Sindicales

11/4/1996|489

‘Arréglense como puedan’

En un congreso convocado por la UOM San Martín horas antes de conocerse el fallo de la Suprema Corte en favor del convenio Fiat-Smata, un bloque importante de delegados reclamó que la UOM salga a la lucha. El temario incluyó tres puntos —levantamiento del paro de la CGT, convenio Fiat y Obra Social—, y fue en el primer punto donde se produjo el debate. Yáñez —secretario general— informó que el levantamiento del proyectado paro cegetista contó con la oposición de la UOM, cerveceros, químicos y cementerios, que reclamaron la convocatoria al confederal. Planteó la necesidad de convocar al MTA y de desplazar a Gerardo Martínez de la secretaría de la CGT.


En el debate que siguió intervinieron con posiciones disímiles distintos delegados de la Lista Azul (de la burocracia). Un delegado de Polimecánica acentuó la crítica a Martínez y planteó sustituirlo por el Barba Gutiérrez. Denunció a la UOM por los despidos sistemáticos que se están produciendo en la planta de Sevel Caseros.


Un delegado de Bosch planteó que había que irse de la CGT y reclamó un plan de lucha por el salario convocado por la UOM y extensivo al CTA y al MTA.


Varios plantearon la necesidad de una Marcha a la CGT organizada por la UOM. Un delegado objetó que “no podemos ir a la rebelión loca” y otro le respondió de inmediato que no había otra salida (que la “rebelión”). Otro planteó el retiro del apoyo al gobierno. Otro se pronunció por un plan de lucha de la UOM con sectores dispuestos a pelear y la necesidad de terminar con la ‘organicidad’ para salir a pelear en serio.


Estos planteos no fueron llevados a votación, ni surgió un plan de acción de la UOM San Martín. Cerró Yáñez defendiendo la ‘organicidad’ y pronunciándose contra la Marcha a la CGT porque “la gente no va a ir”. Llamó a parar en cada fábrica si surgían problemas grandes, lavando las manos de la directiva seccional.


Sobre Fiat Auto planteó que el preacuerdo fue suscripto por la UOM, es decir por el secretariado (“fue firmado por mí”) y rechazado por el consejo directivo (56 miembros, secretarios de seccionales) debido a que establecía la diferenciación salarial. El texto original del acuerdo fue el que firmó el Smata. Informó que la resolución del problema era “político”, y dejó entrever un fallo contrario a la UOM por presión del gobierno. De darse este caso, aseguró que se apelaría a la OIT.


El objetivo del plenario fue preparar al cuerpo de delegados ante la inminencia del fallo de la Corte Suprema. Pese a la menor concurrencia respecto a otros congresos (180/90, 240/50 en anteriores) y al tono más calmo de los debates, parece acentuarse la tendencia a la fractura de la Azul, ante el brutal fracaso del miguelismo. El fallo pone a los delegados entre la espada y la pared, ante la previsible presión patronal que provocará la parálisis del secretariado la UOM.


Aunque es inevitable una pelea de camarillas, fruto de la descomposición del secretariado, lo que importa es la deliberación abierta entre todo un sector de delegados.