Después de cinco meses de inactividad y de innumerables cortes de ruta, asambleas y reclamos, la dirección de la Asociación Obrera Textil local anunció que la fábrica volverá a funcionar en julio, con la mitad de los trabajadores.

Esto significa la aplicación del plan López Murphy en toda su extensión. Igualmente, señala el fracaso de la política conciliadora del sindicato textil, que hoy se disimula tras la amenaza de “medidas de fuerza”… en el mes de julio, con los obreros afuera. Lo cierto es que la masa de trabajadores sigue dispersa, aunque un pequeño pero significativo grupo de obreras y obreros demostró su voluntad permanente de salir a la lucha, mientras un sector continúa discutiendo una salida obrera a la situación.