Sindicales
21/1/2020
Ataque a los despedidos ferroviarios en lucha
El gobierno responde a los reclamos con zona liberada para las patotas.
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En la tarde del lunes 20, un importante núcleo de trabajadores ferroviarios que reclamaban la reincorporación a sus puestos de trabajo sobre las vías de estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki (exAvellaneda) del ferrocarril Roca fueron atacados por un grupo de personas no identificadas. Uno de los manifestantes debió ser hospitalizado por un fuerte traumatismo en el cráneo. Los despedidos denunciaron que se trató de una patota impulsada desde las direcciones sindicales de la Unión Ferroviaria y La Fraternidad. Además, denunciaron que las fuerzas de seguridad liberaron la zona.
La utilización de patotas para disolver conflictos obreros tuvo su mayor impacto con el asesinato de Mariano Ferreyra en 2010. Ya en 2006, una patota encabezada por Sergio Omar "Tuta" Muhamad, vinculada al por entonces jefe de gabinete Alberto Fernández, agredió a trabajadores del Hospital Francés en lucha. En 2011, personal vinculado a la misma patota atacó a docentes porteños. La tercerización de la represión ha sido toda una insignia del kirchnerismo y sus socios.
El ajuste sobre rieles
El reclamo de los trabajadores se encuadra en el marco de una política de ajuste brutal que continúa implementando Trenes Argentinos en todas las líneas: despidos encubiertos, sanciones, persecución, arrebato de conquistas vía modificación de convenio, paritarias a la baja, cierre de ramales.
Omar Maturano (La Fraternidad) y Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) fueron los principales socios políticos del macrismo en el plan de achique. La reforma del convenio en la UF y las paritarias a la baja en todos los gremios ferroviarios fueron absolutamente inconsultas. No existe instancia deliberativa ni resolutiva de la base ferroviaria. Los gremios ferroviarios fueron cómplices de la disolución de Ferrobaires en 2018, que dejó a más de 100 localidades sin servicio y cerca de 1.500 despedidos.
Frente a las suspensiones arbitrarias y despidos encubiertos, las direcciones sindicales miran para otro lado, explotando a la vez el efecto disciplinador que provocan estos ataques de la patronal. Un mecanismo de regimentación que, sin embargo, acumula tensiones que tarde o temprano deben resolverse.
Los despidos de personal de planta permanente y los "retiros" compulsivos apuntan a la eliminación de especialidades ferroviarias enteras (guardabarreras, boleteros) y al avance de la tercerización.
Gracias a la colaboración de las direcciones sindicales, Trenes Argentinos y sus subsidiarias actúan con total impunidad. Sin embargo, la lucha de los ferroviarios pone límites. Hace un año, los tercerizados de MCM se organizaron gremialmente y convocaron a elecciones de delegados. Sufrieron el despido de los delegados electos y de activistas. Hoy, fallos de primera y segunda instancia en la justicia laboral intiman a MCM a reintegrarlos a sus puestos. Sin embargo, la empresa sigue en rebeldía, mientras sindicatos y Ministerio de Trabajo hacen la vista gorda. En los próximos días, tendrá lugar una audiencia junto a tercerizados del Sarmiento que reclaman la reincorporación frente a despidos masivos en el sector desmalezado.
Trenes Argentinos recientemente debió reincorporar a un brigadista de planta permanente en un fallo similar por persecución gremial.
Las presentaciones en la Justicia son parte de todo un paquete de iniciativas de los trabajadores que incluyeron asambleas masivas en Plaza Constitución, liberación de molinetes, agitación en las vías, movilizaciones al Ministerio y a la sede de la empresa.
En el caso de MCM, importa señalar la responsabilidad que le cabe al Sindicato de Trabajadores de la Vigilancia Privada, enrolado en la CTA, que no ha resuelto una sola acción de lucha, ni en MCM ni mucho menos en el resto de las empresas.
Otra vez el negocio de las tercerizadas
El negocio de la tercerización en el ferrocarril salió a la luz tras el asesinato en manos de una patota sindical de nuestro compañero Mariano Ferreyra en 2010. Bajo el kirchnerismo, “el sindicalismo que construye”, según palabras de Cristina Kirchner, organizó una red de empresas fantasmas ligadas al Estado y a los concesionarios de transporte, que constituían un negocio millonario. El ‘capomafia’ de todo este armado, José Pedraza, fue detenido en su piso de Puerto Madero. El sicario, Cristian Favale, era un conocido barrabrava de Defensa y Justicia. Por entonces se conocieron audios del entonces ministro de Trabajo, Carlos Tomada, asesorando al sindicalista. La pus llegaba hasta lo más alto del poder.
El crimen de Mariano puso al desnudo a las diferentes piezas del poder de la burguesía: gobierno, Justicia, servicios de inteligencia, fuerza de seguridad, burocracia sindical, barrabravas. El negocio de las tercerizadas hoy vuelve a ganar terreno en el ferrocarril.
Por una nueva dirección en el movimiento obrero
Los ferroviarios, junto a la clase obrera y el resto de los trabajadores, debemos luchar por una nueva dirección. La burocracia sindical adicta al gobierno de turno no ofrece ninguna perspectiva. En el marco de un pacto social en marcha para garantizar un ajuste draconiano, al servicio del pago de la deuda, esta necesidad es imperativa. Esa nueva dirección que necesitamos va a forjarse en las luchas, va a surgir como conclusión de las batallas que el movimiento obrero entabla diariamente.
Expresamos nuestro absoluto repudio al ataque contra los ferroviarios. Exigimos la satisfacción inmediata de los reclamos de todos los ferroviarios. Rechazamos todo ataque a las luchas obreras. Reincorporación inmediata de los despedidos, reapertura de paritarias ya, basta de despidos y suspensiones, defensa de las especialidades.