La ciudad de Tartagal es la que mayor cantidad de casos positivos de Covid-19 registra en la provincia de Salta, poniéndola al borde del colapso. Al miércoles 12, eran 238 los casos acumulados y cuatro los fallecidos.

Apenas se empezó a elevar la curva de contagios, quedó en evidencia el vaciamiento de salud que hemos venido denunciando ya desde antes de la pandemia, desmintiendo el discurso oficial. La sala para atención de pacientes con Covid-19 en el Hospital Perón de Tartagal, cabecera del Departamento San Martín, está colapsada. Tuvieron que habilitar el “Hospital de Campaña” en las instalaciones del Complejo Deportivo Municipal, cuya única “mejora” fue la disposición de un número de camas.

Los pacientes denuncian que el hospital Perón queda por largos espacios de tiempo sin médico de guardia. Al mismo tiempo, hay reclamos porque se dieron casos de médicos con ocho días consecutivos de guardia. Las denuncias por la falta de insumos y de personal en ese hospital datan de muchos años atrás.

Este miércoles 12 se confirmaron 35 contagios en un hogar de ancianos de la localidad, 19 de los cuales son residentes y 16 trabajadores.

Todo un cuadro inescindible del multitrabajo de médicos, enfermeros y personal de limpieza, resultante de los bajos salarios que perciben.

En toda la región

En el municipio de Salvador Mazza, a 55 kilómetros de Tartagal y en la frontera con Bolivia, esta situación se replica: falta de médicos, enfermeros, guardias colapsadas, etcétera. Tiempo atrás, ya en medio de la cuarentena, una trabajadora del hospital le reclamó al gobernador Gustavo Saénz que por lo menos mande alcohol en gel, en oportunidad de la visita de este a la localidad.

Con respecto a los municipios de Mosconi y Aguaray, se escucha decir que es cuestión de tiempo para que la situación sea la misma que en Tartagal, y aún más grave teniendo en cuenta que las carencias en el sistema de salud son mayores. En Mosconi, el hospital se quedó con un solo profesional, porque un médico y una bioquímica dieron positivo.

La responsabilidad del gobierno

Ante este cuadro desesperante, la ministra de Salud, Josefina Medrano, ha venido sosteniendo que los contagios son por aglomerados, una forma de esconder lo que a todas luces aparecía como la circulación comunitaria del virus. La negativa desde hace semanas a reconocer esta situación -algo que Saénz finalmente debió hacer esta semana (LPO, 11/8)- impidió tomar medidas más eficientes para evitar los contagios.

La política del gobierno de Sáenz y del intendente de Tartagal, Mario Mimessi, es apuntar a la responsabilidad individual, instalando en la opinión pública que las fuentes de contagios serían las reuniones familiares y las juntadas en bares y confiterías, que por otro lado habilitaron oficialmente. Mientras tanto las grandes actividades económicas -petroleras, sojeras y las empresas que les prestan servicios- nunca cerraron, por lo que sus trabajadores fueron obligados, ante la falta de transporte, a desplazarse como puedan a sus lugares de trabajo. Los contagios en la destilería Campo Duran son un ejemplo del resultado de esta política.

Los contagios también se registran en el personal de salud, como resultado, esencialmente, de la falta de capacitación específica y de la no provisión de elementos de bioseguridad. Estas causas son responsabilidad directa del gobierno y de su política de ajuste, cuyo único objetivo es el rescate y pago de una deuda ilegítima y fraudulenta.

Reclamamos la urgente designación de médicos, enfermeros y personal de maestranza; así como la provisión de insumos médicos y de elementos de bioseguridad. Los gastos deben ser afrontados con los recursos que se obtengan de un impuesto a las grandes fortunas, como lo hemos planteado en la Legislatura salteña y en la Cámara de Diputados de la Nación.

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