Salud

14/7/2020

Mendoza, en marcha acelerada al colapso sanitario

La desprotección al personal de salud acelera el proceso.

La provincia de Mendoza ha sufrido en las últimas semanas el mayor impacto del Covid-19 desde que empezó la pandemia: en sólo 20 días se contabilizaron la misma cantidad de casos que en los primeros cuatro meses.

El “foco” -como le llama el gobierno- más grande en esta etapa es el relacionado a los trabajadores de la salud pública y sus familiares. Alrededor de 20 trabajadoras y trabajadores de la salud dieron positivo desde el 25 de junio a la fecha y, sumado a ellos, sus familiares y pacientes.

Por estos casos se ha aislado a decenas de trabajadores de la salud por contacto estrecho y esta situación ha generado un descalabro en el sistema sanitario. En algunos casos se ha trasladado personal a los hospitales afectados para no cerrar el servicio. En otros casos se ha procedido al cierre total de los servicios y el traslado de los pacientes, especialmente de internación, a otros hospitales, reduciendo su propia capacidad. La famosa “frazada corta” en medio de un invierno muy crudo en la provincia.

Una cuarentena desperdiciada

La cuarentena debía ser aprovechada para generar una fuerte inversión estatal en la salud pública, ampliando la cantidad de camas disponibles, los elementos de protección personal y mejorando las condiciones laborales y salariales de las y los trabajadores para que ellos pudieran desarrollar sus tareas tranquilos y seguros. Además, por supuesto, de la incorporación de más personal.

Nada de esto sucedió. Los salarios están congelados, los precarizados siguen sin obra social ni ART y con salarios de $20.000. El personal que se incorporó fue con prestaciones y después de cuatro meses todavía no cobran ni un peso. Las camas de terapia intensiva que se agregaron son mínimas y se siguen retaceando los elementos de protección personal. Estos últimos se proveen únicamente a quienes prestan servicio en las “áreas Covid” y les son negados al resto de los sectores -de donde son todos los casos- por resolución del Ministerio de Salud y de las áreas de infectología, incluso si deben atender a “pacientes sospechosos”.

En estas condiciones, el colapso está más cerca de lo que parece y el enorme esfuerzo de los trabajadores mendocinos habrá sido en vano.

Mientras tanto, el gobierno provincial gasta $77 millones en equipamiento para la policía provincial, entre patrulleros, armas y drones, principalmente. No quieren combatir la pandemia sino la reacción popular frente a la crisis económica, social y sanitaria, lo que ha quedado claro con las represiones a los trabajadores municipales de la ciudad de Mendoza que luchan por dejar de cobrar salarios de indigencia.

Más que nunca, un programa de los trabajadores

Con despidos, recortes salariales, el no pago del aguinaldo y la imposibilidad de hacer changas para quienes viven de eso, y ahora los contagios, hemos sido los trabajadores quienes pagamos los platos rotos de la pandemia.

Desde el Partido Obrero en el Frente de Izquierda planteamos una batería de iniciativas profundas para revertir esta situación. En primer lugar, la centralización del sistema de salud público, privado y de las obras sociales para poner todos los recursos sanitarios al servicio de la población, sumado a la triplicación del presupuesto del sector; pase a planta permanente inmediato de todos los trabajadores esenciales del Estado, además de testeos y turnos rotativos.; aumento salarial de emergencia; subsidio al desocupado de $30.000; prohibición real de despidos y suspensiones con recortes salariales. Todo esto financiado con el no pago de la deuda externa y un impuesto a las grandes fortunas del país, como plantea el proyecto del Frente de Izquierda presentado en el Congreso de la Nación.