Salud

27/5/2024

CABA

Hospital Borda: cárcel y condiciones de trabajo e internación inhumanas

El Estado es responsable.

Muchos denuncian que el centro se parece cada vez más a una prisión.

Trabajadores, pacientes y sus familiares denuncian que el centro neuropsiquiátrico se asemeja cada vez más a una prisión. Sucede que la Unidad Penitenciaria N°20 avanza por sobre el centro de salud.

El Hospital Interdisciplinario Psicoasistencial José Tiburcio Borda, ubicado en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, tanto en su exterior como interior, luce inmensos barrotes y rejas reforzadas en puertas y ventanas. También hubo un incremento (en los últimos meses) de las fuerzas policiales, con oficiales sin ningún tipo de preparación previa que tratan con enfermos psiquiátricos y/o adictos en recuperación. Efectivos que se pasean por el edificio con sus armas reglamentarias, hecho que está prohibido por una ley que protege a los internados. “De mínima lo que nosotros pedimos, y lo venimos haciendo hace años sin que nos den pelota, es que los policías no tengan armas de fuego dentro del hospital. Hay pacientes que pueden tener crisis, dentro de su patología, y si ven un arma pueden tener esa crisis” afirma un medico.

“…Cada vez son más los presos comunes que, por orden y presión política de los juzgados en el criminal y correccional de Nación y de la Ciudad, son alojados de manera compulsiva, haciéndolos pasar por internos con padecimientos psíquicos” (El Editor, 18/5). Un fraude donde el propio Estado es protagonista principal.

A este contexto se le suman las paupérrimas condiciones habitacionales y de infraestructura que sufre la institución: pabellones abarrotados de internados sufriendo condiciones de hacinamiento (tanto los presos como los internados), otros inutilizables por cortes de luz, inundados (con aguas contaminadas), con paredes y techos en amenaza de caída, baños donde la higiene no existe (con inodoros y piletas rotos, falta de luz y en algunos casos de agua). Esto fue transformando al Borda en un depósito de presos y pacientes, muy lejano a un centro de salud.

Similar situación padece el vecino Hospital Moyano. Amerita recordar que hace pocos días (14 de mayo) una de sus salas sufrió un incendio, provocando que ochenta internados sean evacuados y deban pasar una muy fría noche en el patio. Los perecientes de enfermedades mentales reciben tratos inhumanos.

“La situación es desesperante y en cualquier momento va a pasar una tragedia. Ya no sabemos a quién recurrir. Los profesionales estamos siendo extorsionados para convertir al Borda en una cárcel, con los riesgos que ello implica para nuestra integridad y la de los pacientes” declaró un medico.

Alcaldía que no solo afecta en lo visual o implica la falta de lugares para la atención medica, sino también en lo referente a los elementos básicos para el tratamiento médico. Laburantes del hospital denuncian que la farmacia es utilizada por el servicio penitenciario para el trato de los reclusos. Ya antes los fármacos no alcanzaban para los internados, ahora la situación empeora. El ajuste que se desarrolla en la salud pública lo complica aún más.

La “internación de presos”, como lo llaman los trabajadores del Borda, es la (no) solución a la crisis penitenciaria, que ha dado como resultado más de 120 reos fugados e innumerables casos de hacinamiento en cárceles y comisarías. Como respuesta, tanto el Ejecutivo nacional (encabezado por Patricia Bullrich) como el de la Ciudad de Buenos Aires (Jorge Macri, PRO) resuelven, no solo enviar presos comunes al Borda, sino también instalar celdas contenedores muy próximas a lugares de juego de plazas públicas, como sucede en el barrio porteño de Villa Soldati. No solucionan las precarias condiciones de alojamiento de los presos y empeoran las de esparcimiento público.

Mientras todo esto ocurre, las cabezas de las estructuras narco y de la trata nunca son alcanzadas ¿será acaso porque estas son las que financian a los grandes partidos patronales?.

El antiderechos liberfacho Milei está avanzando con la ampliación de la unidad carcelaria. Pero no solo eso, también le ha quitado a los internados su emisora radial, FM 100.3 La Colifata, que realizaba programas bajo la conducción y realización de los propios pacientes, que funciona como medio de estimulación y tratamiento de sociabilización.

Es un ajuste que pone en severo riesgo la salud física y mental del pueblo trabajador. Recortes y quita de derechos, que provocan la apertura de las puertas del centro médico sin control alguno de que pacientes pueden deambular por la ciudad.

Sucede que detrás del avance de la cárcel y el total abandono de pacientes y trabajadores hay un enorme negocio especulativo inmobiliario. Las tierras de Barracas desde hace tiempo se han convertido en objetivo de importantes inmobiliarias. Esto, con el fin de expulsar a laburantes y levantar importantes rascacielos.

No a la cárcel en el Hospital Borda. Por un sistema penitenciario bajo control de las organizaciones sociales de las barriadas y de derechos humanos. Basta de hacinamiento, no a las cárceles contenedores en las plazas públicas. Fuera los especuladores inmobiliarios. Triplicación del presupuesto sanitario. Plan de obras públicas y de infraestructura en el Borda. Todos los centros, hospitales y salitas, deben estar bajo control de los trabajadores.

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