Sindicales

24/4/1997|536

Atlántida sigue luchando

Al cierre de esta edición, los trabajadores de Atlántida llevaban ya 52 días de lucha, en una demostración contundente del grueso error de los Vigil al creer que el desalojo de la planta ‘cancelaba’ el conflicto.


Ante la sorpresa de la patronal, que esperaba una retirada en masa, la lucha y las actividades de los huelguistas siguen tan firmes como la solidaridad y apoyo del resto de los trabajadores gráficos y del conjunto del movimiento obrero; otro de los cimientos que solidifican el combate de los compañeros de Atlántida.


El ‘trucho’ Vigil, procesado por el contrabando de autos de lujo, no pudo, tampoco, mantener el verso del ‘cierre’ por recurso de crisis. Así lo reconoció él mismo en las solicitadas que publicó en sus revistas, infamando de paso a sus trabajadores, y así también lo pudo comprobar el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires. Efectivamente, el pasado lunes 14, el Ministerio provincial citó a la interna para realizar una inspección ocular de la planta de Garín. Allí la patronal está haciendo trabajar a jefes y operarios contratados violando todos los términos legales, deschavando que no hay tal crisis ni tal cierre. En esa oportunidad, la patronal impidió el paso de la interna y obligó a los funcionarios a esperar más de una hora, mientras ‘llevaba’ a los trabajadores contratados, clandestinamente, a la planta contigua de AyC, de tal forma que no se pudiera comprobar que el taller estaba en actividad. La presencia en planta del Ministerio de Trabajo y sus acciones futuras son producto de la vigencia y la vitalidad de la lucha planteada.


Existe un esfuerzo desesperado de la patronal de normalizar la producción en la planta, síntoma claro de los efectos del conflicto.


Desde la olla popular, punto de organización de los trabajadores y de las combativas comisiones de mujeres y de hijos, se puso en marcha desde ese mismo lunes, como en los mejores momentos de la ocupación, el piquete permanente de ‘peaje’ en la mismísima puerta del taller de Garín, y el miércoles 16, en un piquete masivo que bloqueó la entrada, doscientos trabajadores impidieron durante horas el ingreso y la salida de camiones de Atlántida, actividad a la que se sumaron representantes del movimiento obrero de la zona Norte y un importantísimo número de comisiones internas gráficas, de la UTA, de UPCN, centros estudiantiles, hijos, esposas y vecinos, en apoyo militante con la lucha de los compañeros gráficos.


Al término de esa extraordinaria movilización, con un ánimo de lucha intacto y una impecable organización, los trabajadores de Atlántida, movilizándose en micros masivamente, ‘ocuparon’ las entradas del Palais de Glace. Vigil presentaba allí una exposición de fotos históricas de”El Gráfico”, con presencia de toda la prensa y emisión en directo de un programa radial especial. Los gritos de los trabajadores, de sus mujeres y de sus hijos, le aguaron la fiesta. La policía montó un operativo descomunal para evitar el ingreso de los manifestantes y, durante horas, Vigil, sus jefes, sus familiares y sus invitados debieron permanecer recluidos, ante el temor de enfrentarse, cara a cara, con los trabajadores en lucha.


Es esta voluntad de lucha la que encarna y alimenta la solidaridad internacional de los trabajadores gráficos de Latinoamérica, de la que ya hemos dado cuenta en estas páginas. Ahora, además de la decisión de no imprimir las revistas de Vigil y de colaborar con el fondo de huelga, llueven telegramas de solidaridad con los compañeros gráficos a los ministerios de Trabajo de la Nación y de la Provincia, reclamando la inmediata reincorporación de todos y cada uno de los obreros de Atlántida. En la próxima semana, para fortalecer aún más el conflicto, se espera la presencia en el país de importantes representantes del movimiento obrero latinoamericano dispuestos a acompañar a los trabajadores gráficos en lucha.


La solidaridad internacional contrasta con la actitud de la dirección del Sindicato Gráfico Argentino, que desoye el reclamo de los delegados y activistas de decenas de talleres, de solidaridad activa con los trabajadores de Atlántida.


Es en esta perspectiva que, en esa usina de unidad y de elaboración de lucha que es la olla, los trabajadores de Atlántida se preparan para continuar su huelga con una amplísima batería de actividades, piquetes, peajes y movilizaciones, y la convocatoria para la semana próxima de un masivo acto en solidaridad con su lucha.


Extraordinaria movilización de talleres gráficos


La Ley, Perfil, Ciccone, Morvillo, Editorial Panamericana, AyC, Ipesa, Crónica, La Nación, Zuppan 1, Talleres Salesianos, Muresco, Lorileaux, son algunos de los nombres de una impresionante corriente de adhesión a la huelga que ha generado el conflicto de Atlántida, en una realidad de movilización del gremio gráfico que no existía desde hace décadas.


La permanente solidaridad de los talleres, que han reivindicado al gremio, superando la traición de la burocracia, retomando tradiciones de lucha históricas, como no imprimir las revistas de otro taller en conflicto, se expresa, además, en la sistemática colaboración con el fondo de huelga, y en la masiva simpatía que ha generado la declaración “Vigil miente”, en la que la CI de Atlántida retruca todas las infamias de las solicitadas de Vigil.


Esta nueva situación del gremio, frente a la cual Atlántida actúa como el verdadero sindicato –realizando piquetes, promoviendo asambleas, convocando a movilizaciones, etc.–, es el reconocimiento de parte de los trabajadores gráficos a una lucha consecuente contra los despidos, la flexibilidad laboral, los vaciamientos patronales, a los cuales se enfrenta el conjunto de los trabajadores gráficos, y el testimonio de las enormes reservas del gremio que, superando a la burocracia, se ha puesto en pie de lucha.


Esta corriente de simpatía con Atlántida está cimentando bases ciertas de recuperación del sindicato para colocarlo al servicio de los trabajadores, como lo demuestra la firma masiva en ciertos talleres de un petitorio que exige al Sindicato Gráfico Argentino la convocatoria a un plenario general de delegados y a una asamblea general de gremio, para sacar un plan de lucha por Atlántida que unifique a todas las luchas del conjunto del gremio.


Así, la lucha de Atlántida deberá abrir paso a un definitivo proceso de recuperación del sindicato, expulsando a la burocracia entreguista de Ongaro, que se ha ganado el mote de traidor, para los gráficos argentinos y de toda Latinoamérica.