Aerolíneas Argentinas en el camino de Latam

Todos los gremios aeronáuticos deberían formar un gran frente de lucha, luchemos por asambleas para imponerlo

Caravana de trabajadores de Austral

En la curiosa función de voceros de la patronal, el conjunto de los sindicatos aeronáuticos comunicaron que, en la fecha de cobro, la empresa Aerolíneas Argentinas iba a depositar sólo el 50% de los salarios y que el resto sería pagado cuando el gobierno gire las partidas correspondientes.

Siendo que siempre la empresa ha dependido de los fondos estatales, estamos lisa y llanamente ante un recorte salarial completamente ilegal, casi idéntico al que viene realizando la patronal extorsionadora de Latam en los últimos meses.

Los sindicatos se han pronunciado más que nada contra lo inconsulto de la medida, pero el premio se lo llevó Ricardo Cirielli, cabeza del sindicato de los técnicos (Apta), que planteó en un comunicado que espera que ese recorte también le llegue a los directivos. O sea que si es para todos, ¡bárbaro!

Con el planteo de que el 50% restante será pagado más adelante, la empresa está tanteando el terreno y actuará en función de la respuesta que surja por parte de los trabajadores, luego de que el mes pasado se impusieran miles de suspensiones, pero al 100%, sin que se concrete la firma de la rebaja salarial.

Lo que se está jugando en estos momentos es mucho más que ese 50%, ya que los planes del gobierno pasan por desguazar la empresa, creando una unidad de carga y otra de mantenimiento y reparación de aviones; e imponer una flexibilización laboral acorde con los “estándares internacionales”. A ese plan, el gobierno le puso el pomposo nombre de “fusión de Aerolíneas Argentinas-Austral”, una política que es apoyada fervientemente por el conjunto de las cúpulas sindicales.

A todo este combo hay que agregar que nunca se terminaron de cerrar siquiera las paritarias 2018 y 2019, y que no se están cobrando la mayoría de los adicionales, lo que de por sí, dependiendo el caso, puede significar una rebaja del 40%.

Latam

Latam inició su ofensiva de la misma manera, planteando que el escenario exigía un esfuerzo de todos, luego avanzando con el recorte ilegal del 50% de los sueldos y finalmente presentando el Preventivo de Crisis, para coronar con el cierre o un gigantesco achique en la empresa.

Más allá de “rechazar” formalmente en el Ministerio de Trabajo las extorsiones de la empresa, las burocracias sindicales fueron dejando pasar todas las ofensivas sin realizar una sola medida de lucha, como pudo ser parar los vuelos de carga, no permitir que se lleven los aviones de Argentina o realizar caravanas y movilizaciones.

Cuando fue presentado el Preventivo de Crisis, la reacción surgió por la base, se realizó una asamblea virtual de 300 compañeros y se votó movilizar al Ministerio de Trabajo, pero la conducción de APA hizo todo lo posible para que se reconvoquen las asambleas y que la movilización sea levantada.

El resultado es que sin un norte, cerca de la mitad de los trabajadores efectivos están aceptando los retiros voluntarios que la patronal ofrece al 100% (cuando rige ley antidespidos y doble indemnización), apretados por el miedo de no poder cobrar nada a futuro.

En ese sentido, es vital el planteo de la expropiación de Latam, la confiscación de los activos y que el Estado garantice la continuidad laboral de todos sus trabajadores.

Un horizonte de lucha

La pasividad y la entrega de la burocracia contrastan con las dos masivas caravanas convocadas por la combativa comisión interna de los técnicos de Austral en los últimos 15 días.

Ocurre que esos trabajadores son los que se verían más afectados por la “fusión”, porque han logrado mantener sus básicos de convenio, que en Aerolíneas Argentinas han sido destruidos con infinidad de adicionales.

Con el recorte del 50%, el gobierno está tanteando el terreno para ver hasta dónde puede avanzar, de ahí la importancia de las acciones de lucha que surjan, como las realizadas por Austral.

Los sindicatos deberían estar convocando a asambleas, plenarios de delegados y acciones de lucha, pero, frente a su parálisis, no podemos quedarnos de brazos cruzados o en la mera exigencia de que lo hagan. La tarea es preparar respuestas desde la base, en cada sector, realizando asambleas que vayan tomando tareas y que preparen acciones de lucha contra el mega-ajuste de las patronales y el gobierno.