Salud

22/6/2021

Entre Ríos: en el medio del colapso una clínica privada no recibe pacientes con Covid

Se trata de la Cooperativa Médica de Concepción del Uruguay.

La Cooperativa Médica está conformada, en su mayoría, por médicos muy reconocidos de la zona quienes son sus más importantes socios. Esta clínica posee 12 camas de terapia y no recibe ningún paciente con Covid, ni siquiera en el peor momento de la pandemia, cuando en nuestra región, a la fecha, hay un caso activo cada 150 habitantes y con el hospital público sin camas.

Entre Ríos, una provincia con un millón y medio de habitantes, tiene solo 128 camas instaladas en unidades de terapia intensiva en hospitales públicos, y 140 en el privado. Ha estallado, como en otras provincias, el sistema de salud. Hay un promedio, en las últimas semanas de 1.300 casos diarios y los últimos reportes de fallecimientos superan las 20 personas por jornada.

Fue ante el colapso del sistema de salud público de camas de terapia en el hospital J.J. Urquiza de Concepción del Uruguay, uno de los tres nosocomios públicos más importantes de la provincia, que comenzaron a salir cuestionamientos respecto de la Cooperativa Médica por parte de trabajadores de dicha institución, que laboran a destajo atendiendo pacientes graves por Covid cobrando salarios de pobreza, a sabiendas de que si se abren las puertas de la Cooperativa, se descomprimiría, en parte, la gravedad de la situación.

Es “vox pópuli” que desde el inicio de la pandemia hubo un “acuerdo” con la Cooperativa, donde los pacientes con Covid-19 en situación de internación en terapia intensiva ingresaran al efector público mientras que, para el resto de las patologías, las internaciones se producirían en la clínica privada.

De esta manera, el hospital público provincial Justo José de Urquiza de Concepción del Uruguay le garantiza las ganancias a la patronal de la clínica privada Cooperativa Médica, a costa de la vida de la población.

El mismo jefe de terapia intensiva del hospital Urquiza, Dr. Gustavo Roldán, justificó que al Estado le cuesta 50 mil pesos diarios una persona internada con coronavirus en terapia intensiva, donde tales atenciones suelen ocupar una cama por alrededor de 14 días (Radio Nacional Concepción del Uruguay, 7/6).

Esta es la razón por la que otras patronales privadas prestadoras de salud están pataleando por estos costos, ya que un enfermo que requiere cuidados intensivos por Covid desde que ingresa hasta que sale de una terapia intensiva, insume como mínimo 700 mil pesos. Lo que no dicen los privados es que reciben ingresos millonarios por parte de los trabajadores afiliados, a través de las obras sociales y las prepagas.

En este marco, con pacientes en estado crítico esperando días enteros una cama, el silencio y la inacción del gobierno son abrumadores, incluso por parte de funcionarios de la cartera de salud en beneficio de sus colegas capitalistas. Es el caso del director del Hospital Urquiza, Pablo Lombardi, y el del intendente de Concepción del Uruguay, Dr. Martín Oliva (PJ), que a su vez es un reconocido médico cardiólogo; ambos de roles y labores protagónicas otrora en la Cooperativa, y de la que se desconocen si siguen ligados.

También cabe destacar el papel del titular de la regional del Pami, Dr. Sergio Bertelotti, otro profesional de la salud de larga experiencia en el funcionariado de los gobiernos pejotistas, un invisible en estos días de colapso, a pesar de que afiliados del PAMI, que capitan mes a mes en la Cooperativa Médica, no son admitidos y se derivan a un hospital público en el que no se saben si van a tener una cama disponible.

Además, en este año y cuatro meses de pandemia los gobiernos han destinado ínfimos montos a ampliar y mejorar el sistema de salud, tal es el caso del hospital Urquiza que ha reemplazado algún antiguo respirador por alguno más nuevo y nada más, pero que la cantidad de camas disponibles en UTI es la misma que en marzo de 2020.

En este cuadro, desde el Partido Obrero consideramos que es vital impulsar la centralización del sistema de salud. Un aumento en el presupuesto de salud pública, para que los hospitales amplíen su capacidad, para prontamente descomprimirlos, ya que de esta manera se incrementarán la cantidad de camas, respiradores y atenciones para la población. La recomposición salarial de los trabajadores del sector. Todo un verdadero programa para enfrentar la pandemia y poner como prioridad la salud de la clase obrera. El dinero para llevar adelante este programa tiene que provenir del cese del pago de la deuda externa, la ruptura con el FMI y un verdadero impuesto a las grandes fortunas y rentas, como el presentado por el FIT-U.