Sindicales

5/10/2015

Anses: un camino para todo el movimiento obrero


El lunes 28 venció la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo en el conflicto que, hace ya dos meses, mantienen los trabajadores de la Anses con la patronal, a partir del descuento brutal que sufrieron sobre sus salarios en concepto del impuesto a las ganancias.


 


Miles de empleados de la seguridad social, con el ingreso de la última cuota del aumento paritario 2015, ingresaron en la categoría máxima de ganancias. La distorsión del impuesto llega a niveles absurdos. Con salarios de entre 17 y 22 mil pesos han sufrido un recorte en sus haberes de un promedio de 4 mil pesos que, en algunos casos, ha ubicado sus ingresos por debajo de la canasta familiar valuado en 14.500 pesos e incluso por debajo de lo que cada uno de ellos percibía en su salario de diciembre de 2014, previo a los aumentos del 27% obtenidos para 2015. Los trabajadores sufren un gravamen con una alícuota idéntica a la que pagan los Paolo Rocca, Grobocopatel y del que están exentos los grandes pulpos del sistema financiero. Es un adelanto de lo que irá ocurriendo con centenares de miles de trabajadores más en nuestro país si se mantiene este impuesto distorsivo y regresivo.


 


La Anses acaba de absorber 411 millones de dólares del Boden 24 del que se valió el gobierno para financiar los vencimientos de deuda de este año. Este ajuste sobre el salario sirve para financiar el pago de la deuda externa y los subsidios millonarios a las grandes patronales. El gobierno, además, niega el 82% móvil a los jubilados.


 


Durante el período de conciliación y por la firmeza y contundencia de la lucha que mantuvo paralizadas las Unidades de Atención Integral (Udai) de todo el país durante más de un mes, la patronal se vio obligada a retroceder parcialmente y conceder una serie de puntos vinculados con las condiciones laborales así como una compensación de 2.000 pesos hasta diciembre. El recule, sin embargo, no sirvió para satisfacer las aspiraciones de los trabajadores que ven en la inmensidad de su lucha la oportunidad para rechazar de plano el descuento sobre los salarios y reclaman el reintegro del impuesto por parte de la patronal en forma definitiva como lo han logrado trabajadores bancarios, de prensa y petroleros. No están dispuestos a postergar una resolución para diciembre, conscientes del propósito patronal de desmontar la inmensa huelga para hacer pasar el ajuste.


 


Por ese motivo, el mismo martes centenares de Udai se adelantaron al paro de 48 horas convocado por los sindicatos Asociación del Personal de los Organismos de Previsión Social (Apops) y ATE (UPCN firmó el acuerdo) y cerraron la atención al público. El jueves, una masiva movilización a la sede central de Anses mostró que hay resto para seguir luchando y mejorar sensiblemente la propuesta patronal. Al cierre de esta edición, sin embargo, ni Apops ni ATE habían formulado un camino para lograr el triunfo librando a los trabajadores a la confusión y desorganización.


 


Habiendo rechazado la propuesta patronal no han publicitado una contrapropuesta ni convocado a una instancia de deliberación para diseñar la continuidad del plan de lucha necesario para ganar y el reclamo de una mesa de negociación para promover la mejora del acuerdo que rechazaron presionados por las asambleas.


 


Las Udai de base, el mismo viernes, comenzaron a resolver sus mandatos conscientes de que la dispersión es el camino de la derrota. Las más avanzadas reclaman un plenario de delegados con mandato para seguir la lucha en forma unificada con un paro de 72 horas y una asamblea general de trabajadores sin distinción de gremio. El triunfo de esta lucha es de interés de todo el movimiento obrero para que la crisis la paguen los capitalistas.