Sindicales
27/5/1987|183
Astilleros Río Santiago: “Fue un triunfazo, una revancha de años”
Declara Carlos Raymundo delegado de sección
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Después de 5 días de “permanencia” (una virtual ocupación), los trabajadores del Astillero Río Santiago obtuvieron una resonante victoria: los ₳ 200 de básico y la recuperación de los módulos (artículo 26 del convenio, grilla salarial).
La columna vertebral de la lucha de los Astilleros fue la Asamblea General y el cuerpo de delegados, que fueron desarmando uno a uno los intentos de la burocracia de ATE, tanto Central como de Ensenada, de llevar la lucha a una encerrona. Frente a las asambleas se estrellaron todos los intentos burocráticos de congelar la lucha, ya sea mediante «comisiones de estudios” o “mediadores” burocráticos. En todos los compañeros del Astillero estaba fresco el recuerdo del bicicleteo del año pasado, cuando la burocracia enterró una lucha del Astillero de más de 60 días.
Prensa Obrera charló con Carlos Raymundo, delegado de sección del Astillero y dirigente de la Agrupación Clasista 1º de Mayo de ATE, uno de los protagonistas de esta histórica lucha. Estas son sus opiniones.
Prensa Obrera: ¡Qué lucha, ¿no?!
Carlos Raymundo: Así es. El ARS era la fábrica peor paga de la zona, con un básico para el peón (base de los módulos) congelado desde enero en ₳ 122. Un oficial con 20 años de antigüedad arañaba los ₳ 350.
Salimos a la lucha porque si no, no comíamos. Un volante de nuestra agrupación, la Clasista 1° de Mayo, decía “no es posible que para cobrar 400/500 australes haya que matarse haciendo horas extras y vivir dentro del Astillero de lunes a lunes.
P.O.: Un elemento clave fue la experiencia del conflicto del año pasado…
C.R.: Así es. El año pasado llevamos adelante una gran lucha de 60 días. Fue una lucha larga. Varias veces paramos las provocaciones de la empresa, pero no alcanzó para ganar. Había grandes posibilidades de triunfo, pero la burocracia de ATE Central reventó la lucha. Después de dos meses. De Gennaro terminó arreglando por ₳ 40, una miseria.
Esta experiencia estuvo presente en todos. Esta vez fuimos directamente al grano: ASAMBLEA GENERAL, donde se vota quite, marcha a Buenos Aires y si no hay respuesta, permanencia por tiempo indeterminado en la fábrica. Esta decisión fue reafirmada por otra asamblea dentro de fábrica con la presencia de todo el astillero. La consigna era: “La lucha no se rifa, nada de tregua, ₳ 170 y los módulos». Esta vez era difícil que prosperara la bicicleta patronal o burocrática.
P.O.: ¿Cómo se garantiza la lucha?
C.R.: Una de las grandes conquistas de la lucha del año pasado fue la puesta en pie de un Cuerpo de Delegados. Todos los problemas de importancia pasaron por las manos de los delega-dos, quienes tomaron las riendas del conflicto y las tareas de organización necesarias.
La burocracia encontró en el Cuerpo de Delegados un obstáculo permanente para levantar la lucha. Cada decisión de ATE Central o Ensenada tenía que pasar por el cuerpo de delegados y por la Asamblea de fábrica. Resultado: venían con una propuesta y se votaba otra.
Si hacemos cuentas, la burocracia no ganó ninguna asamblea. Ahora quieren presentarse como campeones de la lucha. Pero la realidad es otra, ni. la dirección de ATE Ensenada ni De Gennaro querían la lucha, mucho menos la permanencia. Recién cuando la decisión de permanecer ya se había hecho carne en todos, cuando se rechiflaba a aquel que se opusiera a la medida, ahi recién entonces la burocracia se puso la camiseta de la permanencia.
Por ejemplo, el jueves 30, Barros (ATE Ensenada) y Acedo (ATE Central) propusieron levantara cambio de ₳ 145 y los módulos (“más no se puede conseguir», argumentaban). Los delegados se opusieron y exigieron que fuera discutido en Asamblea. Resultado: la asamblea vota reafirmar todas las medidas de lucha.
Otra de Barros. El jueves, que empezó la permanencia, se hizo una reunión de delegados y Asamblea General. La posición de ATE Ensenada era hostil a la permanencia. Según Barros, “no podía hacerse cargo de lo que sucediera”. ¡La técnica era meter miedo! Sin embargo, la asamblea reafirmó las medidas dispuestas y votó empezar ya con la permanencia. La permanencia fue una creación genuina de toda la fábrica. Esto explica la solidez, la firmeza, la unidad y la voluntad de triunfar que caracterizó todo el plan de lucha.
P.O.: ¿Cómo fue la permanencia?
C.R.: Cada vez que se reafirmaba la permanencia, las asambleas estallaban de alegría “As-ti-lle-ros, nos quedamos, nos quedamos”. A lo largo del conflicto se fueron resolviendo problemas, como por ejemplo la formación de un cuerpo de colaboradores del Cuerpo de Delegados que tomó las tareas más inmediatas. Fue también muy importante la solidaridad de los familiares que se hicieron presentes en el alambrado a lo largo de todo el conflicto, a pesar de que la burocracia llamaba constantemente a los familiares a retirarse- Esto fue de gran importancia para tonificar la moral.
La burocracia, que primero se jugó contra la permanencia, después se jugó a aislada: no permitía que los familiares “permaneciesen» junto a nosotros, ni permitió la solidaridad de otras fábricas de la zona. Querían tenemos aislados. Fue así que los familiares formaron una comisión de apoyo y para que se les permitiese estar junto a nosotros, y lo lograron.
Fue un triunfazo, una revancha de años. Como decía un compañero, de ahora en adelante, en la historia del ARS hay un antes y un después de la permanencia.
P.O.: Vos integras la Agrupación Clasista 1°de Mayo…
C.R.: Si. nacimos como fruto de la experiencia del año anterior y nos hemos agrupado sobre bases claras: somos clasistas y antiburocráticos, y eso en nuestro gremio significa delimitarse del degenarismo, burocrático y agente de la patronal. Tenemos el orgullo de haber estado desde el primer momento llamando a la lucha salarial y defendiendo la permanencia, a la vez que fuimos los únicos que denunciamos públicamente las maniobras de la burocracia. En definida, en el ARS el clasismo camina y crece.