Sindicales

31/5/2025

Ante el ataque de Milei y la falta de respuestas, profundicemos la lucha en el Garrahan

El martes 3 confluyamos todos en una gran asamblea general.

delegado adjunto de la Junta Interna ATE Garrahan

Por un paro y movilización a Plaza de Mayo.

Una vez más, los trabajadores del Hospital Garrahan nos pusimos a la cabeza en la lucha por la defensa de la salud pública. Los residentes fueron en esta oportunidad la punta de lanza impulsando el paro por tiempo indeterminado, lo que despertó la activa participación de todos los turnos, servicios y profesiones del hospital. 

La penuria salarial dejó en evidencia que la destrucción del ingreso de los trabajadores afecta directamente las posibilidades y la calidad de atención de nuestro hospital. Por los salarios por debajo de la línea de pobreza ya centenares de trabajadores renunciaron, en puestos que no son cubiertos y que comprometen el normal funcionamiento de servicios enteros. Al mismo tiempo el recorte de presupuesto hasta niveles insostenibles se traslada a la falta de medicación, insumos de peor calidad y el deterioro acelerado de la infraestructura hospitalaria. 

A esta realidad los trabajadores le opusimos la defensiva consigna “contra el vaciamiento del hospital”, que se encuentra íntimamente ligada a la lucha por un “salario igual a la canasta familiar” (también votada por los residentes), incorporación de personal y pase a planta de los contratados. 

Decreto antihuelga y conciliación obligatoria

En un clima de lucha, que incluso forzó a ciertas jefaturas médicas a realizar una conferencia de prensa el día anterior, se convocó de urgencia el martes 27 una asamblea general impulsada por la Junta Interna de ATE y la Asociación de Profesionales con la participación de autoconvocados y residentes. Fue histórica. Con el Aula Magna colmada (muchos compañeros no pudieron ingresar) se resolvió por unanimidad impulsar el paro del día jueves y participar de la movilización al Ministerio de Salud convocada por los residentes. 

En medio de un paro que iba sumando mayor adhesión con el paso de las horas, alertado el gobierno sobre la relevancia que iba a adquirir la medida de fuerza, se apresuró a dictar la conciliación obligatoria desde el Ministerio de Trabajo al finalizar la tarde del miércoles. Al hacerlo, lógicamente se buscaba debilitar el paro y crear confusión entre los compañeros. 

Sin embargo, al dictar la conciliación obligatoria el gobierno daba muestras de debilidad. Tras arengar durante una semana su decreto antihuelga que establece que un 70% del personal debe garantizar una guardia mínima, no pudo decretar la ilegalidad del paro. Está claro que los derechos (y menos uno tan decisivo para los trabajadores como es la huelga) no se anulan por decreto, y en caso de hacerlo se garantizan en la masividad de su ejercicio. 

La asamblea y su definición

Los clasistas rechazamos la conciliación obligatoria en todo momento. Es falso que el Estado sea un árbitro que se encarga de impartir justicia en la negociación entre la patronal y los trabajadores; por el contrario, el Estado es juez y parte en esa negociación. Ni que hablar si el ministerio y la patronal son funcionarios del mismo gobierno ajustador y actúan en común por la destrucción del salario estatal y la salud pública. Cuando se dicta la conciliación obligatoria el Estado actúa contra la medida de fuerza de los trabajadores (intima al cese de la huelga), simulando imparcialidad al decretar la prohibición de acciones contra éstos por parte de la patronal. 

En ese cuadro, el contenido de la conciliación obligatoria fue explicado con claridad por la Junta Interna de ATE. Su rechazo político quedó claro para todo el mundo. La cuestión es cómo intervenir frente a la conciliación y para hacerlo se debe analizar en concreto. 

El gobierno notificó la medida al finalizar la tarde del miércoles, lo que generó una gran confusión en el hospital. Mientras se informaba a todo el mundo que esta intimación estatal no dejaba sin efecto el paro del jueves, se acordó una nueva asamblea de emergencia antes de iniciar la medida. Mientras la burocracia sindical ratifica o rectifica las conciliaciones sin consulta, por el contrario nuestra Junta Interna defiende un método histórico: todas las decisiones deben ejercerse sobre la opinión y votación del conjunto de los trabajadores.

