Sindicales

3/6/1999|629

¿Abolir los sindicatos?

Uno de los grandes caballitos de batalla de la CTA, que volvió a ocupar un lugar dominante en las deliberaciones del Congreso, consiste en la puesta en pie de las llamadas ‘federaciones’, lo cual es presentado como el ‘nuevo modelo’ de organización. Una de esas organizaciones de ‘nuevo tipo’ sería la federación de la salud, cuya constitución fue sancionada en medio de las sesiones. Proyectos del mismo estilo están en marcha para el área de energía y comunicaciones.


Las ‘nuevas organizaciones’ albergarían en un pie de igualdad a trabajadores de la salud, usuarios, organismos intermedios. Bajo la pantalla de que toda la población es ‘afectada’ por el ataque a la salud pública, se iguala a todos bajo el mismo denominador y desaparecen los fronteras de clase.


La ‘Federación’ implica una política de disolución de las organizaciones obreras, de los sindicatos en tanto órganos diferenciados representativos de la clase obrera.


La CTA considera dicha ‘táctica’ como un gran hallazgo y hasta una prueba de ‘creatividad’ cuando no es más que un producto adulterado e inclusive anacrónico (pues significa retrotraer la situación de los trabajadores a la etapa previa a la organización de los sindicatos).


Esa línea de acción, exhibida como una panacea para "acumular fuerzas" en otros gremios fuera de la influencia de la CTA, le viene como anillo al dedo a la CTA para disimular su política de "coexistencia pacífica" con los sindicatos en manos de la burocracia empresaria.


La CTA, como es sabido, no sale a disputar la hegemonía en el seno de las organizaciones existentes, por eso no alienta la formación de agrupaciones y fracciones dirigidas a expulsar a la burocracia.