Sindicales

20/1/1993|381

Asegurar la victoria

Pablo Abuelo

Al momento de cerrar esta edición, está a punto de expirar la conciliación obligatoria en la línea 79. Como se recordará, los choferes lograron una victoria, luego de una importante huelga, imponiendo la reincorporación de los 130 trabajadores cesanteados por la empresa.

 

En las audiencias sucesivas, las ofertas de la empresa han consistido en la reincorporación de 20 compañeros para elevarla luego a 50 y después a 80. La patronal pretendía —según la apreciación de la comisión interna— dejar a unos 20 o 30 compañeros en la calle.

 

No cabe duda que el propósito que anima y preside la acción estatal (y no sólo de la patronal) es el descabezamiento de la comisión interna combativa e independiente de la burocracia de UTA. Una gremial de esta naturaleza, enclavada en el corazón de la zona sur, en una de las empresas más numerosas (600 choferes) y estratégicas, es contraria con la política gubernamental empeñada en imponer la “flexibilidad laboral”.

 

Esto es lo que está en la base del conflicto de la 79. No se trata sólo de una cuestión económica (la empresa está en expansión y viene haciendo pingües beneficios), sino también político-sindical. Al mismo tiempo que se reiteraban los despidos, la empresa viene sacando avisos solicitando personal. La pretensión es suplantar el personal efectivo por contratado y avanzar sobre las condiciones de trabajo (descansos, francos, relevos) como ya viene sucediendo en otras líneas.

 

La Subsecretaría de trabajo provincial viene ejecutando una combinación de maniobras y provocaciones. La “propuesta” de despidos selectivos tiene como función “ablandar” al personal e introducir una división en sus filas y aún en la organización gremial. Simultáneamente, el Ministerio de Trabajo no ceja de amenazar con declarar ilegal futuras medidas de fuerza (por el decreto menemista que incluye al transporte como servicio público esencial).

 

No se puede dejar de señalar la complicidad de la burocracia de la UTA, cuyos elementos afines dentro de la línea han hecho rodar toda clase de imposturas dirigidas a desprestigiar al cuerpo de delegados. Hacen circular un petitorio reclamando la intervención de UTA central con el propósito de quitarle a la comisión interna el manejo y conducción del conflicto.

 

La política a seguir

 

El desenlace victorioso de esta segunda etapa del conflicto dependerá por entero de una respuesta firme tan contundente como la que se dio antes de la conciliación obligatoria.

 

El cuerpo de delegados ha tomado iniciativas en esa dirección, al sacar un boletín (donde se informa y se denuncia la conducta y propuestas de la patronal) y comenzar una labor de organización.

 

“Este cuerpo gremial se mantuvo fiel a sus principios —se señala en el boletín del cuerpo de delegados— …Mantuvimos lo que fue nuestro reclamo inicial. Ni 50, ni 20 ni 1. No se negocia ningún compañero. Todos los despedidos adentro.” Esta plataforma es la base para preservar la unidad y poder aspirar al triunfo en esta etapa que se abre.

 

Adelante compañeros de la 79. ¡¡Podemos triunfar!!