Salud

17/7/2020

Un “plan” de 3 minutos para salud mental

A cuatro meses de la pandemia y la cuarentena, el gobierno nacional presentó el “Plan Detectar Salud Mental" en unos breves instantes de conferencia.

Psicoanalista. Profesional de la salud mental.

Hugo Barrionuevo en la conferencia.

Recién a cuatro meses de declarada la pandemia de coronavirus (que se encontraría por estos días en su “pico”) y del inicio del aislamiento obligatorio, el gobierno nacional acaba de anunciar a través del Director Nacional de Salud Mental, Hugo Barrionuevo, el Plan “Detectar Salud Mental”, que ha pasado inadvertido como medida sanitaria principal.

El marco de presentación del “plan” ya habla por sí solo del grado de poca relevancia otorgada por el Estado al abordaje del sufrimiento psíquico de la población. El tiempo literal y cronometrado del anuncio del “Detectar Salud Mental” duró lo que podría durar un audio promedio de whatsapp: 3 minutos “por reloj” (los últimos del parte diario sanitario del Ministerio de Salud que su viceministra, Carla Vizzotti, ofreció el jueves 16 de julio).

Gato por liebre

En los tres minutos “relámpago” que Vizzotti cedió a Barrionuevo, el funcionario informó que los lineamientos generales del “plan” consistirían en el “acompañamiento de un profesional de la salud mental” a los equipos de rastrillaje y testeos de los equipos intervinientes en el “Plan Detectar”, para advertir “situaciones que puedan ser emocionalmente delicadas” en las personas “que puedan estar aislamiento o en espera de resultados de pruebas de laboratorio”, como así también a “sus familiares”. Además, el “plan” se complementaría con “líneas telefónicas de apoyo”.

Curiosamente, cuando la pandemia y el aislamiento obligatorio vienen desde hace meses generando paulatinamente sufrimiento psíquico en vastos sectores de la sociedad, Barrionuevo aclara que “el objetivo es la prevención” (sic) y que se está trabajando “desde el inicio de la pandemia” -algo dudoso de dar crédito, teniendo en cuenta que ni se ha anunciado medida alguna en el campo de la salud mental al comienzo de la pandemia, ni la Dirección Nacional de Salud Mental ha realizado informe epidemiológico alguno.

Desde estas páginas venimos advirtiendo la falta de políticas públicas para abordar los problemas epidemiológicos de la salud mental por parte del gobierno nacional y de las distintas administraciones provinciales. No ha habido Plan de emergencia alguno desde el inicio de la pandemia y la cuarentena. La aparición pública significativamente tardía- de Barrionuevo (que para el común de la población, a diferencia de los infectólogos asesores presidenciales, no casualmente es casi un “perfecto desconocido”), se produce en el momento más delicado del ascenso de la curva del virus y cuando es inminente la “flexibilización” de la cuarentena decidida por el “triunvirato Alberto Fernández – Horacio Rodríguez Larreta – Axel Kicillof” en la zona Amba.

El gobierno nacional se encargó de acuñar discursivamente que “lo que angustia es la pandemia, pero no la cuarentena”, en lugar de planificar desde el comienzo del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio y a modo preventivo el abordaje sanitario frente al impacto psíquico de la pandemia y la cuarentena, a través de un verdadero Plan de Emergencia, construyendo una red coordinada de efectores y dispositivos en los distintos sectores y niveles del sistema de salud bajo gestión pública y de usuarios, con apertura de centros de atención primaria y equipos multidisciplinarios comunitarios que pudieran relevar las consecuencias de la pandemia y el aislamiento en la población.

Lo anunciado ahora está muy lejos de eso: consiste solamente en adosar un psicólogo o psiquiatra a los equipos médicos del “Plan Detectar” y ofrecer un “acompañamiento emocional” a los vecinos testeados, a la espera de resultados y a sus familiares. Muy lejos de un Plan. Nótese además que el anuncio se enfoca al problema “médico” del contagio, no así a los efectos psíquicos generados por más de 100 días de aislamiento y encierro.

Se suman dos problemas que excluyen a todo un sector importante de la sociedad de cualquier eventual y necesaria intervención epidemiológica: las limitaciones del Plan Detectar –que no implica ninguna política de testeos masivos– y la extrema precarización en la que los trabajadores de sus realizan las tareas en territorio.

¿Por qué justo ahora el anuncio?

Resulta curioso que frente a la flexibilización del aislamiento preventivo y obligatorio, aún de manera casi desapercibida, se anuncie el “Plan”. Ocurre que además de la apertura de la cuarentena (insistimos, en el peor momento de la pandemia) por la presión de la clase capitalista nacional, el “negacionismo” del gobierno nacional –y sus principales referentes en salud mental- vienen chocando con el principio de realidad. Luego de meses de intentar instalar que el aislamiento es inocuo a la salud mental (para justificar la falta de medidas sanitarias), en particular desde desde el cruce de Alberto Fernández con la periodista anticuarentena Silvia Mercado, distintos especialistas y hasta funcionarios oficialistas han tenido que reconocer las consecuencias psíquicas de la cuarentena (e implícitamente la falta de políticas públicas).

Así, días atrás el reconocido infectólogo Fernando Polack reconoció que “parte de las causas por las que se flexibiliza la cuarentena en el pico de la pandemia son psicológicas” (Animales Sueltos, 14/7) y hasta el Secretario de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, el médico y represor Sergio Berni –quien por estos días se encuentra en un ojo de tormenta política por la desaparición del joven Facundo Castro- sostuvo en el programa Intratables (14/7) que “la cuarentena se flexibiliza con el aumento de los contagios pero por una cuestión sanitaria también, porque la salud es el completo equilibrio físico, psíquico, emocional y social, no es solamente una cuestión física, y para mucha gente le está siendo muy difícil sostener esta cuarentena” (sic).

Un verdadero Plan Nacional de Salud Mental (a diferencia de un improvisado “plan de 3 minutos”) para el abordaje de las problemáticas psíquicas de la población surgidas a partir de la pandemia y la cuarentena implicaría un aumento presupuestario y a una reestructuración de todo el sistema de salud bajo gestión pública, antagónico hoy a los intereses del pago de la deuda externa y de las siderales ganancias de los grandes laboratorios, uno de los sectores económicos más ganadores por el aumento sustancial de la venta de medicamentos desde el inicio de la cuarentena. Reafirmamos el planteo que venimos desarrollando desde estas páginas: nada más funcional a los sectores más reaccionarios de los anticuarentenas que el “negacionismo” ajustador en la Salud Pública y la Salud Mental de la población.