

La defensa de la salud es una bandera de primer orden de todos los sindicatos combativos frente a la pasividad de las burocracias sindicales ¡Qué se extienda la emergencia a toda la provincia de Buenos Aires incluyendo la suspensión de las clases presenciales!

 

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