Este lunes 5 de septiembre prestadores de salud, transportistas, chicos con discapacidad y sus familias volvieron a protagonizar otra jornada de lucha. Cientos de personas cortaron la 9 de Julio, a la altura de Avenida Rivadavia, y se dirigieron a Plaza de Mayo donde realizaron una numerosa asamblea. La jornada fue de alcance nacional, ya que esta congregación al epicentro del poder político tiene correlato con grandes movilizaciones que se desenvuelven en todo el país. Y resolvió una hoja de ruta para no darle tregua a una de las caras más aberrantes del ajuste.

#Ahora marcha contra el ajuste en discapacidad en #Cordoba. #Imponente. La cara más aberrante del ajuste. Basta de naturalizar la precarización y el abandono estatal a los más vulnerables. pic.twitter.com/9F7YwkMbLE

— Soledad Diaz Garcia (@SoleDiazGarcia) September 5, 2022

Por lo pronto, este miércoles 7 de septiembre habrá una reunión desde las 9 de la mañana en la Comisión de Discapacidad del Congreso, y el jueves 8 a las 12 del mediodía prestadores, transportistas, personas con discapacidad y familiares serán recibidos en la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) por su máxima autoridad, Daniel López, el presidente de la Agencia Nacional de Discapacidad, Fernando Galarraga, y funcionarios de ambas áreas. Los luchadores se harán presentes en ambas dos sosteniendo el método de la movilización, y el día jueves definirán cómo sigue esta pelea dependiendo de la respuesta de las autoridades.

 

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Cabe recordar que en el cuadro de aceleración del ajuste, que tiene como fin cumplir las metas fiscales que impone el FMI sobre la Argentina, este salto cualitativo en el vaciamiento del área de discapacidad está signado por el recorte de $210 mil millones del ejercicio 2022, decisión ejecutada por el Ministerio de Economía dirigido por el tándem Massa – Rubinstein. Desde la cartera niegan estar ajustando en el área, en tanto la SSS no hace los giros a las obras sociales y acusa culpabilidades recíprocamente con la Afip. Lo único que hay de cierto es que hay prestadores que no cobran hace medio año, y chicos con discapacidad que ven peligrar la continuidad de sus asistencias y su cobertura.

En tanto, las burocracias sindicales que administran (y vaciaron) las obras sociales, presionan porque avance un DNU en danza para trasladar el financiamiento de las prestaciones educativas, alimentarias, de transporte y de centros y hogares directamente al Tesoro. La lucha de discapacidad se convocó originariamente contra esto. Al fin de cuentas, todos se tiran la papa caliente, pero el ajuste es a estas alturas tan paupérrimo como innegable.

Cuando miles de personas levantan este reclamo en la Argentina, Sergio Massa continúa su gira por Estados Unidos, y se reúne con los voceros del FMI y la Casa Blanca para afinar la profundización del ajuste. Ya ratificó que hasta que Rubinstein no termine el Presupuesto 2023, donde el gobierno seguirá machacando las erogaciones de la salud pública (entre otras áreas del considerado “gasto social”) para aligerar la reducción del déficit a un 1,9% el próximo año, el ejecutivo no le dará un solo peso en concepto de auxilio a las obras sociales.

Es imperioso apoyar por todos los medios la lucha de la discapacidad, y tender lazos entre cada una de las luchas que se desenvuelven contra el ajuste. En precisos momentos en que se escribe esto, miles de jóvenes de las capas más empobrecidas de la población trabajadora acampan en el Obelisco porque el gobierno quiere declarar incompatible el cobro del Potenciar Trabajo con la Beca Progresar, obligándolos a elegir entre comer o estudiar. Una vez más, claro, porque ello permite recortar fondos de la asistencia social. El ajuste del gobierno y el FMI no se aguanta más: a luchar hasta derrotarlo.

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