La Zona Sanitaria III, que comprende parte del norte neuquino, está siendo fuertemente golpeada por el colapso sanitario, el cual expone los años de postergación y vaciamiento de la zona más relegada del sistema sanitario.

Esta zona está integrada por cinco hospitales de nivel III, con médicos y médicas especialistas en medicina general que atienden el 90% de las problemáticas de salud-enfermedad y el otro 10% lo derivan al centro de referencia, que es el hospital nivel IV en Chos Malal, donde hay otras especialidades como clínica médica, pediatría, cirugía, tocoginecología, traumatología, anestesiología y psiquiatría.

Actualmente con la pandemia este desmantelamiento se ha evidenciado drásticamente con la segunda ola de Covid-19 y con la variante Manaos circulando en un 78% de los casos, por ser más infectiva y de afectación a una población más joven. Esta situación nos encuentra con hospitales vaciados de recurso humanos y de infraestructura, lo que ha llevado a que los tres únicos médicos clínicos hoy se hayan visto obligados a improvisar una pseudo terapia intensiva para toda la zona, que abarca una población de 25.000 habitantes, debiendo hacerse cargo, junto al plantel de enfermería, de atender a los pacientes complicados con neumonía grave por Covid, que requieren alto flujo de oxígeno para vivir.

En la actualidad se atienden 30 camas en el sector Covid, a través de 8 Cafo (cánulas de alto flujo de oxígeno) y 6 cascos helmet y un solo respirador en la ambulancia para derivación, ya que falta personal para realizar más derivaciones, y aunque lo hubiera hoy no podrían hacerse por no haber lugares que reciban pacientes por estar saturadas las camas de terapia.

En los hospitales nivel III, los equipos de salud han tenido que destinar todas las camas con bocas de oxígeno a la internación de pacientes que requieren bajo (2 a 5 l) e intermedio (10 a 15 l) flujo de oxígeno.

La situación en las localidades

En Andacollo hay 8 camas con bocas de oxígeno más 2 concentradores de oxigeno eléctricos. En Las Ovejas hay 7 camas con bocas de oxígeno más 1 concentrador. El Cholar, al igual que Tricao Malal, cuentan con 2 camas. Buta Ranquil, por tener un hospital al que nunca se le terminó de construir el área de guardia e internación, han debido improvisar 2 camas con oxígeno en lo que es un consultorio externo.

Es así como en las últimas dos semanas nos hemos enfrentado a tener que decidir qué paciente tiene más chance de sobrevivir y elegir a quien solicitar, a través del centro coordinador de camas provincial, un lugar o cama en una terapia para que pueda tener una oportunidad de ser intubado y colocado en un respirador. “Hemos cortado clavos” viendo como la provisión de oxígeno disminuye y esperando que su reposición llegara a tiempo.

En el hospital Andacollo, lugar donde ejerzo como médica general, al igual que en otros hospitales, hemos tenido que realizar sedación paliativa a pacientes que tristemente han muerto sin tener acceso a un respirador. Esta situación que se da en toda la provincia y muestra cómo el gobierno obliga al sistema de salud y compromete al personal sanitario a elegir quien vive y quien no, es decir, técnicamente una eutanasia.

Ante este brutal panorama de colapso sanitario, del cual el gobierno es responsable, es importante que todos los y las trabajadores de salud discutamos y luchemos por una salida. Está en juego nuestra vida y la de la población. Por ello, es importante la centralización del sistema de salud, bajo un comando único, para que todos los recursos de la medicina privada se incorporen a un atención integral. Es clave más presupuesto de salud, más personal y más recursos. Por eso, desde esta trinchera, llamo a todos mis compañeros/as a luchar por esta salida.