Salud

6/1/2021

pandemia

Reunión de Kicillof con los intendentes bonaerenses: “Operativo ocultar”

Pese al aumento de contagios, no habrá restricciones en la provincia.

En el cuadro de un ascenso preocupante de casos de Covid-19 en el país, pero particularmente en el AMBA y en zonas turísticas, el “soviético” Kicillof, armó un tinglado para patear la pelota afuera.

Efectivamente, reunido con los intendentes de la provincia y en medio de crecientes rumores sobre medidas drásticas de reducción de la circulación, como “toque de queda sanitario” y control estricto del trasporte, anunció en conferencia de prensa que no iban a hacer absolutamente nada, por lo menos hasta una nueva evaluación epidemiológica la próxima semana.

Aprovecharon el escenario, en cambio, para exaltar las políticas y resultados sanitarios de la Provincia y especialmente, haber inaugurado la temporada turística. Y de paso pegarle a Larreta, en el sentido de que la CABA lleva la delantera en el crecimiento de los casos.

La perfidia consiste en que el montaje propagandístico, que culminó pateando el problema para adelante, no se basó en un diagnóstico tranquilizador. Tanto el ministro de salud, Gollán, como el propio Kicillof, reconocen un cuadro preocupante, caracterizando que la curva de crecimiento de casos es muy importante , muy peligrosa y que este incremento actual, se va a traducir “inexorablemente” en más enfermos y muertes en quince días dado el tiempo de latencia que existe entre unos datos y otros.

Pero como no se puede determinar – dijeron – si este pico es un “rebrote” o una “segunda ola” van a esperar una semana. Una semana, decimos, durante la cual, sea cual sea la comprobación, habrá más contagios que a su turno arrojarán más internaciones y decesos. Rebrote o segunda ola. Casi un juego de palabras, con el que justifican no limitar la actividad económica, fuertemente impuesta por las cámaras empresarias. Textual de Kicillof: “el objetivo central es mantener la actividad económica y el turismo”. Luz de giro a la izquierda y viraje a la derecha.

Lo más negativo es, nuevamente, la exhortación que compartieron todos los presentes, a “concientizar” e “incentivar la medidas de cuidado” que “dependen de cada uno de nosotros”. Como vienen haciéndolo, descargan en la población la responsabilidad que corresponde a las autoridades que deben tomar las medidas que ellos mismos califican como “las únicas que existen” para mitigar los contagios. Detección, aislamientos, confinamientos parciales, protocolos en empresas y trasportes, duplicación de presupuesto para salud y sostén social. Más de una vez aludieron a la segunda ola europea, pero no al hecho de que esos países están tomando fuertes medidas de confinamiento.

Otra vez hubo que escuchar los autoelogios sobre la ampliación lograda de las instalaciones sanitarias, que “por ahora no están críticas”, ocultando lo que interesa, a saber, qué pronóstico de ocupación proyectan, dado que hay un 43% de disponibilidad y los casos detectados que promediaban 6.000 en septiembre y bajaron a 1.000, han trepado a 3000 en la actualidad, un 200% en casi un mes. Las camas de terapia ocupadas crecieron un 17% en 3 semanas (Gollán). Reiteremos además, que es una desinformación hablar de cantidad de camas de terapia disponibles sin informar la existencia de equipos intensivistas que las atiendan, su distribución entre regiones y sistemas – público y privado – y su grado de fatiga.

Kicillof tocó el tema de la vacunación como un logro de la Provincia, sin referirse a sus fuertes limitaciones, escasez de vacuna e incógnita sobre la llegada de nuevas partidas. Datos sin los cuales es imposible una planificación sanitaria y un pronóstico. Diez millones de vacunados en el país para llegar a una mitigación consistente, opina Ernesto Resnik, biólogo molecular (Perfil, 5/1).

La nota de color la dio, como siempre, Berni, que no habló de su función –seguridad – se puso en médico para elogiar la “preparación de la Provincia, para esto que esperábamos y no es ninguna novedad” (¿?). Ante la pregunta sobre la adopción de medidas de su cartera dijo: no venimos a hacer de niñeras, “la sociedad está madura” para ejercer la “responsabilidad social”. Esto cuando el discurso oficial carga contra las fiestas clandestinas, las aglomeraciones y las reuniones sociales. Un verdadero chanta.

Lo que se vio retrata a un gobierno ineficaz para el combate de la pandemia, por su colonización por el empresariado capitalista que impone su criterio por encima de las necesidades sanitarias del pueblo. Si lo que intentó ahora – no se puede descartar – es la preparación del terreno para futuras medidas más drásticas, llega tarde, sin un plan e improvisando cada paso sobre la marcha.

La saturación del sistema de salud sería políticamente, para los FF, el témpano del Titanic. Los trabajadores debemos organizarnos en cada empresa, hospital, medio de transporte y barrio, para imponer las medidas básicas de autodefensa contra la pandemia.

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