Salud

5/4/2020

Zapala: la guerra sin protección contra el coronavirus

El Hospital Zapala es uno de los epicentros de esta lucha. El gobierno es responsable de las pésimas condiciones sanitarias.

El Hospital Zapala es el hospital público de la provincia que más casos positivos de coronavirus alberga. Nuestro hospital no escapa a la realidad de todos los hospitales del país. La salud pública neuquina recibe el coronavirus cuando esta ya se encontraba en Terapia Intensiva, poniendo de manifiesto el profundo vaciamiento al que ha sido sometida.


El Hospital Zapala es cabecera de la Zona sanitaria II, es decir que recibe interconsultas, derivaciones y muestras de laboratorio de hospitales de menor complejidad como son el Mariano Moreno, Bajada del Agrio, Las Lajas, Loncopué, El Huecú y Aluminé. Da respuestas a una población de 73.968 habitantes, según proyecciones del INDEC.


Por los medios de comunicación nos enteramos de una supuesta Red Sanitaria Provincial, que plantea el gobierno. No hay información oficial al respecto y mucho menos alguna participación de los trabajadores en esa planificación, donde nuestro hospital seria uno de los que reciba los casos críticos de coronavirus de toda la provincia, junto al hospital Heller y el Castro Rendón. Es decir, que recibiríamos pacientes de la zona III, Chos Malal, Tricao Malal, Andacollo, Las Ovejas, Buta Ranquil y El Cholar, el norte neuquino, que dicho sea de paso no cuentan con los respiradores adecuado para el traslado de pacientes provenientes de la zona V, con cabecera en el hospital de Cutral Co; y desconocemos si también derivarán pacientes de la zona IV, con cabecera en el hospital San Martin de los Andes.



¿Cómo se enfrenta nuestro hospital a la pandemia?


Con respecto a los insumos de uso diario y descartables, como alcohol, lavandina, jabón, toallas descartables, hace tiempo que no abundan, y menos ahora. No contamos con alcohol en gel en los servicios y los EPP (Equipos de Protección Personal) como son barbijos, antiparras, y camisolines, requeridos ante la pandemia de Covid-19, se cuentan con los dedos de las manos en los servicios más expuestos.


Otros servicios como mantenimiento, electromedicina, mucamos, cocineros, bufeteros, estan desprovistos totalmente de EPP por no estar en contacto directo con pacientes. Según un protocolo provincial, para ellos, con el lavado de manos es suficiente. La verdad es que muchos de estos trabajadores entran y salen a diario de las salas de internación, y tienen que mendigar para que se le otorguen algunos elementos. La provincia baja un protocolo que enfrenta a los trabajadores en la protección de su vida y la de su familia para justificar la escasez de insumos.


Hace unos días una trabajadora del Hospital Zapala realizó una publicación en las redes solicitando donaciones de tachos de basura, pulverizadores y antiparras, rápidamente salió el secretario general de ATE Zapala, José Sierralta, de la Verde Blanca, a desmentir el faltante de insumos.  Según el dirigente es solo una campaña de noticias falsas pergeñadas “desde la izquierda”, que busca desestabilizar en un momento de alta sensibilidad en la población.  Rápido para salir a defender el vaciamiento del hospital público en nombre del gobierno provincial, lento para recorrer el hospital para saber en qué situación nos encontramos y luchar en defensa de las condiciones laborales de los compañeros.


Un capítulo aparte se merecen los recursos humanos, que siempre fue escaso en todos los agrupamientos. El vaciamiento de la salud pública se ha profundizado. Ninguna de las plantas funcionales deficitarias se ha completado. Se contrata personal precarizado, de forma eventual, que al año debe cambiar de funciones o se queda sin trabajo.  Ni hablar de los profesionales, que duran meses producto de los bajos salarios en proporción con la superexplotacion, la multifunción y la sobrecarga de guardias.



Con la llegada de los casos positivos, esta situación empeora. Ya tenemos una decena de compañeros aislados por estar en contacto con pacientes infectados. La utilización de insumos aumenta a diario y no se están reponiendo al ritmo que debería. En unos días nos quedamos sin insumos.


Para enfrentar la pandemia se están armando 100 camas en la ampliación del Hospital, obra que aún no fue inaugurada, y que debía ser inaugurada en diciembre. Y además, el gobierno municipal instaló 80 camas en un CEF de la localidad. Es decir que se va a casi triplicar la cantidad de camas, pero los profesionales de la salud, a pesar de los anuncios, siguen siendo escasos para la cantidad de camas actuales. Han entrado a cuentagotas algunos trabajadores, pero hay servicios muy resentidos afectados por licencias y por aislamientos.  Es necesario que ingresen los trabajadores necesarios para completar las plantas y enfrentar la pandemia, bajo convenio y en planta permanente.


En cuanto a las capacitaciones, a pesar de existir cierta información que produce el ministerio de Salud de la provincia, los servicios han tenido que prepararse por motivación propia. Se han ofrecido capacitaciones durante días feriados, fuera del horario laboral, para el que quiera asistir.  No existen protocolos claros aun, y eso ha llevado a los trabajadores a exponerse al virus y a situaciones de miedo y estrés.


Sobre los materiales de protección, y alcohol en gel, se responde que no hay disponibles en el mercado, por ello es que desde la izquierda planteamos la centralización de todas las patas del sistema de salud en todo el país, sin distinción entre efectores públicos y privados, incluyendo laboratorios y la reconversión forzosa de industrias para producir EPP en gran escala. La crisis impone medidas de fondo que el gobierno no está dispuesto a tomar, debemos arrancarlas.


Urge conformar un comité de higiene y salubridad electo por los trabajadores y trabajadoras, que recoja los reclamos urgentes, la necesidad de insumos, y que además defina  medidas efectivas para proteger, sin reparar en gastos, nuestras necesidades de salud.