Salud

2/5/2013|1266

La gran batalla de los trabajadores del Borda

La represión, después del pacto Macri-K

No es cierto que el gobierno PRO de la Ciudad se haya “equivocado” al actuar del modo brutal en que lo hizo en el Hospital Borda. Se planteó la misma política que les rindió frutos en anteriores circunstancias. Frente a la cautelar que impedía avanzar con las obras, presentaron una apelación para habilitar la ocupación y demolición de los talleres del hospital, reservados al trabajo reparador para los pacientes. Es lo que hicieron en anteriores circunstancias: “nosotros y nuestros abogados consideramos que con la apelación se podría avanzar con la obra. Así lo hicimos con otras obras en la ciudad que hoy disfrutan miles de vecinos”, dice Rodríguez Larreta (La Nación, 29/4).


La decisión de actuar fue precipitada por otra circunstancia. La Junta Interna del Sutecba y luego las dos listas de ATE -la oficialista Azul y la pretendidamente opositora Verde- convocaron a una movilización para el 26 de abril, al cumplirse un año de la asamblea histórica donde los trabajadores del Borda repudiaron la decisión de la Mesa Intergremial que, con la honrosa excepción de la Junta Interna del Sutecba, avaló la construcción del Centro Cívico en el Borda. El gobierno PRO temió que esa movilización decidiera la ocupación del predio destinado al emprendimiento inmobiliario y creara una nueva situación.


El gobierno venía, por otra parte, tonificado por sus “victorias” en el enrejado del Centenario y el desalojo de la Sala Alberdi. Con la demolición, quería anticiparse a cualquier iniciativa de los trabajadores, crear un hecho consumado y provocar una desmoralización final.


¿Qué falló? La resistencia de los trabajadores y la conciencia que anida en el pueblo sobre la necesidad de defender la última trinchera que protege a “los locos pobres”. Estos concretaron, luego del piquete ante el corte del gas y aquella asamblea, su tercera gran batalla contra el desmantelamiento.


Los activistas (y pacientes) enfrentaron como pudieron a las topadoras y dieron la mejor lección que podía esperarse en defensa de la salud y el hospital público.


El gobierno logró demoler el taller 19 (que debe ser reconstruido), pero sufrió una derrota política.


El pacto PRO-K sigue


El debate en la Legislatura se ha centrado en las características de la represión y la violación a la protección establecida por la justicia. Pero se ha cuidado de volver sobre la cuestión de fondo, que es el proyecto inmobiliario votado en masa por los legisladores del gobierno y la “oposición” K y filo K (lo que colocó en crisis total la política de la CTA y ATE, que en el complejo de salud mental responde al gobierno nacional).


Nadie ha salido a plantear la eliminación de las leyes que habilitaron a la acción de las topadoras y que, en una acción delictiva, omitieron colocar el lugar exacto en que se iba a emplazar el Centro Cívico, para ocultar las huellas del crimen. En efecto, los K aceptaron consensuar esa ley a condición de que dijera que el Centro Cívico se emplazaría “en la zona sur de la Ciudad” (sic), a sabiendas de que el lugar elegido no era otro que los terrenos del Borda. El gobierno ha quedado con facultades para seguir actuando y, como se sabe, las cautelares son una aspirina.


La lección es clara: la defensa del Borda y del complejo de salud mental está en manos de sus trabajadores – desde los profesionales hasta los que son víctimas de la tercerización. Ello exige, además, tener claridad sobre el papel de la burocracia sindical. Las conducciones centrales de UPCN, Sutecba y la AMM (médicos municipales) son los pilares de la política de desmantelamiento de la salud pública que se opera por múltiples vías. ATE y CTA son los responsables de haber desviado el movimiento de lucha hacia el apoyo al “gobierno nacional y popular”, mientras los legisladores K pactaban la entrega de los terrenos.


El vaciamiento del Borda


Por esta política, el vaciamiento sigue y no hay plan de lucha.


¿Por qué hoy se reconocen 635 pacientes en el Borda y hace tres años superaban el millar? Porque se los ha derivado hacia clínicas privadas o directamente se los ha expulsado -apelando incluso al argumento “progre” de “eliminar los manicomios”.


¿Por qué el Borda no recibe las rendiciones de las obras sociales? Porque se lo quiere ahogar económicamente.


¿Porqué decenas de profesionales (y artistas) que cumplen una tarea excepcional no cobran un peso? Porque corresponde a una política de vaciamiento.


“Que se vaya Picasso” (ovación)


En la asamblea realizada en el Borda el lunes 29 se votó el paro y la movilización para el día siguiente.  La moción presentada por la Junta Interna del Sutecba y los Autoconvocados, que planteaba la expulsión del director Picasso, el impulsor del Centro Cívico en los terrenos del Borda, fue ovacionada. Pero la dirección de la asamblea -UPCN, AMM, ATE- se negó a hacerla votar, desviando la deliberación hacia una conferencia de prensa. Tribuna de Salud defendió esta moción, junto al planteo de una Comisión de Defensa del Borda electa por los trabajadores y un plan de lucha por la reconstrucción integral del Borda bajo el control de esa comisión.