A más de cien días de comenzada la cuarentena llegamos a un colapso del sistema público de salud en la Municipio de San Isidro. Hace unos días dieron una conferencia de prensa virtual el intendente del distrito, Gustavo Posse y el secretario de salud Juan Viaggio manifestando que el municipio ha llegado a un 72% de ocupación de las camas de terapia intensiva.En el último fin de semana la cifra ascendió a 100% en las camas destinadas al tratamiento de Covid-19.

Cabe recordar que se contaba con una cifra irrisoria de 14 camas con respiradores en UTI (unidades de terapia intensiva) destinadas a Covid-19 y en el marco de crecimiento exponencial del virus se agregaron tan sólo 6 camas llegando a un total de 20 camas para una población que según el último censo de 2010 tiene 292.878 habitantes.

Los últimos datos oficiales confirmaron 924 vecinos con Covid-19 positivo de los cuales 254 se encuentran en tratamiento en sus hogares. Hace unos días atrás el intendente Gustavo Posse aseguró que “los hospitales se van a colapsar, es una cuestión matemática” (Quepasaweb.com.ar), lo que da cuenta de que la realidad se le está escapando de las manos.

Vale aclarar que los trabajadores de salud del distrito están expuestos a los contagios por falta de Equipos de Protección Personal y vienen sufriendo despidos en el Hospital de Boulogne y en el Hospital Materno Infantil, lo cual agrava la crisis sanitaria del Municipio.

Si bien en San Isidro se llevó adelante el Plan Detectar en los barrios vulnerables de La Cava, Ombú, Covicom, Santa Rosa, Obrero, Los Perales, Santa Rita y Barrio San Isidro, la falta de cifras oficiales sobre la cantidad de habitantes de cada barrio pone en cuestión si las muestras tomadas son realmente significativas. Por otro lado, la situación de hacinamiento, falta de agua potable y cloacas en los mismos, genera un caldo de cultivo para la aceleración del contagio en las barriadas. Mantener estas condiciones en un distrito que es rico en recursos, pone sobre la mesa que los intereses de Posse lejos están de ser los de los trabajadores y trabajadoras del distrito..

Más que nunca se hace imperiosa la puesta en pie de comisiones de control de seguridad e higiene en los lugares de trabajo y en los barrios más vulnerables, bajo control de los trabajadores y trabajadoras. Por un subsidio de $30.000 al desocupado y la aprobación de un impuesto verdadero a las grandes fortunas junto a la centralización del sistema de salud.