En la localidad de Chichinales, conocida como la entrada al valle de Río Negro, ya no quedan camas de internación. La noticia termina por completar un cuadro de saturación del sistema de salud en la zona, que incluye también a Cinco Saltos y Cipolletti, Fiske Menuco (General Roca) y Villa Regina, todas ciudades donde se encuentran los hospitales cabeceras. En algunos de ellos, pacientes esperan en pasillos ser atendidos por Covid-19 porque las guardias ya no tienen tampoco lugar ni infraestructura. En varias localidades se denuncia la falta total de vacunas y testeos.

En la localidad de Chichinales, hace tres años, se desmantelaron dos salas con 7 camas de internación que nunca se repusieron. En la actualidad, en pandemia y aunque los gobiernos hablen de inversión, la situación no ha cambiado. De conjunto, como aquí se vuelve a demostrar, los sucesivos gobiernos han vaciado el sistema de salud.

“Si hoy un paciente requiere internación, no estamos hablando solo del covid sino de cualquier otra patología, incluso por accidentes, deben ser derivados a otros centros de salud. El hospital tiene que salir a conseguir a donde deriva”, (diario Río Negro, 26/5), admitió el jefe comunal Alberto Pacenti, del Frente de Todos, asumido en 2019 luego de José Rivas, de Juntos Somos Río Negro, lo que evidencia que aunque desde el 2006 Chichinales se habría independizado del Hospital de Villa Regina, en realidad no es así.

Este escenario se profundiza porque ahora existe una pandemia y Río Negro afronta una segunda ola, con nuevas cepas, como la de Manaos y sin un sistema de salud fortalecido presupuestariamente para infraestructura, salarios y equipamiento. Esto se explica porque en medio de la pandemia el gobierno nacional y provincial vienen aplicando un ajuste en pos del pago de la deuda, abonando intereses de esta a nivel nacional, pero también provincial, como los intereses del Plan Castello (un megaplan de obras de infraestructura).

La gobernadora Arabela Carreras (Juntos Somos Río Negro), a un año del Covid-19, no ha realizado un solo anuncio para los sectores más golpeados económicamente ante la pandemia, como los y las desocupadas, las mujeres y la juventud; ni sobre las vacunas; ni sobre mayor presupuesto para el sistema de salud y sus trabajadores/as. Pero no se priva de aplicar el ajuste y beneficiar a especuladores con la deuda usuraria, y subsidiar a la patronal frutícola con empréstitos y maquinarias.

Hay que dejar de pagar la deuda, el Plan Castello y sus intereses y utilizar esos recursos para la triplicación del presupuesto de salud y salarios iguales al costo de la canasta básica para los y las trabajadoras; seguro al desocupado de 40.000 pesos; triplicación del presupuesto educativo y conectividad para docentes y estudiantes. También es necesaria la centralización del sistema de salud.

Solo los y las trabajadoras podemos dar salida a la crisis.