Sindicales

21/8/2018

Así se montó la represión contra los trabajadores del Astillero Río Santiago

El gobierno de María Eugenia Vidal desplegó hoy una intensa represión contra los trabajadores del Astillero Río Santiago que se movilizaron de a miles contra el vaciamiento de la fábrica, por sus conquistas y sus puestos de trabajo.


El barrabrava a cargo de la Seguridad de la provincia, Cristian Ritondo, buscó presentar esta salvajada como una respuesta del gobierno ante un supuesto intento de copamiento de la Gobernación provincial. Pero lo que puso de manifiesto la jornada fue un operativo represivo premeditado, que el gobierno provincial desenvolvió con la colaboración de los medios oficialistas, para allanar el vaciamiento y la privatización del astillero.


 



Vidal reprime a los trabajadores de Astillero Río Santiago

Vidal reprime a los trabajadores de Astillero Río Santiago Es necesario responder con un inmediato paro activo. https://loom.ly/fQsGUIE


Posted by Prensa Obrera on Tuesday, August 21, 2018


La movilización de los obreros del Astillero estaba convocada, originalmente, para la paritaria técnica que debía realizarse en el día de hoy. El gobierno de Vidal canceló la reunión a último momento, sumando con ello una nueva provocación al sinfín de las ejecutadas contra los obreros, desde las declaraciones de Macri de que había que “dinamitar” el astillero hasta los recientes descuentos arbitrarios a los sueldos, que promedian los 10 mil pesos por plazos de hasta cinco meses. “Nos están cerrando todos los caminos”, definió un soldador de la fábrica, que señaló que existen numerosas licitaciones ganadas por el Astillero que no se realizan por falta de insumos.


Ante este escenario respondieron los trabajadores con una formidable concentración obrera, que se desplegó desde Ensenada hasta la capital bonaerense, a exigir respuestas por parte del gobierno provincial. Lejos de ello, se encontraron con un amplísimo despliegue policial, y fueron víctimas en la Plaza San Martín de un hidrante dispuesto… al interior de la Gobernación. 




Al agua siguieron las balas de goma (hubo también denuncias por municiones de plomo), los gases lacrimógenos y las corridas policiales que se extendieron por cuadras, llegando incluso hasta donde se velaba a la Abuela de Plaza de Mayo “Chicha” Mariani. Mientras se desenvolvían los ataques, Clarín, Infobae, La Nación y compañía buscaron por todos los medios demonizar a los manifestantes que respondían con los medios a su alcance a la avanzada gubernamental, incluidos aquellos que expresaron su bronca ante el patrullero que atropelló e hizo volar por los aires a un manifestante (en un acto de cinismo extremo, Ritondo describió el hecho diciendo que “una persona se llevó por delante al patrullero”).



La represión incluyó la detención de cinco manifestantes por parte de policías no identificados, de civil, como lo atestiguan varios videos que circulan por las redes. Los detenidos fueron trasladados a la comisaría 1° de la Policía Bonaerense, donde sufrieron apremios ilegales, como muestran las fotos con paredes manchadas de sangre –que no merecieron mayor atención del gobierno ni de sus embajadas mediáticas. Durante todo el día se convocaron allí organizaciones populares para exigir su liberación. El fiscal a cargo, Marcelo Martini, habló por los medios de “alteraciones a la paz pública” por parte de los manifestantes incluso antes de aparecerse por la comisaría. Al llegar, vio con sus propios ojos la sangre en las paredes, pero no llevó adelante el procedimiento correspondiente: ni clausuró la comisaría para tomar pruebas, ni convocó la intervención de peritos de la Policía Federal; se limitó a derivar a los golpeados al cuerpo médico judicial para anular lo realizado por la policía y a tomarles declaración por las golpizas. Tras ello se esperaba su pronta liberación, ya que no pudo imputárseles ninguno de los múltiples cargos que agitó la policía (“robo”, “resistencia a la autoridad”, “lesiones”, etc…).



El gobierno provincial orquestó esta represión con el objetivo de asestar un golpe a la vigorosa pelea de los trabajadores del astillero, que han forjado su organización con años y años de lucha contra sucesivos gobiernos, y representan un ejemplo formidable contra el ajuste de Macri, los gobernadores y el FMI -con quien hoy tomó el té el triunvirato de la CGT. 


No será tan fácil: tras la represión los obreros resolvieron mantener un acampe hasta recibir respuestas del gobierno, mientras que estatales y docentes convocan en los distritos a repudiar la represión con el paro en escuelas y organismos.


Abajo la represión.


Libertad a todos los detenidos.


Abajo el vaciamiento y los ataques del gobierno de Vidal. Viva la lucha de Astilleros Río Santiago.