Sindicales
5/10/2017|1477
ATILRA: La burocracia entrega conquistas históricas de los trabajadores lácteos
Polifuncionalidad, liquidación de horas extras y presentismo
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Esta semana, los trabajadores de la industria láctea fueron informados de que ya está cerrado el acuerdo para la modificación del convenio colectivo de trabajo. Los delegados congresales de las diferentes fábricas concurrieron a una reunión informativa en el sindicato (Atilra, conducido desde hace 30 años por el burócrata Héctor Ponce), para conocer los detalles de las negociaciones y aprobar los cambios en el convenio, que suponen una entrega de conquistas históricas de los trabajadores lácteos.
Entre los puntos fundamentales del acuerdo está el establecimiento de un premio al presentismo y a la puntualidad que obliga al trabajador a concurrir a la fábrica aún estando enfermo él o un familiar cercano ya que, en caso contrario, lo pierde. Y no se trata de una cifra menor, ya que alcanza al 20% del salario básico de la categoría en la que reviste el trabajador.
Se incorpora la polifuncionalidad. Así, pasan a desconocerse las categorías del convenio ya que, las mismas, “deberán complementarse con los principios de multifunción y elasticidad funcional para el logro de una mejor eficiencia”.
Ello implica “la facultad del empleador de asignar al trabajador a sectores, funciones y/o tareas diferentes de las que en principio le sean propias, en atención a la finalidad de eficiencia operativa”, es decir al designio y las necesidades de las patronales, lo que les abre la posibilidad de utilizar la facultad, incluso, para represaliar al activismo.
La burocracia de Atilra acordó, en abierta posición propatronal, que estas facultades se dan “en un todo de acuerdo con los objetivos irrenunciables de mantener y/o aumentar la eficiencia del establecimiento”.
Como una manera de liquidar las horas extras, el convenio establece que las empresas podrán tomar personal a tiempo parcial para los sábados, domingos y feriados, pagándoles un salario normal, es decir sin ningún tipo de recargo.
También avanza a la baja sobre el régimen de licencia por matrimonio y por mudanza, el régimen de trabajo por turnos y se establece el congelamiento del salario homologando un 13,9% para todo el año.
A esto se le suma que los trabajadores de maestranza, seguridad y comedor quedan fuera del convenio lácteo, perdiendo más de la mitad de su salario y con la posibilidad de perder sus puestos de trabajo.
Ante semejante ataque a los derechos adquiridos, a los trabajadores se les negó la posibilidad de debatir en asamblea, colocándolos como convidados de piedra ante los hechos consumados.
En la reunión de delegados, se aprobó la reforma con 74 votos a favor y 22 votos en contra (Atilra Capital y Mendoza votaron en contra). La votación no fue en aguas calmas.
Desde la Coordinadora Sindical Clasista (CSC) planteamos: asamblea por fábrica para discutir esta reforma y que se vote en asamblea general del gremio, así como se hizo recientemente en el Sindicato de Trabajadores del Neumático (Sutna), que marcó el camino y cambió la correlación de fuerzas entre las patronales y los trabajadores.
Llamamos a defender las conquistas de todos los trabajadores lácteos con la unidad de clase. Por paritarios electos en asamblea, por la apertura de los libros de las empresas, por la ocupación de toda fábrica que cierre o despida masivamente, por un paro nacional y plan de lucha.
El pasado 30 de septiembre se realizó un plenario sindical en apoyo al Frente de Izquierda y de los Trabajadores, con la presencia de 3.000 delegados antiburocráticos, con la perspectiva de derrotar el pacto Macri-CGT mediante un plan de lucha.
Una de las principales resoluciones fue convocar a una movilización el jueves 12 de octubre, para demostrar en las calles que el movimiento obrero cuenta con reservas de lucha para enfrentar la reforma laboral.
Invitamos a los trabajadores lácteos a contactarnos, a movilizarse y a formar parte de la construcción de un partido obrero que defienda los intereses de nuestra clase.