La situación epidemiológica de la provincia se grava. Así lo indican la tasa de contagios, y el nivel de ocupación de camas críticas. Este indicador pegó un salto en las últimas semanas, y a la fecha llegó al 60,7 %. Cabe recordar que durante toda una etapa el gobierno se basaba en este índice para decir que la situación estaba controlada, pero el sistema de salud ya está colapsando.

El pasado fin de semana se registraron 2919 personas contagiadas, y muertes en el territorio cordobés. La provincia se acerca a los 30 mil contagios. El elemental indicador de cantidad de trabajadores de la salud contagiados también sube, lo que prefigura una situación sanitaria más crítica. Se sabe el contagio del personal de salud resiente aún más la atención. Todo esto lo denunciaron oportunamente las y los trabajadores de la salud, y sin embargo no se les respondió satisfactoriamente.

El Hospital Misericordia cerró la unidad de terapia para volcar su atención a pacientes Covid. Además, las camas de Terapia Intensiva para la atención de pacientes también se van ocupando en el sistema privado.

Por todo esto, la situación sanitaria de la provincia se va a complicar aún más, desde el punto de vista de la capacidad técnica para atender pacientes, que es el indicador que hay que tener en cuenta. El gobierno no hace hincapié en el mismo porque las y los trabajadores de la salud están entre el conjunto de trabajadores esenciales víctimas del ajuste.

Vale tener en cuenta que en ciudades del interior provincial, el porcentaje de camas críticas ocupadas es superior al promedio provincial, como por ejemplo en Jesús María, en donde semanas atrás el Hospital Vicente Agüero ya rondaba el 80 %. Este nosocomio atiende la demanda de todo el norte cordobés. Los especialistas indican que cuando se llega al porcentaje señalado el riesgo de colapso es alto, pero en Jesús María hasta ahora no se tomaron medidas para evitar el desborde.

En el otro extremo de la provincia, Río Cuarto retrocedió de fase para darle un respiro al sistema de salud de la zona. Sin embargo se fueron levantando las restricciones por presión y agitación de las patronales en los medios. Esto sumado a que para muchas familias que viven al día, la vuelta a fase 1 es no tener ni la posibilidad de conseguir la comida diaria.

En este marco, el ministro de Gobierno de la Provincia de Córdoba, Facundo Torres, anunció una restricción de la circulación nocturna en 44 municipios. Se insiste en instalar que los contagios se dan por la noche. Con este tipo de medidas se busca aplanar la curva de contagios, y se afirmó que las autoridades locales de cada ciudad junto con la Policía serán quienes controlen.

El gobierno no responde a los reclamos del conjunto de trabajadores de la salud, los operativos de detección están siendo insuficientes, y quienes alcanzan a hisoparse tienen que sobrellevar largas colas a la intemperie

Lo que sí hay es un operativo de Schiaretti y Cardozo (ministro de Salud) para continuar en la misma orientación que viene fracasando. En este punto, las restricciones nocturnas son una coartada para seguir en el mismo rumbo.

A la luz de los hechos, queda claro que el levantamiento de las medidas de aislamiento de la población no respondieron a la capacidad del sistema de salud, ni a razones epidemiológicas, sino que fue el resultado de la presión de los lobbies empresariales para quienes Schiaretti gobierna

Las personas que se contagian son los trabajadores de actividades que se han ido autorizando sin más criterio que la presión patronal, que además trabajan sin protección. Hay una responsabilidad del gobierno en no controlar

La legisladora por el Partido Obrero en el FIT, Soledad Díaz García, en la legislatura presentó todo un programa para responder a los reclamos de las y los trabajadores de la salud, y en defensa de la salud de toda la población. En ese sentido se propuso la centralización del sistema de salud, y el reforzamiento presupuestario del mismo.

Es necesario que se mantenga una cuarentena bajo criterios sanitarios, con asistencia estatal a trabajadores desocupados o sin ingresos para atravesar esta etapa sin exponerse al contagio por salir a conseguir recursos para subsistir.

El PJ en el gobierno siempre olvidó de que con hambre no hay cuarentena, y que donde hay una necesidad hay un derecho.