Salud
26/4/2020
Héctor Bornes, primer médico fallecido por Covid-19 en Buenos Aires
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El último jueves por la tarde se conocía la muerte del primer médico en Buenos Aires como resultado del Covid-19. Se trata del Dr. Héctor Bornes, un trabajador de la salud de 56 años que vivía en el distrito de San Vicente. Tan solo algunas horas antes de su fallecimiento se confirmó el diagnóstico positivo de coronavirus. Al mediodía fue internado en el Hospital Ramón Carrillo de San Vicente y horas más tarde fue derivado al Hospital Cuenca de Cañuelas con serias dificultades respiratorias.
Bornes había presentado síntomas compatibles con el coronavirus, luego de haber trabajado por última vez el día 14 de abril. El médico decidió auto aislarse en su domicilio con su pareja (médica pediatra del Hospital de San Vicente, quien también resultó positiva del Covid-19).
El doctor se desempeñaba como médico clínico en el Hospital Marzetti del distrito de Cañuelas y presentaba patologías de riesgo, enfermedad cardiovascular y una plaquetopenia, que se traduce en un estado inmunológico alterado (Infocañuelas 23/4). A pesar de tener estos antecedentes médicos, no se le otorgó la licencia correspondiente para resguardar su salud. El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires es el responsable de la ausencia de controles con respecto a las condiciones en las que están trabajando los médicos, tanto en las clínicas privadas como en los hospitales públicos, poniendo en riesgo la vida de los trabajadores de la salud.
Recordemos que hace apenas una semana, también en el Hospital Cuenca, falleció el enfermero Silvio Cufré por coronavirus. El enfermero trabajaba en Instituto Médico de Brandsen, una clínica privada que está siendo investigada por ocultar casos de pacientes con sospechas de Covid-19 (Clarín 18/4). En ésta clínica, por desidia de la patronal y ausencia de controles por parte del Ministerio de Salud, Silvio (también oriundo de San Vicente) contrajo el virus, agravado por antecedentes de hipertensión, diabetes y obesidad.
San Vicente se coloca como un foco caliente de transmisión, presentando 17 casos confirmados, con 2 muertes, ambos trabajadores activos de la salud.
Por su parte, el municipio de Cañuelas, con Marisa Fassi a la cabeza, emitió un comunicado en donde menciona que “ésta tragedia debe hacernos reflexionar sobre la necesidad de extremar los cuidados para el personal de salud, el más expuesto en la lucha contra este enemigo invisible. Y sobre la necesidad de no relajarnos en el esfuerzo por evitar la propagación del Covid-19, manteniendo estrictamente las medidas de aislamiento”. Nada dice sobre las licencias no otorgadas a tiempo al personal de salud que se encuentra en grupo de riesgo y que fueron los motivos principales para agravar el cuadro del coronavirus tanto en el Dr. Héctor Bornes como en el enfermero Silvio Cufré. Mientras que Fassi menciona que el mantenimiento del aislamiento es necesario, hay trabajadores que se encuentran dentro del rango esencial, que deben salir a trabajar todos los días, y es el Estado el que debe garantizar las medidas de protección adecuadas para que los trabajadores no pongan en riesgo sus vidas.
Argentina, con el porcentaje más alto de contagios en trabajadores de la salud
Los contagios por coronavirus entre el personal de la salud crece día a día, sobre todo en las clínicas privadas en donde los controles son escasos o nulos, sumado a la exigencia de la patronal para que los trabajadores realicen sus tareas con los mínimos elementos de bioprotección y en muchos casos con falta de insumos. En las dos últimas semanas se dieron a conocer números abruptos de contagios en el personal de la salud: 19 contagios en el Hospital Italiano, 40 casos en Sanatorio de la providencia en CABA, al menos tres hospitales provinciales con más de 10 casos (el Manuel Belgrano de San Martín, el Gutiérrez de La Plata) y 7 en el Paroissien de La Matanza. Con estos números aberrantes, nuestro país, se encuentra superando la media mundial de infectados entre trabajadores de la salud. Casi el 20% de los infectados en el país corresponde al personal de la salud (Clarín 24/4).
En uno de sus discursos, Alberto Fernández mencionó que el crecimiento de la curva de contagios estaba por detrás de lo esperado, sin embrago, muchos expertos salieron a cuestionarlo, y con razón. Éste dato no puede ser exacto mientras no se realicen los testeos masivos tanto en el sistema de salud como en toda la población. Si la cuarentena obligatoria es una condición para achatar la curva de contagios y para que el sistema de salud no colapse, se debería comenzar por garantizar las medidas de bioprotección en el sistema sanitario y no someterlos a una desidia arriesgando sus vidas en los lugares de trabajo, con total responsabilidad del Estado.
Es necesario que los trabajadores se organicen a través de asambleas para exigir los testeos al personal de salud y a los pacientes como lo hicieron en el Hospital Belgrano, en donde también reclamaron elementos de bioprotección y un relevamiento de la evolución de los contagios.
El aumento marcado en el porcentaje de contagios en el personal de salud y la falta de control con respecto a las condiciones de trabajo, deja en claro, una vez más, la necesidad de la centralización del sistema de salud público y privado por parte del Estado bajo control de los trabajadores. Del mismo modo, es fundamental, reconvertirlas ramas industriales de todos aquellos sectores no esenciales para garantizar el abastecimiento de todos los recursos sanitarios como barbijos, elementos de bioprotección y respiradores.