Sindicales

24/10/1996|516

Asamblea resuelve continuar luchando contra la ‘flexibilidad’

Los trabajadores de la re­finería Shell de Dock Sud acaban de arrancar un au­mento salarial del orden del 20%, que lleva su mínimo de bolsillo de 750 pesos a 1.000 pesos. El aumento obtenido es un paso importante en el proceso de lucha que comen­zó este año, cuando la patro­nal anunció su intención de imponer la ‘multifunción’ (flexibilidad laboral) en la planta. A través de asam­bleas, movilizaciones y qui­tes de colaboración, la Comi­sión Interna de Shell denun­ció que la flexibilidad en la refinería agravaría la degra­dación de la seguridad y la salud de la población en la zona, al aumentar la posibili­dad de accidentes y explosio­nes. Esta lucha dio un salto importante luego de los pa­ros generales y, principal­mente, después del 26 y 27 de setiembre: a pesar de una fuerte campaña patronal para que los compañeros no adhirieran, la refinería paró masivamente y marchó a Plaza de Mayo con una com­bativa columna.


Luego del revés sufrido con el paro, la patronal llamó a un diálogo bajo las siguien­tes condiciones: levantar el quite de colaboración que se venía realizando en la refine­ría; cesar con las acciones le­gales iniciadas por la Interna en relación a la violación del convenio, e interrumpir la campaña sobre la población del Docke y Avellaneda, que “tanto daña la imagen de la empresa”. Al mismo tiem­po, amenazó con acciones di­rigidas a retirar el fuero gre­mial del secretariado general de la CI. Estos anuncios des­ataron una pía de repudio en toda la refinería, Una masiva asamblea rechazó los plan­teos patronales y votó el si­guiente programa: 1) conti­nuar con el quite, convocando a los trabajadores de mayores categorías a sumarse al mis­mo; 2) incorporar a los recla­mos planteados el de un sala­rio básico inicial de 1.500 pe­sos, teniendo en cuenta el congelamiento salarial que rige en la refinería desde no­viembre de 1992; c) responder con un paro por tiempo inde­terminado ante cualquier sanción o despido de compa­ñeros. Para impulsar este programa, se resolvió una nueva marcha a Avellaneda, convocando a la población y a los gremios de la zona.


Recule patronal y asamblea obrera


Las resoluciones de la asamblea condujeron a una profundización del “quite” en todas las áreas de la refine­ría.


En esas condiciones, la pa­tronal anunció el aumento del 20%, llevando a 1.000 pesos el mínimo de bolsillo. Una nue­va asamblea caracterizó a este aumento como una pri­mera victoria del plan de lu­cha emprendido. Pero nume­rosas intervenciones de com­pañeros llamaron a “seguir­la” y a “no bajar los bra­zos”. Se ratificó la lucha con­tra la “polifunción” y todos los puntos votados en la asamblea anterior. La asam­blea pasó a cuarto interme­dio, en el transcurso del cual serán presentados a la patro­nal el conjunto de los recla­mos obreros.


Recuperar lo perdido


En la Shell se vienen acu­mulando varios años de con­gelamiento salarial y ata­que al convenio. La nueva planta de coque —que fun­ciona a pesar de todas las impugnaciones ecológicas— se ha puesto en marcha sin el menor respeto a las cate­gorías, y mezclando tareas operativas con otras de mantenimiento. En menor escala, se ha avanzado en esta línea en otras áreas de la refinería: como conse­cuencia de ello, se han caído más de cincuenta puestos de trabajo en dos años, aumen­tando también el índice de accidentes y enfermedades por la sobrecarga de trabajo.


En el curso de esta ofensi­va, se produjo una crisis y virtual disolución de la orga­nización gremial interna de fábrica. La nueva CI que se constituyó a comienzos de este año debió afrontar el anuncio patronal de la multi­función. Pero la lucha de es­tos meses y el aumento sala­rial arrancado, han termi­nado de colocar sobre la mesa todas las conquistas pérdidas o amenazadas y, en definitiva, el conjunto de las relaciones labora­les con la patronal: sala­rio, seguridad, salubri­dad, categorías, puestos de trabajo caídos. El paso adelante que se acaba de dar debe servir ahora para exigir abiertamente una paritaria. Para ello es necesario elabo­rar un proyecto de los traba­jadores.


En otras refinerías de la zona y del país, la “polifuncionalidad” ha avanzado a pasos agigantados, lo que trasciende públicamente por los graves accidentes labora­les (Esso Campana). Lo mis­mo sucede en DAPSA, de Dock Sud. El movimiento de la Shell puede ser un punto de partida para todo el gremio, para restablecer un convenio único de la industria que re­cupere todas las conquistas perdidas.