En asambleas generales breves y tensas, todos los brazos obreros se levantaron en Atlántida para votar la renovación del convenio de 4 turnos de 6 horas hasta el 21 de marzo de 1996. El acta incluye una cláusula de estabilidad laboral y ratifica las condiciones salariales y de trabajo del año anterior (se había logrado un aumento del 11 por ciento).

No todo quedó igual, sin embargo; por requerimiento patronal, dos secciones volvieron a 3 turnos, se reasignaron puestos y se discutieron algunos cambios en modalidades de trabajo mediante un debate colectivo abordado por comisiones obreras de sección a la par de Comisión Interna, avaladas por asambleas de los sectores.

La lucha arrancó un mes y medio atrás, el 10 de junio, cuando una asamblea en el cine Garín, con la concurrencia de 257 gráficos, votó por unanimidad un programa y la forma de llevarlo adelante:

a) Renovación del convenio de horas, ningún despido.

b) Pedido de un 4% de aumento.

c) Rechazo de todo premio y en particular del plan de “sugerencias” implementado por la empresa.

d) Discusión colectiva de las condiciones de trabjao requeridas por la empresa

e) Rechazo del cheque en blanco pedido por la patronal a través de “un cambio de actitud”, que abarcaba desde la más amplia multifuncionalidad hasta la aceptación de todo tipo de premios y la autocrítica de nuestros paros.

f) Ocupación de planta en caso de despido masivo.

h) Insistir mediante un petitorio masivo (más una colecta de 1.000 pesos) en la reincorporación de un despedido (por una sustracción menor) por el que paramos toda la planta durante un turno de 6 horas.

Ingresamos a la negociación ante una patronal encrespada por el paro masivo que hicimos el 21 de abril y por la huelga contra el despido del compañero de encuadernación.

Simultáneamente, Perfil discontinuaba 90 compañeros, con la total eliminación de los contratados y retiros voluntarios y forzosos de un número de compañeros que tiende a ampliarse en los próximos días. Esta realidad es la de todo el gremio y el movimiento obrero

El voto unánime de las 6 horas constituyó un salto político colosal, porque un año atrás, un frente de la burocracia ongarista, ciertos derrotistas, elementos patronales tradicionales y otros “amontonados” había arrastrado al 30% del taller a votar en contra de las 6 horas, atrás de la ilusión de las horas extras.

La Comisión Interna cerró su balance político con propuestas de acción conjunta hacia las comisiones antiburocráticas del gremio gráfico, para reclamar una inmediata reunión con la Comisión Directiva del Sindicato en la que exigiremos la formación de una comisión contra la desocupación y la convocatoria al gremio para luchar por las 6 horas, por una ley contra despidos y suspensiones, contra la rebaja salarial y contra la privatización de la salud.

También votamos llevar este programa al movimiento obrero de la Zona Norte, asolado por la hiperrecesión, en la perspectiva de un Plenario de Trabajadores de la zona.