Sindicales
8/11/2012|1247
7D: Sabbatella no despejó las dudas
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El viernes 2 de noviembre la comisión interna de los trabajadores de prensa de Canal 13/TN se reunió con el presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Martín Sabbatella.
El balance del encuentro mostró diferencias. Un comunicado de la interna del 13 señaló que “Sabbatella se comprometió a que sea un requisito para todas aquellas empresas que tengan que ‘adecuarse’ a la nueva ley de manera voluntaria o no, garantizar todos los puestos de trabajo”. Pero en un despacho de Télam publicado ese mismo día, el titular de la AFSCA realiza declaraciones donde la palabra “garantía” está ausente. En cambio, sostuvo que “nos comprometimos a trabajar juntos en la defensa de todos los puestos de trabajo”.
“Trabajar juntos en la defensa…”, no es una formulación rigurosa sobre algo tan concreto como los puestos de trabajo. ¿Qué hará la AFSCA si hay despidos? ¿Cómo se le impondrá a la empresa a la que se obliga a desinvertir que garantice los puestos de trabajo de la unidad de negocios de la que se desprende? ¿Se le exigirá la garantía de los puestos en las empresas que le quedan? ¿O se le exigirá a la nueva patronal, en el caso de empresas que cambien de manos? ¿Qué ocurrirá en una eventual transición entre la desinversión y la llegada del nuevo dueño? Una “defensa” compartida de los puestos entre la AFSCA y la interna del 13 pone en pie de igualdad dos instituciones que no lo son ni pueden serlo: la comisión interna debe “trabajar” en la defensa de los puestos de trabajo con la orientación que le marcan los trabajadores que representa. La AFSCA que preside Sabbatella no tiene, en cambio, entre las 35 “funciones y misiones” que le marca la ley de Servicios de Comunicación Social ninguna mención a puestos de trabajo ni mucho menos la obligación de defenderlos. Por el contrario, en el punto 13 de sus funciones y misiones está la de “promover y estimular la competencia y la inversión en el sector”, lo que en un sistema capitalista significa regularmente “ahorro de costos” (despidos).
Luego, los dos comunicados hacen referencia a “las convenciones colectivas” o al “convenio colectivo”, con la inclusión de la palabra “marco”. Se trata de un tema muy sentido para los compañeros de Canal13/TN y su comisión interna, que llevan años denunciando cómo la patronal lo pisotea. Luego de casi diez años de gobierno kirchnerista es lícito preguntarse qué novedad tiene para aportar el AFSCA que no haya hecho hasta ahora el impotente Ministerio de Trabajo, que vio pasar todas las violaciones al convenio en Canal 13/TN y las restantes empresas del grupo Clarín. Los despidos del delegado Marcelo Moreira y de la compañera de la Naranja de Prensa, Mariana Cuccarese, del cual no se ha informado si estuvieron presentes en la agenda de la reunión, están ahí para subrayarlo.
Por lo que se sabe, Sabbatella no hizo mención a cómo se garantizará la libertad de expresión de los periodistas que se desempeñan en los medios que se reestructurarían a partir del 7D. Sin libertad de expresión, el puesto de trabajo del periodista no está garantizado de ninguna manera, porque la posibilidad de expresar sus opiniones e informar con libertad es algo indivisible de su condición de trabajador de prensa y, por lo tanto, de su puesto. El mismo día de la reunión de Sabbatella, Télam difundió un despacho que da cuenta de la presentación de un proyecto de ley de dos legisladores del Frente para la Victoria, donde se propone una modificación del Estatuto del Periodista para garantizar que los periodistas puedan, “sin perjuicio alguno negarse a participar en la elaboración y/o difusión de informaciones contrarias a sus principios éticos de la comunicación en el medio al cual están involucrados laboralmente”. Es el derecho al silencio, que no modifica ni un ápice el monopolio de la línea editorial del que gozan los capitalistas o el Estado que conduce un medio de comunicación. La alternativa del proyecto es que se declare despedido y tenga derecho a la indemnización. Volvemos a la vieja arenga K, cuando les pedían a los compañeros de Clarín que renunciaran al diario.
La interna de Canal 13 concurrió a la cita con Sabbatella sin un pliego de reivindicaciones originado en un mandato de asamblea. Se limitó a la extraña fórmula de pedirle a los trabajadores que dirigieran por mail preguntas para el funcionario, que ellos se encargarían de retransmitir. Así, se perdió la oportunidad de llegar ante el presidente de la AFSCA precedidos de un cuadro de movilización, estimulado por exigencias concretas emanadas del rigor del voto de la asamblea.
La movilización y la deliberación en torno a un programa de salida apto para enfrentar a cualquier patronal fortalecería a los compañeros frente a los inciertos acontecimientos por venir.