A Plaza de Mayo con el sindicalismo combativo

La CGT, con las patronales y la interna del PJ

La marcha convocada inicialmente por los gremios industriales -a la que luego adhirió la CGT-, junto a algunas cámaras empresarias (la CGERA, Apymes y varias del interior) para reclamar por “la producción y el trabajo”, tiene un carácter marcadamente reaccionario.

No sólo por la participación de patronales que enfrentan la crisis industrial apelando a despidos, suspensiones, rebajas salariales y violaciones a los convenios colectivos (mediante PPC o imponiéndolas de hecho) sino, sobre todo, por el programa que levanta. La ley de emergencia para las Pymes, que incluye rebajas impositivas y de contribuciones a la seguridad social, significa otra vía para descargar los costos sobre la espalada de los contribuyentes y los trabajadores.


En la movilización confluirá todo el espacio 21F: moyanistas, la Corriente Federal y la CTA-Yasky y los movimientos sociales ligados al Papa, más la CTA de “Cachorro” Godoy, que convocan a la mañana en las cercanías del Congreso. Pablo Micheli reclamó una mesa de diálogo de empresarios, sindicatos, partidos, movimientos sociales y la Iglesia.


El paro podría ser “en seis meses”


Algunos gremios de la CGT enrolados en la “mesa Lavagna presidente” fueron renuentes a marchar argumentando que no querían dar aire al moyanismo y, menos aún, compartir palco con referentes kirchneristas, pero se impuso la postura de Héctor Daer: no regalar el protagonismo de la jornada y sumar el sello de la central, pero evitar oradores (incluso el documento se dará a conocer por las redes) para disipar cualquier reclamo de paro: “el síndrome del atril”. Como reaseguro, se dispuso movilizar fuerte el aparato de algunos gremios.


Daer puso mucho empeño en aclarar que no habrá paro bajo la falacia de que “no existe consenso en el movimiento obrero”, confundiendo deliberadamente las cúpulas burocráticas con los trabajadores, en los que sí anida una gran bronca ante la inflación y los despidos, así como una disposición a luchar (Loma Negra, Fate, docentes). El trayecto que se dispuso -desde Plaza Once hasta 9 de Julio– también revela su preocupación por culminar bien lejos de la Casa Rosada.


Pateó la perspectiva de un paro para dentro de “un mes, dos meses, seis meses” (sic), y aclaró que el objetivo sería “posicionar una alternativa para ganar las elecciones”, léase una subordinación del movimiento obrero al peronismo. Para el secretario general de la CGT, y miembro de la mesa política del PJ, la marcha es una movida funcional a la interna del peronismo. En esa disputa, Daer promueve un acuerdo entre Lavagna y CFK. "Creo que es reversible la opinión de Lavagna (de que no iría con Cristina)”.


El moyanismo, por su parte, promete hacer oír fuerte el reclamo del paro y hasta anunciar una fecha sin acuerdo del Consejo Directivo. Al momento de escribir estas líneas, el Frente Sindical debatía la conveniencia de “patear el tablero” y desoír al binomio, continuando la marcha a la Plaza de Mayo. Se verá. Pero su belicosidad responde a los mismos objetivos “internistas”. Los Moyano rechazan por ahora la candidatura de Lavagna. Aunque Pablo Moyano aclaró que respetará lo que determine su espacio. Sapo a la vista…


Interna a dos puntas


Moyano está mirando tanto la interna del PJ como la interna cegetista (directamente vinculadas).


La reunión de Consejo Directivo de la CGT de la semana pasada, que resolvió la adhesión a la marcha (además de la negociación con el gobierno de los proyectos laborales que tiene en carpeta, el estado financiero de las obras sociales y los fondos prometidos), mostró la debilidad de Daer-Acuña. Las “nuevas” ausencias fueron pesadas: los gremios del transporte, que representan buena parte del poder de fuego que la conducción vende como propio: Omar Maturano, de La Fraternidad, y el colectivero Mario Calegari, de la UTA.


El binomio no controla al moyanismo ni a la Corriente Federal; el Smata y la UOM mantienen sus proyectos independientes; y lo mismo ocurre con algunos gremios del ex Movimiento de Acción Sindical, ahora en proceso de formar un nuevo espacio, “Sindicatos en Marcha para la Unidad Nacional”, impulsado por Sergio Sasia, de la Unión Ferroviaria; Guillermo Moser, de Luz y Fuerza; Osvaldo Iadarola, de Foetra (la proliferación de la palabra “unidad” mide el grado de fragmentación de la burocracia). Luego de la marcha, habrá que barajar de nuevo.


¡Todos a Plaza de Mayo!


En oposición a este “barro”, el PSC, junto a organizaciones del movimiento piquetero independiente, convocan a todos los trabajadores a movilizarse del Obelisco a Plaza de Mayo, para reclamar por un paro activo de 36 horas, un plan de lucha contra el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores, y defender la necesidad de una salida obrera a la crisis.