Salud

29/4/2020

Contagio masivo en la Clínica San Carlos: fallece la médica Elena Rojas por coronavirus

Tras una semana de denuncias y protestas de trabajadores y familiares de internados en la Clínica San Carlos (Escobar), la misma fue clausurada tras confirmarse 23 casos positivos entre médicos, enfermeros, familiares y abuelos y 2 muertos, y fue llevado adelante el traslado de una treintena de pacientes a distintos centros médicos. Uno de estos traslados fue el de la abuela de una compañera del Polo Obrero Savio que contrajo el virus tras ingresar a la clínica por dolores estomacales y que finalmente falleció. A este desastre sanitario, sumamos el fallecimiento de la médica Elena Rojas este martes tras infectarse en la clínica.


El reclamo que levantó la comunidad no pudo ser esquivado por el Ejecutivo local y las autoridades del PAMI, que no se privaron de hacer una puesta en escena para los medios que llegaron a cubrir la clausura. En esa rueda de prensa, el intendente Ariel Sujarchuk declaró que “Hoy dijimos basta. Somos una gestión que no le escapa a los problemas. Por eso, para evitar más contagios y muertes, hoy nos hacemos cargo”. Lo cierto es que las declaraciones del intendente desnudan que durante toda su gestión esquivar el “problema” de la Clínica San Carlos fue una constante a pesar de las reiteradas denuncias de negligencia y abandono de persona que pesan sobre la clínica.


Aún con esta situación, no se han realizado todos los hisopados necesarios para trabajadores y familiares que tuvieron contacto con los enfermos, como prometió el director de Salud Municipal Juan Manuel Ordóñez.


La “municipalización” de la clínica: un salvataje a los empresarios


A mediados de febrero y tras el envío desde el Ejecutivo local, el Concejo Deliberante aprobó el acuerdo marco para la compra de las acciones de la clínica a las firmas Mali S.A. y Salutis S.A. -la titularidad de ambas firmas en manos de Norma Mazzini y de la familia Linares: Carlos Linares, Patricia Linares y Florencia Linares.


La administración comunal de la clínica no solo sería una “respuesta” al desastre y una eventual mejora del “servicio”, sino una fuente de ingresos espectacular, considerando los más de 22 mil afiliados al PAMI que se atienden allí. Por otro lado, los propietarios actuales quedan eximidos de años de desfalco contra la salud y la vida de los jubilados y sus trabajadores. Un salvataje gigantesco.


Sujarchuk, en su alocución, deslindó de cualquier responsabilidad a la Municipalidad sobre el desastre sanitario acaecido, a la vez que anunciaba la intervención comunal junto al PAMI a partir del próximo mes. La lavada de manos de Sujarchuk es monumental si consideramos que desde hace dos semanas se conocía la situación respecto al virus en la San Carlos, que el municipio sabe con todo detalle la desidia con la que se maneja (los vecinos llaman a la clínica la “mata-abuelos") y que desde febrero se votó la adquisición de la misma. Queda otra vez en evidencia que el parloteo oficialista cuesta la vida de los trabajadores.


Sujarchuk insiste con la flexibilización


En un contexto donde los casos de infectados arrecian en el distrito, el intendente se despachó en su cuenta de Facebook con el llamado a la “conciencia social y al autocontrol” en esta próxima etapa donde, a través de la firma de un decreto, ampliaría la circulación y actividades comerciales para “encender la economía” ante el ahogo presupuestario en el que, según planteó hace algún tiempo, caería inevitablemente la comuna. Sujarchuk contrapone el llamado a fortalecer “las medidas de higiene y cuidado personal” con el sostenimiento de la cuarentena, porque lo que se pretende es salir cuanto antes de esta última para garantizar el lucro de los empresarios y sectores que aún no han sido alcanzados por la flexibilización nacional. En este punto, queda aún más evidenciado que para Sujarchuk, el lucro está por encima de la salud y vida de los trabajadores.


Esta publicación –donde por su contenido y forma quedaba totalmente expuesta- tuvo que ser dada de baja cuando fue sacudida por la bronca e indignación de los vecinos, y ser cambiada horas después por otra más “amena”, pero de similar contenido.


El planteo de unificación del sistema sanitario público y privado, comandado por comités de trabajadores y trabajadoras, toma mayor importancia cuando vemos lo sucedido en la San Carlos. La implementación de protocolos sanitarios en los lugares de trabajo debe ser garantizado por la organización de los trabajadores y vecinos. De ninguna manera el lucro puede estar por encima de nuestra integridad. Denunciamos a Sujarchuk y las autoridades sanitarias provinciales y locales por propiciarlo y reclamamos la sanción a los responsables de lo sucedido en la Clínica San Carlos. La defensa de la cuarentena por el resguardo de nuestra salud choca con los intereses capitalistas y especuladores. De nuestra intervención depende superar esta crisis.