Salud

17/8/2020

Falta de personal, de protocolos y aislamiento en el Hospital Moyano

Se aceleran los contagios de personal y pacientes.

En el hospital Moyano los casos de Covid-19 entre los trabajadores van en franco aumento. Los mismos han llegado no solo al personal de salud, sino que ya se han registrado entre el de seguridad y de limpieza. Son varios los servicios que se reportan en “alerta amarilla”, no solo porque enfermeros y/o médicos resultan positivos, sino también porque las pacientes continúan a su vez contagiándose al mismo ritmo.

Ante cada caso confirmado se procede a aislar a la paciente afectada en una de las salas individuales que cada servicio tiene, para ser derivada luego al sector exclusivamente destinado a casos de Covid-19. Si bien se realizan hisopados a los contactos estrechos de cada contagio, la medida se ha revelado insuficiente, porque no ha logrado frenar la propagación al interior del hospital. Así los servicios pasan de anunciarse libres del virus a declararse en alerta amarilla permanentemente.

Dada la falta de un aislamiento efectivo en cada sector, la circulación viral se acelera a pasos agigantados. Con la mayoría de la planta médica aislada o contagiada comienzan las rotaciones de enfermeros para cubrir servicios sin personal, lo que la profundiza todavía más. Esto pinta de cuerpo entero una verdadera desidia por parte del Gobierno de la Ciudad, ya que las internas del neuropsiquiátrico son en su mayoría pacientes de riesgo.

En sintonía con el gobierno nacional, que encubre a los verdaderos contagiadores, las autoridades del hospital hacen énfasis únicamente en la utilización de los EPP (Equipos de Protección Personal) por parte del personal. Esto, como si los mismos hubieran sido entregados generosamente desde el primer momento, cuando en realidad empezaron a garantizarse únicamente luego de que algunos trabajadores recurrieran a medidas cautelares. Las autoridades buscan colocar el eje en el cumplimiento del protocolo, aún cuando los equipos de protección son defectuosos o incompletos. Se trata de toda una orientación de expiar culpas entre los trabajadores desligándose de las responsabilidades que les caben.

La pandemia se ha llevado la vida de muchos trabajadores de la salud por no contar con los equipos de protección necesarios, por ausencia de protocolos efectivos o por la negativa de las instituciones de salud a brindarle licencias a quienes se ubican como pacientes de riesgo. Es indudable que por mucho que se busque responsabilizar al personal sanitario de sus propios contagios, la desidia del Estado y de las clínicas privadas es la raíz del problema.

Ante esto, se hace necesario un verdadero aislamiento y creación de protocolos para extremar y mejorar el cuidado y prevención de los trabajadores -como los que elaboraron los compañeros del Sutna, del Inti o de Aluex-, cuya ejecución y control sea llevada a cabo por los mismos trabajadores.

Es menester la triplicación presupuestaria en salud, para dotar de insumos al sistema sanitario y llevar a cabo una recomposición salarial para sus trabajadores, eliminando así el pluriempleo y las jornadas extenuantes. Es de vital importancia el inmediato ingreso de todo el personal a planta permanente.

Este financiamiento debe darse mediante el no pago de la deuda externa y un verdadero impuesto a grandes rentas y fortunas. Por la centralización de los subsistemas de salud -público, obras sociales y privado- bajo un comando único.