Se confirmaron tres casos de coronavirus en enfermeras del servicio de Neonatología, producto de esto se evacuó el servicio y hay 40 profesionales aislados esperando resultados de hisopados. Las autoridades del hospital todavía no lo oficializaron. Desde hace semanas los trabajadores vienen organizándose en asamblea exigiendo por los EPP, denunciando las máscaras truchas entregadas por el gobierno y "donadas" por Sutecba, por lo cual entregaron notas a la dirección con sus reclamos y hasta fueron presentado recursos de amparo como en otros hospitales (Tornú y Moyano). Pero las respuestas no llegan y los contagios aumentan.

La enfermera se habría contagiado en una clínica privada de la CABA, una muestra del politrabajo al que son sometidas por los bajos salarios que paga Larreta. El resto de las compañeras lo contrajo en el servicio. Afirman que, durante las 72 horas de espera del resultado de la primera enfermera contagiada, no se tomaron medidas de aislamiento preventivo al conjunto del personal. Este caso se hace público luego de la última modificación del protocolo del Ministerio de Salud, que sigue dejando desamparados a los trabajadores expuestos a contacto con sospechosos. Deben tomarse medidas preventivas de aislamiento para evitar contagios intraservicios y testar masivamente a trabajadores de la salud periódicamente.

En conjunto con esta situación de desamparo, trabajadores denuncian que en este servicio no se entregan los mismos equipos de protección personal que en la guardia externa, exponiendo aún más a las trabajadoras de neonatología. La equiparación de insumos de seguridad y EPP para todo el personal fue parte de los reclamos que los trabajadores vienen realizando todas las semanas.

Ante el cierre del servicio por quince días ante la cuarentena de todo su personal, se derivaron los pacientes a la maternidad Sardá. La falta de protección de los funcionarios hace que se resienta el sistema hospitalario en su conjunto en un momento en que la cantidad de casos sigue siendo baja. Pero la novedad de esta semana fue el contagio entre diferentes trabajadores de salud.

En los hospitales porteños, el Ramos Mejía no es la excepción, existe una discriminación con respecto a los elementos que se entregan. Por ejemplo, el gremio AMM entrega a los médicos antiparras de una mejor calidad que las que entrega el gobierno de la Ciudad. Lo mismo pasa con las máscaras, ante el bochorno de lo que entregó el gobierno se organizaron donaciones y los propios trabajadores tuvieron que poner plata de su bolsillo para comprar máscaras de acrílico que los proteja.

Vuelve a ponerse sobre la mesa la necesidad de que se centralice todo el sistema de salud bajo el mando del ministerio de CABA y con la intervención activa de los trabajadores como agentes de fiscalización en el cumplimiento de entrega de EPP correspondientes e insumos de bioseguridad.