Salud

23/3/2020

Recorte criminal de Osde a sus prestaciones en salud mental

Pandemia y Salud Mental

En el marco de la pandemia mundial por el COVI-19 y frente a la cuarentena obligatoria decretada por el Gobierno Nacional, la principal prepaga del país OSDE ha prohibido la prestación de psicoterapias “skype – online” a sus prestadores psicólogos de cartilla, ofreciendo en su lugar un dispositivo de intervención solo frente a las denominadas “emergencias psiquiátricas”.


La medida ha suscitado una protesta masiva por redes sociales de los prestadores y los propios pacientes “beneficiarios” de OSDE, apenas anunciada la cuarentena nacional obligatoria, con un petitorio virtual a través change.org para que la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación “garantice los honorarios a profesionales de atención en Salud Mental en caso de reemplazar prestaciones de atención presencial por modalidades virtuales o telefónicas, mientras dure el periodo declarado como emergencia nacional”. Tal fue el grado de indignación y repercusión del caso, que a horas de implementado el decreto nacional de cuarentena obligatoria, en Twitter el HT #PedileAOSDE fue Trending Topic, donde se podía leer una catarata de protestas y denuncias por la prohibición de tratamientos “online” por parte de OSDE frente a la inevitable interrupción de los tratamientos presenciales de sus psicológicos a los pacientes.


El grado de protesta “virtual” cobró tal magnitud que la propia empresa se vio obligada a sacar un comunicado el lunes 23 de Marzo, donde ratifica su decisión de discontinuar los tratamientos invocando el respeto de “las normativas impartidas por el Ministerio de Salud de la Nación” (sic). El cinismo del comunicado oficial de OSDE cobra carácter obsceno con sus párrafos finales, donde queda en evidencia el interés capitalista de la ganancia de la empresa por sobre la prioridad y la “esencialidad” de garantizar las coberturas en salud en el marco de una catástrofe sanitaria pandémica mundial, concluyendo la “comprensión del lucro cesante” y que “El perjuicio económico que quedará como saldo será general y habrá oportunidad de definir estrategias y respuestas más adelante, cuando se haya superado esta imprevisible pandemia mundial”.


En limpio, OSDE tira la pelota afuera y deja sin cobertura a decenas de miles de afiliados y sin trabajo de prestaciones a sus psicólogos de cartilla (salvo para casos de lo que se evalúe como “urgencia psiquiátrica”). La decisión criminal radica por partida doble: por un lado, el impacto que significará la discontinuidad de los tratamientos entre la población usuaria de OSDE, en una situación donde la pandemia mundial y las medidas obligatoriamente impuestas (cuarentena) agudizan distintos cuadros de inestabilidad psíquica emocional (los llamados trastornos de ansiedad, angustia, fobias, secuelas por encierro, depresión, etc.) Por el otro, amparándose en las normas del Ministerio de Salud, OSDE aprovecha la volteada del Coronavirus para ir a fondo con un recorte de gastos a través de la interrupción de los tratamientos y el no pago de liquidaciones por los mismos a sus profesionales de la salud mental.



Es notorio que ningún organismo estatal del Ministerio de Salud de la Nación (en el cual se ampara OSDE para imponer su medida draconiana contra sus propios afiliados y profesionales), especialmente de la Superintendencia de Seguros de Salud haya impuesto al momento normativa alguna donde obligue a la empresa a garantizar las prestaciones para sus afiliados.


A esta altura, con la repercusión escandalosa de la medida adoptada por OSDE, el silencio del Ministerio resulta casi cómplice con la medida adoptada por la empresa en detrimento de sus afiliados y prestadores. En el marco de la pandemia mundial, la preservación de la salud mental de la población es tan fundamental, esencial y prioritaria como toda medida preventiva y curativa que se decrete o regule desde el Estado frente al COVID-19.


Se plantea como urgente los plenos derechos de organización, aún de manera virtual y en salvaguarda de las normas preventivas implicadas en la cuarentena, de los profesionales prestadores y usuarios de OSDE para que el Gobierno Nacional obligue inmediatamente al restablecimiento de las prestaciones en salud mental de OSDE, bajo la modalidad “skype” y el pago de las prestaciones a sus profesionales de salud mental.


La situación pone evidencia la necesidad imperiosa de la centralización de todos los sistemas, dispositivos y efectores de salud (hospitales distritales, universitarios, sanatorios, clínicas y laboratorios privados, prepagas, obras sociales) en un sistema único, público y universal bajo gestión y control de trabajadores, profesionales y usuarios.