Salud
2/7/2020
Un ninguneo a la salud mental de la población
El nuevo Comité presidencial de expertos carece de profesionales del área, en línea con la falta de medidas gubernamentales para el sector.
Seguir
Psicoanalista. Profesional de la Salud Mental
El gobierno nacional acaba de constituir un nuevo “Comité De Expertos” para el seguimiento de la pandemia y la cuarentena. Lo novedoso es que de los 13 nuevos integrantes, se integran especialistas y diplomados de disciplinas por fuera de la medicina, como abogados, filósofas y hasta eticistas. Sin embargo, llama la atención que no se haya integrado en esta segunda tanda de “comité” ningún especialista en salud mental, lo cual habla a las claras de una política deliberada -y a esta altura marcada y manifiesta- de desatención del gobierno nacional al impacto de la cuarentena en la psiquis de la población.
¿La pandemia angustia pero la cuarentena no?
En Prensa Obrera venimos alertando sistemáticamente sobre la falta de medidas de abordaje comunitario y acciones de emergencia en el campo de la salud mental desde el inicio de la cuarentena. Algo que destacamos, de hecho, en defensa de la cuarentena, para la cual hemos reclamado y seguimos reclamando un control popular, en oposición a las flexibilizaciones que el gobierno nacional y los locales vienen haciendo en favor de las patronales.
Las inevitables consecuencias en un sector de la población de un aislamiento preventivo de más de tres meses, sin la implementación de acciones sanitarias en el campo psicosocial y comunitario (salvo en casos de emergencia aislados) por parte del gobierno nacional y de su principal organismo del área, la Dirección Nacional de Salud Mental, ha dejado todo un terreno argumentativo a la propia derecha anticuarentena.
Como quien tapa el sol con la mano, muchos referentes kirchneristas de la salud mental vienen desarrollando un negacionismo por momentos obsceno. y cada vez más elocuente: frente al impacto subjetivo de la cuarentena y ciertas publicaciones de datos epidemiológicos de diversas instituciones (algunas políticamente encolumnadas con la derecha anticuarentena, como el caso de la gestión de la Facultad de Psicología-UBA) han salido a denunciar el uso “dudoso” de los datos con el fin de levantar la cuarentena. Y, acto seguido, a tildar cualquier relevamiento epidemiológico en el campo de la salud mental de “estigmatizante” y prematuro, para ahora abonar una nueva hipótesis tomada de las mismas palabras de Alberto Fernández: “no es la cuarentena, es la pandemia”. En términos psi: “Lo que angustia es la pandemia, no la cuarentena”.
El oficialismo pretende acudir a una verdad a medias a los fines de encubrir una (falta de) política sanitaria oficial: ocurre que hasta ahora no se ha anunciado ningún relevamiento epidemiológico en salud mental ni plan alguno de intervención. ¿Sobre qué base los especialistas oficialistas en salud mental nos dicen que “lo que angustia es la pandemia, pero no la cuarentena? No lo sabemos. Se cae en el ridículo en el que cualquier indagación en el campo específico resulta ser “estigmatizante” y hasta “funcional a los anticuarentena”. Justamente, como lo venimos señalando desde estas páginas, nada más funcional a la derecha anticuarentena que dejarla como la defensora de la epidemiología y del relevo de datos en salud mental.
Un nuevo Comité de expertos sin salud mental
La ausencia de profesional alguno de la salud mental en el nuevo equipo no resulta del todo llamativa a esta altura. Ocurre que cualquier indicación sobre la gestión de la cuarentena desde el campo de la salud mental puede poner sobre el tapete la necesidad de una reorganización de todo el sistema sanitario (dispositivos, efectores de nivel primario y secundario, público, privado y obras sociales) bajo la gestión pública. De acuerdo a algunos datos publicados, desde el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, se ha incrementado considerablemente el consumo de psicofármacos (ansiolíticos, antidepresivos) y miorrelajantes, en muchos casos de manera autoprescripta. Así, no es cierto que “con la cuarentena perdemos todos”: la gestión de la cuarentena sin medidas en salud mental, abre las puertas para que los grandes laboratorios y los pulpos farmacéuticos sean los grandes beneficiados.
Insistimos en nuestro programa, que plantea la reorganización de los distintos efectores y dispositivos en salud mental en todos sus niveles, la centralización del sistema de salud bajo gestión pública y estatal, la nacionalización de los laboratorios farmacéuticos y bioquímicos, un impuesto extraordinario a las grandes fortunas y la suspensión del pago de la deuda externa.