Nuevamente con el Aula Magna repleta se puso a votación si convendría acatar o no la conciliación. Lamentablemente, contra nuestra insistencia, la enorme mayoría de la asamblea antepuso la votación a un debate que luego no pudo ejercerse, lo que debilitó la comprensión de qué estaba en juego. Esto no puede volver a repetirse.

Nuestro planteo fue claro. La conciliación obligatoria tuvo un impacto en el movimiento de trabajadores. En parte por las expectativas creadas en la mesa de negociación con un consejo y un gobierno que no nos recibe desde hace un año. En parte por temor al concepto “obligatorio”. Sin dudas, por ser la conciliación algo novedoso en las luchas recientes del hospital. 

Tanto antes como en la asamblea misma era evidente que el movimiento iba a dividirse en torno a acatar o no la conciliación. Nuestra lectura fue y es que no se puede rechazar una conciliación obligatoria si no existe un fuerte y mayoritario acuerdo de los trabajadores en hacerlo. Si, como dicen algunos, se votaba favorablemente a favor de no acatar (la votación fue 311 a favor de acatar contra 246 en contra), no sólo se hubiese partido el paro y muchos hubiesen vuelto a trabajar, sino que se hubiese dividido el movimiento al inicio de una lucha que será larga. 

Sobre este último punto es importante resaltar que tras meses de batallar logramos consolidar una asamblea única de trabajadores bajo distintas convocatorias, con la excepción de los residentes, quienes por ahora deliberan y resuelven por separado. Es en este ámbito donde se define la acción del conjunto, lo que no es menor cuando el gobierno tiene tanto interés en dividirnos estigmatizando a los administrativos. Votar divididos en una acción de relevancia (sea impulsar paro o momentáneamente levantarlo) no deja de ser un golpe duro que debilita al movimiento y fortalece la intervención del propio gobierno y su intimidatorio recurso de conciliación.

La unidad de todos contra la división que promueve el gobierno

Nuestra asamblea votó acatar la conciliación obligatoria exigiendo la puesta de una fecha inmediata de audiencia. En esta reunión deben participar todos los sectores que son parte de la lucha, llevando el reclamo salarial común votado en asambleas anteriores, encabezado por un salario mínimo igual a la canasta familiar ($1.800.000). El gobierno, lejos de definir una mesa de negociación, acaba de implosionar cualquier discusión con los residentes: primero amagó con hacer una oferta muy menor -equiparando el salario con los residentes de CABA- y a las pocas horas desestimó cualquier aumento, atacando al conjunto de los trabajadores del hospital y amenazando con descontar los días de paro.  

El martes 3 se realizará una nueva asamblea, la cual promete ser aún más masiva que las anteriores. El primer llamado que debemos hacer es a los residentes para que participen del movimiento unitario de todos los trabajadores del hospital, reconociéndonos todos como trabajadores de salud. Tanto Adorni como Milei quieren imponer una división dentro del movimiento haciendo de los administrativos un chivo expiatorio con datos falsos. Los compañeros realizan una tarea tan relevante como la de cualquier otro. 

Enfermeros, auxiliares, maestras, técnicos, médicos, administrativos debemos impulsar asambleas generales en cada sector y confluir todos en una gran asamblea general. Esta debe reflejar el debate y la discusión de todos los trabajadores, por lo que no toleraremos a jefes que quieran limitar la discusión en aras de imponer sus intereses. 

La discusión es clara. El gobierno incumple su propia conciliación, no sólo no convoca ninguna reunión, sino que como hizo con los residentes: ningunea el reclamo salarial de forma absoluta. Hemos conseguido un fuerte impulso de lucha en el hospital y fuera del hospital, con el apoyo de la población trabajadora. El martes debemos discutir un gran paro y una enorme movilización a Plaza de Mayo.

La lucha del Garrahan no sólo puso de pie a sus trabajadores, dejó al descubierto el carácter más cruel y criminal de este gobierno, ganándose el apoyo de los trabajadores de todo el país. Es momento de lucha, es momento de unificar las luchas.

El 4J todas y todos a Plaza Congreso
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