Convocado por todas las federaciones de la docencia universitaria y preuniversitaria y por Fatun (federación de trabajadores no docentes) el próximo jueves 14 de marzo las facultades, colegios, escuelas e institutos de todas las universidades nacionales estarán vacías.

Se trata de la primera medida conjunta en respuesta a la ofensiva del gobierno de Milei a las universidades, uno de sus blancos educativos preferidos a las que les asigna para todo el 2024 el mismo presupuesto que el 2023, a pesar de una inflación, solo interanual, del 211,40% (diciembre 2022/3).

Adorni, el vocero presidencial, en su conferencia matutina del 6/3 aclaró más los objetivos del gobierno: las universidades no tendrán presupuesto por ser centros de “adoctrinamiento”. Pretenden no sólo avanzar a fondo en la mercantilización y privatización de la educación superior y de toda su producción científica, de sus actividades de extensión y de la formación que se dicte, sino que buscan destruir el pensamiento crítico, la investigación independiente, directamente todo lo que no esté al servicio de las ganancias del capital.

A la asfixia presupuestaria se agrega la suspensión del subsidio a la electricidad de todos sus edificios. En concreto, la plata no alcanzará para tener abiertas las puertas de todas las universidades nacionales más allá de abril o mayo.

Pero el presupuesto no sólo afecta el funcionamiento, sino también los salarios de los trabajadores docentes y no docentes, ya devaluados y con muchas categorías por debajo de la línea de pobreza. Los últimos aumentos fueron 6% para diciembre y 16% para febrero. En el caso de la docencia preuniversitaria, el salario sufrirá una reducción adicional del 16% aproximadamente por la anulación del Fonid. En la última reunión paritaria (febrero 2024) directamente la Secretaría de Políticas Universitarias anunció que no habrá más negociaciones salariales con el ex ministerio, sino que pasarán a discutirse con los rectores, que no son los que determinan el presupuesto. Una virtual declaración de congelamiento salarial. En cadena con el golpe al salario se verán afectadas las jubilaciones de la docencia universitaria y preuniversitaria, que perciben un 82% del salario del activo, con actualizaciones trimestrales. En el caso de los estudiantes, también los afecta de lleno, desde la cantidad de becas a otorgar y sus montos, los comedores universitarios y los albergues.

Por el lado de los rectores y gestiones universitarias, todas alineadas con los distintos bloques patronales, sólo se han conocido declaraciones formales respecto a las consecuencias del ahogo presupuestario. No sacan los pies del plato. Sin embargo, al igual que los gobernadores, mientras anuncian que sin plata deberán cerrar, aplican el mismo ajuste que Milei puertas adentro: despidos y cierre en la licenciatura de Enfermería de la Universidad Nacional de La Pampa, reducción de cupo de las materias a cursar, cierre de cursos y baja de designaciones en la Unqui, despidos en la universidad de Córdoba y en la Jaureche, son las primeras demostraciones.

Se trata de un ataque sin precedentes que requiere una respuesta a su altura. Necesitamos un gran movimiento universitario de docentes no docentes y estudiantes que frene esta ofensiva y arranque el aumento de salarios y partidas presupuestarias. Es lo que se está discutiendo en todas las dependencias en las últimas semanas y con el comienzo de un nuevo ciclo lectivo

En diversas universidades ya se han organizado asambleas, reuniones interclaustro y acciones como cacerolazos universitarios, radios abiertas. Por ejemplo, la asamblea convocada por AGD UBA resolvió impulsar un plan de lucha nacional con paros que afecten el inicio del ciclo académico, en función de sostener un “comienzo sin normalidad académica” y proponer como primeras jornadas de paro el 13 y 14 de marzo. De la misma manera, distintas asambleas convocadas por sindicatos pertenecientes a la Conadu y Conadu Histórica se fueron pronunciando, lo que también se replicó en el gremio no docente. Finalmente el conjunto de las federaciones de docentes y no docentes acordaron una primera medida en común el 14 de marzo con paro total de actividades y acciones de visibilización en todas las universidades. En el caso de AGD-UBA las realizaremos durante toda la semana y el 15 en Pizzurno. Un salto para estas direcciones que, integradas al gobierno del FdT, firmaron paritarias a la baja y trabajaron para diluir cualquier lucha conjunta en defensa del salario.

Tenemos que impulsar a fondo este paro, para que su éxito sea una advertencia al gobierno y un aliciente a todos los trabajadores para profundizar la pelea. Desde la Agrupación Nacional Naranja proponemos un congreso de delegados de todos los sindicatos y federaciones que apuesten a la defensa del salario y de la universidad pública, para decidir de conjunto los siguientes pasos a seguir en función de un plan de lucha sostenido hasta terminar con esta ofensiva, propuesta que ya fue aprobada por la asamblea de AGD UBA. El viernes 15 sesionará en una carpa frente al Palacio Pizzurno el congreso de Conadu Histórica, el cual será una oportunidad para debatir y decidir sobre esta y otras propuestas de acción que den continuidad al paro del 14, entre otras medidas con la preparación de una gran marcha nacional. En el caso de AGD UBA, junto a la comisión interna no docentes y centros de estudiantes y agrupaciones estudiantiles, nos daremos cita al mediodía para reforzar la convocatoria.

El 14 es el primer paso conjunto. Avancemos en la determinación de un plan de lucha con paros y acciones junto a estudiantes que ponga freno a esta política hostil hacia la universidad estatal pública gratuita y laica y que arranque nuestros reclamos. Organicemos un gran movimiento de nuestras universidades que reclame y conecte con un plan de lucha del conjunto de las y los trabajadores ocupados y desocupados, asambleas populares, centros de estudiantes, organizaciones de DD.HH. y agrupaciones de la cultura.

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