Salud

22/12/2021

Luján: el traspaso del hospital municipal a la provincia

¿Una mejora o un ajuste encubierto de la salud pública local?

El resonante anuncio del gobernador bonaerense Axel Kicillof y el intendente de Luján Leonardo Boto de hace unos días, sobre el proceso de traspaso del hospital municipal “Nuestra Señora de Luján” a la órbita provincial, ha sido mostrado como fuente de supuestos beneficios para el distrito.

El hospital de Luján fue municipalizado en 1980 por el gobierno provincial de facto de Ibérico Saint Jean. Esto como parte de la política de descentralización en la última dictadura militar donde, por ejemplo, se realizaron los traspasos de numerosas escuelas y nosocomios nacionales a las provincias, contribuyendo a su desmantelamiento. Una política que han continuado los sucesivos gobiernos democráticos radicales, peronistas y macristas.

La noticia de que nuestro hospital municipal volvería a la administración de la Provincia de Buenos Aires solo sería positiva si se asegurara un presupuesto acorde para la cobertura de los insumos, aparatología, infraestructura edilicia, personal suficiente y un salario igual a la canasta familiar y profesional para todos los trabajadores del hospital lujanense. Lo que, en la realidad de los hospitales bonaerenses, no ocurre.

Una motivación fiscal y no sanitaria

Los argumentos esgrimidos por los funcionarios de la comuna es que con esta medida el municipio se podrán ahorrar “unos 317 millones de pesos” (El Civismo, 18/12) y que permitiría volcarlos de lleno en los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) y en otras áreas. Debemos recordar que actualmente el principal centro de salud pública de Luján tiene un presupuesto de unos 1.000 millones de pesos, de los cuales la gestión del intendente Boto recibe unos 700 millones por coparticipación provincial y el resto por ingresos propios de la municipalidad para sostener su funcionamiento. Además, según las afirmaciones de la secretaria de Salud Mariana Girón, el presupuesto del hospital corresponde al 36% del general.

Por otro lado, aducen las promesas de inversión provincial en obras de ampliación de salas de internación y consultorios, compra de equipamiento y tecnologías, la estabilidad y condiciones de trabajo, etcétera. Todos los compromisos enunciados se caen rápidamente al saber que el presupuesto 2022 del gobierno provincial del Frente de Todos (y con la anuencia de la oposición de Juntos) han aprobado un recorte en materia sanitaria de un 6% (de 273.000 a 257.000 millones). Con solo este dato, ¿van a poder asegurar el financiamiento extra para un funcionamiento óptimo del hospital de Luján? Y esta pregunta aplica aún más cuando estamos a las puertas de una tercera ola de la pandemia de Covid.

Además, si la provincia transpolara el mismo monto que el municipio se “ahorraría” para igualar el presupuesto actual. Todos conocemos el estado calamitoso del nosocomio, por caso: cuando llueve se inundan sectores del mismo, o hasta escasean insumos básicos como gasas. ¿Se imaginan un pase a la red de hospitales bonaerenses, donde por lógica se incrementará la asistencia de pacientes y esto aumentará la presión en la atención del personal de salud? ¿qué nos haría pensar que la situación en manos de la administración provincial va a cambiar para bien?

Una propuesta de salida

En tanto, no hay una claridad en qué hará el municipio con los 317 millones de pesos que dispondría desde ahora, teniendo en cuenta sus antecedentes de negociados y corruptelas y en desmedro de la miseria salarial de los trabajadores y jubilados municipales; así como en la falta de obras y servicios elementales en los barrios y las “salitas” periféricas. En cuanto a lo laboral, ya el sindicato Cicop mostró sus resquemores (pases a planta, reconocimiento de antigüedad, horas extras, etcétera) porque no fueron consultados. Es evidente que Leonardo Boto sigue el libreto del ajuste de los gobiernos, tanto del nacional de Alberto Fernández como del provincial de Kicillof a las órdenes del Fondo Monetario Internacional y el pago de la fraudulenta deuda externa; que se busca consagrar esquilmando los recursos para educación, salud u obras públicas, entre otros.

Desde el Partido Obrero planteamos que una salida para el hospital y el sistema de salud local solo puede venir de la mano de la deliberación y la organización de sus trabajadores y la comunidad. Por mayor presupuesto y la centralización del sistema sanitario para insumos, infraestructura, salarios, condiciones laborales y al servicio de las mayorías populares lujanenses.