Sindicales

11/3/1999|618

100 condenados que no se quieren ir

La falsedad de que el Smata — que estaría capeando la crisis transformando los despidos en suspensiones aparece en toda su dimensión en la fábrica de cables UTA. En los últimos cinco meses, esta fábrica lideren la industria de cableado automotor pasó de más de 500 operarios a menos de 300, mediante el corte de todos los contratos y el despido, también, de efectivos. 

Aun así, a la vuelta de las vacaciones forzadas (repudiadas por la “tragada” de tres días feriados por las fiestas, establecidos en el convenio) se esperaban malas noticias, que al fin llegaron. De buenas a primeras y aprovechando vacaciones de algunos sectores combativos de fábrica, la interna llamó sorpresivamente a asamblea general, algo que no ocurría hace más de un año, para informar que habría ¡150 despidos más! 

Por supuesto, todos efectivos, con el agregado de que la lista está en manos de la interna que confirma o desmiente quién la integra, ante la demanda de cada compañero. La interna se hizo también correa de transmisión de una “graciosa concesión”: los que se anotaron voluntariamente entre el 9 y el 12 de febrero recibirán un 30% más que la indemnización de la ley. Un mensaje claro bajó para la mayoría de la fábrica, “andate ahora que después perdes”. 

Toda la podredumbre de la política del Smata aparece retratada en UTA. Estamos ante un retiro-despido, voluntario-forzado, que inexorablemente terminará en 150 compañeros menos. Ejecutado por un pulpo que sólo por la diferencia de rebaja salarial impuesta en el último convenio de empresa (firmado por Smata), embolsó en los últimos tres años más de cinco millones de dólares de ganancias adicionales. 

Aun así se fueron solamente 50 compañeros, otros 20 retiros fueron rechazados por resultar ‘caros´, debido a la antigüedad; como consecuencia de lo cual unos 100 compañeros están en la picota en medio de la angustia de toda la planta. Pero, también, de una gran bronca porque se sabe que la patronal anotó decenas de jóvenes en agencias de la zona y que se está firmando un contrato de producción con Peugeot. 

Entonces surge claro el reclamo de una salida distinta, suspensiones rotativas o reducción horaria a pago total, teniendo en cuenta que se pagan salarios que en promedio están en 500 pesos y no admiten podas. En resumen: Reparto de horas sin afectar el salario. La interna recibió este tipo de sugerencias en la “asamblea sorpresa” y dijo que no eran viables. De hecho no lo son para la gerencia de personal, pero son la única salida viable para los trabajadores. Está a la orden del día una nueva Asamblea General: los 100 compañeros no se quieren ir y toda la fábrica debe de-fenderlos.