Salud

11/9/2023

Mientras ajustan el presupuesto de salud, crece la atención en los centros públicos

En CABA aumentó la demanda sobre los Centros de Salud y Acción Comunitaria de la Ciudad.

Centro de salud.

Los centros públicos de atención médica están sufriendo una mayor demanda debido a la crisis social y económica que padecen los trabajadores, muchos sin cobertura privada o de obras sociales, o que contando con esta última optan por el servicio público debido al vaciamiento y el ajuste en las prestaciones.

Un dato que ha expuesto esta situación es lo que ocurre en la Ciudad de Buenos Aires con los Centros de Salud y Acción Comunitaria de la Ciudad (CeSAC), donde la demanda se triplicó en el último año pasando de una atención de 31.678 de personas en junio de 2022 a 94.915 en 2023.

Según los datos oficiales son cada vez más las personas que solo cuentan con la cobertura médica del sistema público, mientras que existe un 15% de quienes acceden a estas prestaciones que cuentan con obra social, pero que prefieren el sistema público a la oferta deficitaria de obras sociales vaciadas y gestiones que colocan impedimentos a la atención.

 

En términos absolutos se calcula que en 2015 la cantidad de personas de CABA que se encontraban con atención exclusiva del sistema público ascendía a 520.000. En la actualidad se estima que la cifra alcanza a los 700.000: un 35% más.

Las presiones sobre el sistema público sin una inversión que acompañe el crecimiento de la demanda implica un saturamiento de las prestaciones y servicios, y una sobrecarga sobre el personal médico y profesional. En tiempos de ajustes sobre el sector público esta situación se agrava aún más.

En este contexto las propuestas que tienen a una mayor privatización del sistema sanitario, como promueve el candidato “libertario” Javier Milei, dejarían millones de pacientes del sistema público –sin otra opción- por fuera de toda cobertura médica. Más aún si a estos e le suma la orientación de avanzar a fondo con la liquidación de las obras sociales existentes y el Pami, como sistema de cobertura médico nacional que alcanza a millones de jubilados.

Las fuentes de esta situación pueden situarse en el deterioro social, económico y laboral. Mientras muchos trabajadores han perdido sus empleos y/o han sido “transmutados” a formas laborales más precarias (monotributo, trabajo no registrado, etc.) otros han visto disminuir sus salarios e ingresos familiares.

Esto último opera en dos planos del sistema sanitario. Primero en el vaciamiento de las obras sociales por vía de aportes más exiguos y patronales que adeudan y/o no realizan las contribuciones y aportes fijados por ley. Segundo porque la liberalización del mercado de medicina privada ha dado lugar a subas sistemáticas y a la baja en la cobertura de miles de trabajadores.

Las prestaciones de las obras sociales –en manos de prestadores privados que monopolizan el mercado- muchas veces son superadas por la calidad de la oferta del sector público, con un plantel de trabajadores y profesionales que realiza un esfuerzo contra la orientación ajustadora de los gobiernos para mantener el sistema público. Tanto desde Nación como los gobernadores, incluido el jefe de Gobierno porteño, ajustan el presupuesto en salud en todas las jurisdicciones. La demanda en el sector público de salud crece cuando el gobierno nacional habilita los negocios de las prepagas y desfinancia la salud pública, mientras que la ecuación debería ser inversa.

Casi las dos terceras partes de los Cesac se encuentran en la zona sur de CABA donde habita la población con menos recursos. La demanda sanitaria en esta zona es mucho mayor al resto de CABA: por ejemplo, en los últimos días se viene registrando un crecimiento de los casos de tuberculosis que es vinculado por las autoridades de CABA directamente con las condiciones de habitabilidad y pobreza que se sufre en los asentamientos precarios y villas, con muchos contagios en Flores, Soldati y Lugano, entre algunos lugares.

La situación en CABA se reproduce, en mayor y menor medida, en las principales ciudades del país. Esto demanda una respuesta urgente en cuanto a aumento del presupuesto de salud para la ampliación de la oferta médica y el aumento del salario de profesionales y trabajadores de la salud para cubrir las necesidades del sistema.

Lo que debe ir acompañado del aumento de los salarios y el reforzamiento de las obras sociales, sumada la elección directa e integración de los directorios de las mismas por aporte de los trabajadores, para garantizar la cobertura médica. Junto a la adecuación de los precios de la medicina privada al poder adquisitivo de los trabajadores, eliminando la “oferta segmentada de salud” por un plan universal de cobertura integral accesible para los trabajadores.

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