Aerolíneas Austral: 8.000 suspensiones con rebaja salarial

El “plan económico” del FMI está en marcha

La patronal de Aerolíneas Austral confirmó que suspenderá por dos meses a unos 8.000 trabajadores. Se trata de una rebaja salarial encubierta para eludir el DNU que estableció el “pago íntegro de salarios” durante la cuarentena, que en su mayoría vienen cumpliendo los aeronáuticos frente a la paralización de los vuelos.


Es el pacto CGT-UIA-gobierno en acción, pero en este caso con alcances imprevisibles para los trabajadores.


Como ya lo hizo Latam, Aerolíneas “se acoge a los términos del artículo 223 bis de la ley de Contratos de Trabajo, que habilita la suspensión temporaria, con un recorte en el salario de bolsillo y, sobre todo, sin tener que pagar durante el período de vigencia las cargas sociales…” (Clarín, 31/5). Adicionalmente, el rimbombante anuncio de miles de suspendidos actúa como extorsión para forzar la aceptación de la rebaja salarial.


Las condiciones pueden ser aún peores que la rebaja del 50% (más el aporte estatal) que sufrieron los compañeros de Latam, ya que esta empresa se hizo cargo del 50% del aporte jubilatorio y del 100% de la obra social, y firmó en diciembre una paritaria que compensaba la inflación anterior.


En cambio, Aerolíneas pretende imponer un descuento nominal del 25% sobre un salario ya superdevaluado por la pérdida que tuvo frente a la inflación. La paritaria 2018/19 no se cerró por la negativa patronal a reconocer la inflación del último año macrista; y la de 2019/20, vencida en septiembre, nunca se abrió, por lo que el retraso salarial alcanza al 40%, a pesar de algunas sumas a cuenta. A esto se resta el descuento de rubros ligados al presentismo, viáticos y el impuesto al salario que continuará.


La burocracia


Los sindicatos aeronáuticos sacaron comunicados que, tras las quejas, dejan notar que la decisión ya ha sido consensuada con ellos. Apla (pilotos) planteó que “ante el impacto que esta medida puede tener sobre la dotación y el salario, dejamos en claro que no aceptaremos ningún tipo de desvinculación laboral encubierta” -es decir, que aceptarán la rebaja salarial. El resto de los comunicados gremiales tampoco plantean rechazarla.


La presencia del dirigente de los pilotos, Pablo Biró, en el directorio de la empresa parece servir solo para convalidar estos atropellos, contribuyendo a regimentar los sindicatos (un papel análogo al de Sergio Affronti, celebrado por las dirigencias gremiales de petroleros, en el directorio de YPF, donde también se está proponiendo una política similar).


La subordinación completa de las burocracias aeronáuticas al gobierno ya tiene varios episodios. Al comenzar la pandemia se ignoraron las advertencias sobre la falta de elementos de seguridad personal para las tripulaciones, registrándose contagios. Subidos al carro de las “repatriaciones”, los sindicatos saludaron entusiastas la decisión de fusionar Austral con Aerolíneas, operativo que esconde el desguace de la empresa y un ataque general a los convenios aeronáuticos, tal cual lo denunció la agrupación La Pista y Prensa Obrera.

Sin la menor independencia entregan el salario, los convenios y harán lo mismo con los puestos de trabajo.


Reclamamos asambleas y plenarios de delegados a como dé lugar, dentro de las condiciones que impone el aislamiento social y el distanciamiento social, para abrir la deliberación y fijar el mandato de las bases de todos los sindicatos de la actividad ante semejante panorama, donde los trabajadores deben hacer oír su voz.


El “plan económico” en marcha


Aerolíneas Argentinas es un servicio público imprescindible como lo es el transporte, la salud y la educación. En tiempos normales aporta 7.500 millones de dólares anuales a la economía nacional, por el transporte de turismo externo y por el efecto multiplicador de la conectividad del país, generando decenas de miles de puestos de trabajo. La idea empresarial que privilegia las ganancias va en contra del interés del país y sus trabajadores.


Para defender los derechos de los trabajadores y la línea de bandera es imperioso intervenir. Organizando asambleas, presenciales o virtuales, que rechacen las rebajas salariales, suspensiones y el ataque a los convenios. Votando medidas de movilización, manteniendo el distanciamiento. Impulsando un Congreso de delegados aeronáuticos con mandatos de base, para poner nuestros sindicatos al servicio de nuestras reivindicaciones.


El ataque masivo a los aeronáuticos por parte del gobierno de los Fernández busca mostrar a los acreedores que está dispuesto a que los trabajadores hagan “un esfuerzo que duela” como garantía de pago de la deuda. Bien mirada, esta política anticipa las “reformas de fondo” que promueve el FMI, porque implica rebajas salariales y achicamiento de personal en perspectiva -puesto que todos sabemos que las suspensiones son la antesala de las llamadas “desvinculaciones”, sea por vía de retiros voluntarios, jubilaciones no reemplazadas o despidos directos.


Imposible no asociar lo de Aerolíneas Austral a los anuncios similares en YPF, que afectarían a 20.000 trabajadores de la industria hidrocarburífera. Se trata de la política de ajuste del gasto del Estado, aplicada en estos casos a las sociedades de mayoría estatal, cuyos funcionarios son nombrados por el Presidente.


Y que, como hemos denunciado desde Prensa Obrera, está en marcha mediante el no-presupuesto con el que gobiernan los Fernández (basado en la prórroga del Presupuesto 2019, previo al 50% de inflación, elaborado por Macri y el FMI), y en la continuidad de la política macrista disimulada en el relato nacional y popular. Como lo estamos viendo también en la salud y los recortes a los jubilados y “armonizaciones” de las cajas jubilatorias provinciales, como la de Schiaretti en Córdoba. Desde luego, el ataque a los trabajadores aeronáuticos constituye una espada de Damocles sobre las cabezas de todos los trabajadores del Estado, tanto nacional como de las provincias y municipios.


Se trata del “plan económico” que tanto reclaman los acreedores privados del país, el FMI y el conjunto de la burguesía. La ruta del ajuste para hacer “sustentable” el arreglo colonial de la deuda que está en ciernes.


Llamamos a la deliberación y la resistencia de los trabajadores aeronáuticos y de todos los trabajadores del país. Para que la crisis la paguen los capitalistas y debatamos una salida de los trabajadores que tenga como punto de partida el no pago de la deuda, el impuesto progresivo a las grandes rentas y fortunas, propuesto por el Frente de Izquierda, y la nacionalización sin indemnización de todas las compañías energéticas bajo control de los trabajadores.