Sindicales
5/6/2020
Aeronavegantes: que no se firme la suspensión con rebaja salarial
Plenarios de delegados con mandato de asambleas.
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El día 3 se reunió la patronal de Aerolíneas con la Asociación Argentina de Aeronavegantes para tratar las suspensiones por dos meses con rebaja salarial anunciada por la empresa el 1° de junio. Al momento de iniciarse, una delegada de la oposición al secretario general, Juan Pablo Brey, solicitó participar, lo que fue rechazado.
El pedido es legítimo dada la gravedad de la situación pero la dirección del gremio prefiere el secretismo ante una oposición que cuenta con 9 delegados sobre 19 y prefiere mantener desinformados a las y los Tripulantes de Cabina de Pasajeros (TCP) , uno de los sectores que se ven más afectados por la parálisis de los vuelos, su incierta reanudación y la probable lentitud del ritmo de normalización de los mismos.
La actual conducción llegó en 2013 como resultado de una rebelión contra la vieja burocracia de Ricardo Frecia, que quiso modificar el convenio ampliando la jornada de 10 a 11 horas obligatorias. Luego de sucesivas asambleas surgió un activismo que se encolumnó detrás de Brey, hombre de Facundo Moyano.
En estos años la expectativa de las y los TCP fue ampliamente defraudada. El apoyo inicial del moyanismo al recambio macrista hizo de Brey el niño mimado del entonces ministro Dietrich, manteniendo separada la AAA del resto de los gremios aeronáuticos.
Esta relación privilegiada no aportó beneficios para los afiliados. Les tripulantes han perdido derechos como nunca. El máximo de horas subió a 12 con posibilidad de estirar a 13 y aumentó la flexibilidad laboral. El salario ha perdido un 40% y ahora pretenden rebajarlo un 25% más. Desde la cuarentena se han cortado beneficios (gift cards, incentivos por estudio, etc.).
En el último tiempo se eligieron delegados opositores, que tomaron reclamos básicos como las enfermedades que genera la exposición a las radiaciones solares cancerígenas, la limitación a la imposición de reglamentos de imagen que obligan a las tripulantes a usar tacos altos, incluso en vuelo, determinados tonos de maquillaje, largos y color de cabello e imponen normas de conducta incluso fuera del horario laboral.
También han cuestionado el uso arbitrario del Fondo de Ayuda Social, un aporte estatal de aproximadamente $86 millones que recibe la AAA (Asociación de Argentina de Aeronavegantes) y que en otros gremios se distribuye entre los afiliados, pero que aquí ni siquiera se conoce su destino. No resulta extraño que hoy, 15 de los 31 delegados de todo el gremio pertenezcan a la oposición. Una oposición que fue proscripta en las últimas elecciones, incluyendo el despido de una candidata.
La crisis de Aerolíneas Austral y el alineamiento completo de las burocracias sindicales aeronáuticas con el gobierno y las empresas vuelven a plantear la necesidad de una nueva dirección gremial, independiente del Estado y las patronales.
La AAA no debe firmar ninguna suspensión o rebaja salarial. Que se reúnan los plenarios de delegados de todas las empresas (Latam, Austral y Aerolíneas) con un mandato que surja de una deliberación en asambleas virtuales o presenciales, manteniendo el distanciamiento que requiere la situación sanitaria. Allí se pueden votar medidas de acción directa y movilizaciones para impedir que les tripulantes seamos victimas de las exigencias de los buitres y el FMI.