El regreso a una presencialidad escolar sin condiciones ha puesto a gran parte de las instituciones educativas en un proceso de deliberación que tuvo su expresión más concreta con los paros convocados por los Suteba Multicolor el 1 y 2 de marzo.

En Almirante Brown varias escuelas comenzaron a organizarse a partir del 17/2 , debatiendo, llevando adelante petitorios y comunicados en los que se ponía de manifiesto la deplorable situación de infraestructura y el no cumplimiento del precario protocolo que el propio gobierno pcial. diseño.

Sin el apoyo de los gremios docentes locales, en primer lugar Suteba, que indica que “cada docente tiene la obligación de hacer cumplir el plan jurisdiccional”, desconociendo adrede las presiones para el regreso a la presencialidad a como de lugar, se acordó una convocatoria de la cual participaron docentes y auxiliares de distintas escuelas, significando el único intento de dar una lucha de conjunto ante el aislamiento al que nos somete el FUDB.

En la reunión los representantes de las escuelas expusieron las distintas problemáticas, relativas al abandono histórico de los edificios escolares pero también las provocadas por la falta de inversión para llevar adelante una presencialidad en condiciones seguras frente a la pandemia. Las respuestas de las autoridades fueron escasas, tomaron como punto de referencia el plan jurisdiccional y aseguraron que cumplen con él, lo cual fue desmentido rápidamente por las intervenciones de los compañeros presentes. Hubo un punto de la discusión que fue concluyente, la potabilidad del agua, los funcionarios reconocieron que aún no están los estudios bacteriológicos necesarios para garantizar esa condición fundamental en un contexto de pandemia, de allí se desprende que se está desconociendo lo establecido por el propio protocolo.

Finalmente se firmó un acta con las exigencias expresadas por las escuelas y los activistas presentes y se estableció hacer un seguimiento puntual, mediante una mesa de trabajo, de las obras necesarias para garantizar una presencialidad realmente segura. Este avance en la organización de la lucha contrasta con la pasividad cómplice de la burocracia sindical y su integración total al gobierno, principal impulsor del “regreso a como dé lugar”.

Continuemos organizándonos por condiciones realmente seguras de trabajo y cursada, supervisadas por comités de seguridad e higiene, cronogramas concretos de vacunación para el conjunto de la comunidad educativa y por insumos tecnológicos y conectividad gratuita para estudiantes y docentes.