Salud

6/1/2021

coronavirus

Los peligros de la carrera capitalista en las vacunas

La campaña anti-Sputnik V.

Apenas aterrizó un primer lote insuficiente pero indispensable de 300 mil vacunas Sputnik V, a puertas del pronosticado rebrote del Covid-19, comenzó el show de quienes las critican por opositores al gobierno, lobbistas de las competencias farmacéuticas o por simple incredulidad seudocientífica. A la fecha el 1% de las personas vacunadas con Sputnik V presentaron Esavi (eventos supuestamente atribuidos a la vacunación e inmunización), casi en su totalidad leves y moderados. Todas las vacunas pueden ocasionar efectos indeseados, lo que importa es el balance claramente favorable entre riesgos y beneficios de su aplicación. Si bien las críticas a Sputnik-V obedecen en buena parte a su procedencia de Rusia por razones políticas y no sanitarias, queremos desarmar discursos antivacunas peligrosos para les trabajadores y profundizar el debate sobre la campaña mediática.

¿Y las otras vacunas contra el Covid-19?

No somos ciegos defensores de todas las vacunas del mercado, tanto del Covid-19 como de otras enfermedades. Tenemos un pensamiento crítico sobre cada modificación del calendario y aprobación por las distintas oficinas regulatorias, en el caso de nuestro país la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología) o en EE.UU. la FDA (Food and Drugs Administration). La primera vacuna aprobada por Anmat para el Covid-19 fue la de Pfizer y BioNtech (EE.UU.-Alemania), pero su adquisición fue postergada porque según Ginés González García “pidieron condiciones inaceptables” sin aclarar de cuáles específicamente se tratan (Cronista, 16/12). Dijo Ginés: “si con alguna firma ha sido generosa la Argentina, ha sido con Pfizer. Les ofrecimos la estructura para que hicieran el estudio clínico acá, hubo condiciones contractuales para las cuales hicimos una ley y hubo alguna cosa de la ley local que no encaja con lo que ellos quieren” (Infobae, 28/12). Es una confesión de la derrota política a pesar de la ley que armaron a pedido de los pulpos farmacéuticos para blindarlos de posibles juicios y que denunciara oportunamente en la sesión del Congreso Nacional nuestra diputada Romina Del Plá.

Otra dificultad de la vacuna de Pfizer es que requiere de una cadena de frío muy estricta a -70 grados. Con las dificultades de conservación y traslado que representaron apenas 300 mil dosis de Sputnik V son evidentes las limitaciones del gobierno para utilizar la vacuna de Pfizer. Hay otras vacunas en carrera mundial, entre las que corresponde destacar las cuatro que se encuentran en desarrollo en Cuba, una de ellas en cooperación con Irán (Cronista, 4/1). Pero a nivel comercial internacional las que se disputan el mercado son la de Moderna (EE.UU.) también autorizada por la FDA y Oxford-AstraZeneca (Gran Bretaña) por su menor costo, fácil conservación y aplicación en comparación con Pfizer, la cual ya se está produciendo en India con trabajo precarizado (BBC, 4/1) y comenzó a aplicarse en Gran Bretaña (Infobae, 4/1) donde cuentan con 520 mil dosis para distribuir.

Los medios oficialistas prometen 22 millones de vacunas de Oxford-AstraZeneca para marzo aunque no está firmado ningún convenio, así como también anuncian para finales de enero 1 millón de vacunas de la empresa china Sinopharm, aprobada hace una semana en su país de origen, también de fácil conservación pero a un precio de 20 dólares la unidad, cuyo uso aprobaría Anmat la semana próxima (Página/12, 5/1).

¿Pasa lo mismo con las vacunas de otras enfermedades?

