Desde la tarde del pasado jueves 28 de diciembre el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) se encuentra invadida de mosquitos. Especialistas afirman que la causa se centra en la gran cantidad de precipitaciones y el clima húmedo: condiciones fenomenales para el alojamiento y reproducción de sus larvas.

Insectos que no solo son molestos con su peculiar zumbido, sino algo mucho más complicado: según informa la Secretaría de Salud de la Nación, traen consigo el Dengue. Enfermedad sobre la cual se han reportado más de 135 mil infectados y 68 fallecidos a nivel país.

Como medio preventivo, tanto desde las autoridades nacionales como provinciales y municipales, pidieron al pueblo no dejar cacharros ni contenedores con agua estancada, y la utilización cotidiana de repelentes.

Lo que no informan es el valor de dichos productos. Tanto en crema como en aerosol, los precios no bajan de los $2.500 en la presentación pequeña, y por encima de los $8.000 para los envases grandes. Artículos que aumentan al ritmo de la inflación y en falta en los dispensarios de farmacias y supermercados. Precios que seguirán en alza, con el incremento de la demanda. Aumento que los hace cada vez más difícil de adquirir.

Algo similar sucede con la vacuna Qdenga, de protección contra el Dengue, aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat) pero ausente en los centros vacunatorios. Su valor comercial es de $50.000, que deberá salir de cada persona, de forma privada.

El clima veraniego recién iniciado propicia el alza de mosquitos, sumado al ajuste salarial, jubilatorio y de los planes sociales congelados, como así también del presupuesto para el área sanitaria, que se manejará a partir del 1° de enero de 2024, con el mismo presupuesto de 2023, con una devaluación superior al 50% y un aumento generalizado de los precios, interanual, superior al 100%. Todo sube, menos los ingresos. Todo en consonancia con el decretazo privatista aplanador, presentado el pasado 20 de diciembre.

Es urgente ganar las calles en defensa de la salud pública. Que se garantice el acceso a repelentes y medidas de control contra la propagación de los mosquitos y a las vacunas, sumándolas al calendario de vacunación obligatorio. Abajo el plan motosierra de Milei y el FMI.

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