Salud

18/9/2022

Diputados

Media sanción a una Ley de Enfermería para que todo siga igual

Este 21 de septiembre, Día de la Sanidad, todos a la calle.

La Cámara de Diputados votó un proyecto que no da respuesta a los reclamos.

Durante la maratónica sesión del 15 de septiembre la Cámara de Diputados dio media sanción a la Ley de Promoción de la Formación y del Desarrollo de la Enfermería. El proyecto busca convencer de que existe preocupación sobre el colectivo de enfermería, pero no atiende ninguno de sus reclamos. Romina Del Plá defendió el dictamen de minoría del Frente de Izquierda Unidad y se abstuvo en la votación.

La pandemia puso en evidencia el colapso del sistema de salud y la precarización de sus trabajadores. Enfermeras y enfermeros, en la primera línea en la atención al paciente las 24 horas del día, fueron el sector más expuesto al contagio y al mismo tiempo el peor pago del sistema, con salarios bien por debajo de la línea de pobreza.

El nulo reconocimiento del gobierno nacional y los provinciales desataron una lucha masiva por el acceso a la carrera profesional, que les es negada sistemáticamente, y también puso en la agenda las condiciones de trabajo y salariales. La pelea de los trabajadores de la salud se mantiene firme con movilizaciones en todo el país: Córdoba, Mendoza, CABA, Misiones, La Plata, la histórica huelga de los “elefantes” neuquinos y hoy la enorme lucha contra el ajuste en Discapacidad.

La necesidad de frenar este movimiento explica la unanimidad de todos los bloques patronales para votar un proyecto de ley que parece reivindicar la carrera profesional pero que no garantiza las condiciones materiales mínimas que permitan su concreción.  Su tratamiento fue un espectáculo farsesco para decir que responden a los reclamos urgentes de la enfermería, partiendo de presupuestos falsos.

La ley votada considera que la falta de personal se debe a la escasa formación profesional y que la creación de una burocracia académica que otorgue un título aumentaría la oferta porque “jerarquizaría” la actividad promoviendo el “derecho a calificarse”. Nada más falso. La mano de obra en enfermería esta sobrecalificada. El crecimiento del estudio, las licenciaturas, la profesionalización es enorme e inversamente proporcional a la remuneración que se recibe y las condiciones de trabajo que se soportan. El vigente derecho a estudiar que hoy existe en la legislación laboral es permanentemente saboteado y vulnerado por las patronales que niegan los días de estudio o la formación en el lugar y durante la jornada de trabajo. Las becas que plantea son una generalidad ya que no establece montos, ni recursos que difícilmente aporten los que atacan el presupuesto de salud.

Por otro lado resultará muy dificultoso alcanzar un título profesional, a quien tiene dos o tres trabajos para compensar la miseria salarial actual o tiene que prolongar la jornada a 12 o 14 horas que en la salud pública se pagan como módulos en lugar de ser reconocidos como horas extras. La capacitación obtenida por una práctica de años de trabajo también debería ser reconocida. Nada de esto se tuvo en cuenta en la ley aprobada, que finalmente es un taparrabos para que todo siga igual.

El proyecto del FIT-U

Estos reclamos estuvieron presentes en la intervención de la diputada Romina Del Plá, del Partido Obrero en el Frente de Izquierda, y en el dictamen de minoría del que es autora. Planteó que “si no se aborda la cuestión de las condiciones de trabajo y el salario no hay real jerarquización y promoción de la enfermería. Ha quedado en evidencia el pluriempleo para llegar a fin de mes. No es admisible que una tarea estratégica tenga remuneraciones que parten de 77 mil pesos. ¿Qué incentivo hay para encarar una carrera que significa una entrega tan importante hacia las personas si va a haber que correr de un lado al otro con precarización laboral y salarios que no alcanzan? Si no se coloca este problema no hay carrera y mucho menos actualización y formación continua. No hay manera si la capacitación no se hace en el horario y lugar de trabajo. Y la remuneración no puede ser inferior a la canasta familiar y la jornada laboral no puede ser mayor a seis horas diarias. Para que la actividad sea atractiva necesitamos enfermeros y enfermeras reconocidos en lo salarial y en lo laboral y definir mediante una comisión cuántos más enfermeros hacen falta para realizar correctamente la tarea, no en las condiciones actuales donde encontrás en un piso una o dos enfermeras a cargo de todo”.

El dictamen de minoría del FIT-U plantea entre otros puntos que el salario inicial debe ser equivalente a la canasta familiar actualizada mensualmente y la jornada semanal de 30 horas; la reconversión de auxiliares para garantizar el derecho a la profesionalización, ponderando los saberes y experiencias laborales adquiridas; que el personal de enfermería que no cuente con título de licenciado obtenga el mismo en un curso especial dictado en horario y lugar de trabajo, cuya duración no exceda los dos años y tenga en cuenta la formación académica previa de cada enfermero y la acumulada en su experiencia laboral.

También fija que las becas iniciales sean equivalentes al 70% de la canasta básica, debiendo definirse una escala progresiva en relación con el avance de estudio de la tecnicatura o licenciatura en enfermería; y la creación de una comisión de Relevamiento de Necesidades de Enfermería, integrada por trabajadores del área electos de cada hospital, sala o centro de salud públicos y un representante del Ministerio de Salud.

Las necesidades de enfermeros y enfermeras no están contempladas en el proyecto aprobado. Este 21 de septiembre, Día de la Sanidad, miles de trabajadores de la salud ganarán la calle otra vez por todos estos reclamos.