Los calendarios y las indicaciones de vacunación son dinámicos, se modifican según la evidencia científica disponible que a veces requiere de muchos años. Por ejemplo en 2007 se retiró de nuestro calendario el refuerzo de la BCG a los 6 años, desaconsejado por la OMS al verificar que no brindaba protección adicional contra la tuberculosis. Otro ejemplo es la Sabin, la vacuna oral contra la poliomielitis que fue esencial en la lucha contra esta enfermedad por su bajo costo, fácil conservación y por eliminarse en materia fecal inmunizando a la población que utiliza agua sin potabilizar, siendo muy exitosa por lo tanto en la mayoría del planeta que vive en condiciones de miseria. Por la Sabin no se registran en Argentina casos de poliomielitis desde 1984. Pero aún no se alcanzó el objetivo de la OMS para convertirse en la segunda enfermedad en eliminarse del mundo, luego de la viruela, persistiendo en Asia Central y el subcontinente Indio. Sin embargo la Sabin, por tratarse de una vacuna a virus atenuado, puede producir entre otros efectos adversos una poliomielitis vacunal en una frecuencia de 1 cada millón de personas vacunadas. La vacuna Salk, más cara y menos eficiente a nivel poblacional, es de virus inactivado y por lo tanto no puede producir la enfermedad. Recién en 2020 se completó el reemplazo de la Sabin por la Salk en Argentina.

¿Por qué los ejemplos de la BCG y la Sabin para hablar de las vacunas del Covid-19? Para graficar con dos ejemplos de enfermedades devastadoras y vacunas que todes ya recibimos. No existen las vacunas sin Esavi. Es fundamental además de las fases de aprobación una vigilancia activa que puede modificar indicaciones y contraindicaciones de las mismas. ¿Cuánto tiempo deberíamos esperar para tener absoluta certeza de la seguridad y eficacia de las vacunas contra el Covid-19? Es un logro trascendente alcanzar fase 3 en menos de un año para varias vacunas. Si bien pueden aparecer nuevas cepas que requieran eventualmente otras vacunas, como ocurre anualmente con la gripe (influenza), postergar el inicio de la vacunación nos dejaría un tendal de muertes prevenibles. Claro que bajo el capitalismo la decisión está condicionada por la carrera de los laboratorios, la presión para desactivar todos los protocolos de cuidados en los lugares de estudio y trabajo, así como también para reducir los presupuestos destinados a las internaciones y secuelas de la enfermedad.

Fakes news antivacunas

Si bien operadores mediáticos como Viviana Canosa dijeron barbaridades sobre la vacunación y el dióxido de cloro, no nos oponemos a sus declaraciones porque provengan de personas sin calificación académica. Cabe citar los efectos cancerígenos del tabaco, enfermedades laborales como la silicosis y asbestosis referidas por las organizaciones obreras, los agrotóxicos denunciados por las comunidades fumigadas, en las cuales se demoraron décadas para cambiar clasificaciones de riesgo en la OMS y destinarles un lugar en publicaciones científicas; con la persecución y el linchamiento académico de les investigadores como Andrés Carrasco, exdirector del Conicet y jefe del laboratorio de embriología de la UBA, quien demostró los efectos teratogénicos (malformativos) del glifosato en animales y se posicionó con las organizaciones ecologistas y de familiares víctimas de pueblos fumigados. El ámbito científico no es una entidad abstracta del capitalismo que se mantiene aislada en la pureza. Al interior del gabinete de Trump se desarrollaron profesionales del lobby antivacunas. Las “fake news” son un enorme problema que no se restringe a los medios de comunicación. El Dr. Andrew Wakefieldy publicó en 1998 en la prestigiosa revista británica The Lancet un artículo en donde concluía que la vacuna triple viral (antisarampionosa) ocasionaba autismo. La campaña antivacunas tuvo alto impacto en Gran Bretaña condicionando un brote histórico y muertes evitables por sarampión. Luego de sobradas pruebas de falsificaciones e irregularidades en el estudio, recién en 2010 la revista lo retiró de sus archivos. El daño ya estaba hecho.

La vacunación del Covid-19 debería ser obligatoria. Están cediendo a la presión liberal en lugar de priorizar la inmunidad colectiva. La vacuna antigripal es obligatoria todos los años para el personal de salud, aunque en los hechos nadie verifica su cumplimiento. Es responsabilidad de la Anmat y las autoridades sanitarias controlar la seguridad de Sputnik V, no de Viviana Canosa. Por eso además de las vacunas necesitamos información clara, científica y masiva, no solo en los medios de comunicación, sino en cada barrio, lugares de estudio y trabajo, como un pilar decisivo en la prevención y promoción de la salud. Campañas informativas a cargo de personal calificado y remunerado en forma acorde, muy lejos de las condiciones salariales de quienes trabajamos en hospitales y centros de salud. Son una herramienta fundamental para inmunizar a la población y prevenirla del bombardeo mediático que responde a intereses ajenos al control de la pandemia.

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