Sindicales

14/7/2021

Amalia Granata atacó a las trabajadoras de casas particulares

Afirmó en un programa radial que "no todas tienen ganas de trabajar".

La militante antiderechos Amalia Granata atacó en declaraciones radiales a las trabajadoras de casas particulares. La diputada provincial de Santa Fe esta vez cargó contra los derechos laborales de las trabajadoras del sector.

Luego de que el conductor Marcelo Polino le diera el pie: “a ella la abandonan las mucamas muy rápido. Incluso, cuando tiene que venir acá toca timbre en la casa de los vecinos para ver si le pueden cuidar a los chicos. No sé, se le van. Tiene como un karma con eso”, Granata expresó: “no sé por qué pasa eso. Yo soy demasiado tranquila, les doy la mano y me agarran el brazo”.

Y, haciendo gala de todos los lugares comunes patronales, agregó: “Lo que pasa es que hay que trabajar y no todas tienen ganas de trabajar. Parece que las que me tocan a mí, no tienen. Yo necesito a alguien que me ayude porque salgo a laburar, no es que estoy tirada tomando sol y quiero que me alcancen un trago. Necesito ayuda”. Vale destacar que lo que la diputada celeste llama “ayuda” es trabajo y lo que llama “trabajar” son las condiciones de cuasi esclavitud a las que están sometidas millones de mujeres en el gremio.

Se trata de un rubro donde siete de cada diez trabajadoras no están registradas y no gozan de ningún derecho laboral. Las cifras son contundentes: de un millón y medio de trabajadoras de casas particulares en todo el país, el 75% no está registrado. Además de no estar bajo una relación laboral formalizada, sufren jornadas laborales extenuantes y salarios de miseria que apenas alcanzan para subsistir. Una amplia mayoría, además, son el único sostén de sus hogares.

Esta realidad ha sido construida por los partidos políticos patronales, de ambos lados de la “grieta”, los cuales han sellado salarios de hambre para las trabajadoras de casas particulares y han defendido un régimen de informalidad laboral para el gremio más feminizado del país. Tanto Juntos por el Cambio como el Frente de Todos, con diferentes discursos, sumergen a las empleadas del sector en la más absoluta precariedad.

Las compañeras, que según Granata “ayudan”, terminan realizando múltiples tareas que exceden las generales para las que fueron contratadas, a las que se agrega el cuidado de personas mayores y niñxs por un mismo salario. Pero encima se trata de un salario de miseria que paga menos de 200 pesos la hora. Incluso para aquellas trabajadoras que están registradas el salario establecido por el Estado las deja en la indigencia: mientras la línea de indigencia se encuentra en los $27.000, la pauta salarial es de $22.765.

Tal vez el “karma” de Granata se explique porque es una esclavista que da la espalda a los derechos de las mujeres trabajadoras. Pero mal que le pese las trabajadoras de casas particulares son asalariadas. La consigna de la agrupación TCP en lucha “somos trabajadoras, no esclavas” tiene más vigencia que nunca.

Es fundamental que la organización de las trabajadoras de casas particulares desarrolle la agrupación de TCP en lucha y la construcción de un sindicato propio independiente del Estado, como única herramienta de defensa verdadera por el reconocimiento de salarios y condiciones de trabajo dignas.