Con actitud típica de patrón de estancia, y poniendo en juego la estabilidad laboral y el futuro de los trabajadores del Hospital Municipal de Darregueira, el intendente del partido bonaerense de Puán, Facundo Castelli, amenaza con boicotear el acuerdo por el cual el municipio garantiza a la comisión del hospital los recursos para funcionar. Una extorsión a todos los vecinos del pueblo y zona de influencia en pleno avance de los contagios por coronavirus.

Tras décadas de sucesivos acuerdos que planteaban soluciones parciales, parches que rápidamente desembocaban en otra crisis, en 2017 se firmó un acuerdo de comodato por el que las instalaciones del hospital pasaron a manos del municipio, junto con todos sus gastos de funcionamiento. A los efectos de mantener la estabilidad laboral y el convenio colectivo bajo el que desarrollaban su actividad los más de cincuenta trabajadores de la salud, la comisión continuó figurando como empleadora haciendo de intermediaria entre el municipio y el personal. Al mismo tiempo se hacía responsable del servicio de limpieza y de cocina, para lo cual el municipio debía transferir la totalidad de los fondos que permitieran garantizar la calidad de las prestaciones. La Municipalidad se comprometía, por otro lado, al mantenimiento de las instalaciones y a renovar la aparatología. Bajo estas condiciones, comenzó a funcionar el Hospital Municipal de Darregueira.

El municipio incumplió  todos los puntos del acuerdo desde un principio. No cumplió con el envío de fondos suficientes para garantizar los gastos de limpieza, cocina y el pago de las cargas sociales de los trabajadores, lo que generó una deuda que la comisión reclamó desde el primer momento, hasta el punto de verse obligada a hacer la denuncia pública y finalmente recurrir a la Justicia. Para la renovación de una parte de la aparatología, el municipio recurrió a un préstamo de la Cámara de Comercio local, la cual a su vez asumió el compromiso público de reinvertir esos fondos, una vez devueltos, también en actualización de la aparatología para el hospital; pero el municipio nunca pagó las cuotas de devolución. Este año los trabajadores debieron realizar varios días de paro para lograr cobrar el salario de diciembre, recién a fin de enero.

Tanto los acuerdos precedentes como este último fueron manotazos de ahogado de un gobierno que nunca dispuso los fondos necesarios para afrontar no solo los gastos de este hospital sino del conjunto de la salud pública del distrito. Esto, además, en un cuadro de vaciamiento del sistema sanitario a nivel provincial y nacional. Por el Hospital de Darregueira circula la mayor cantidad de pacientes, por lo cual el intendente Castelli no podría haber afrontado las sucesivas campañas electorales desde 2011 -fecha desde la que ocupa el cargo- sin una propuesta de solución para el hospital. Ante este nuevo fracaso, tras no poder hacer frente a la deuda, todos sus cañones se dirigen a deshacerse de la comisión del hospital. Le ha impuesto como plazo hasta fin de año para que se retire, dejando en el limbo a sus trabajadores. De lo contrario desconocerá el contrato, y trasladará el servicio de salud al Centro Integrador Comunitario (C.I.C), resintiendo fuertemente la calidad del servicio, o peor aún llevándolo a la inviabilidad.

La comisión debe convocar a movilizar de forma urgente al conjunto de los vecinos del pueblo y la zona que se atienden en el hospital, para resguardar  la calidad del servicio que, con todas sus limitaciones, todavía brinda el nosocomio. Es necesaria la apertura de los libros contables del municipio, y la ejecución del presupuesto del Ente Descentralizado de Salud bajo control de sus trabajadores. La provincia debe garantizar un presupuesto municipal que contemple la totalidad del gasto que implican una salud gratuita y de calidad en todo el distrito. Que se garantice la estabilidad laboral y el convenio colectivo vigente de los trabajadores del Hospital de Darregueira.