Sindicales

3/4/1997|533

Atlántida Una victoria en toda la línea

“Atlántida sigue ocupada por sus trabajadores”. Con este título y en medio de la algarabía incontenible de los trabajadores, la Comisión Interna emitió su último comunicado en la jornada histórica del 1o de abril. Minutos antes se habían retirado, del interior y del exterior de la planta, más de 1.000 efectivos de la policía provincial y de la infantería que habían cercado la fábrica de Garín desde la madrugada.


El operativo tuvo todas las características de una conspiración guiada por la patronal. Los efectivos policiales cercaron la planta y luego penetraron, rompiendo alambradas y accediendo violentamente por el taller contiguo —Cochrane—, sin orden de desalojo, con el sólo argumento de identificar a los trabajadores ocupantes. ¿Quién ordenó el ingreso por la fuerza y la intimidación abierta a los obreros de Atlántida? Para la patronal el 1o de abril era el día ‘D’ de su ofensiva. Ese día estaba previsto el cierre ‘trucho’ de Atlántida y la habilitación a pleno de Atlántida y Cochrane, el emporio formado por la misma patronal —Vigil— con trabajadores flexibilizados y jornales de miseria. El impresionante operativo policial y el ingreso por la fuerza —”el mayor que recuerdan los compañeros desde la ocupación de Ford”— tenía el propósito de imponer el desbande obrero e imponer el ‘cierre’ del conflicto en las condiciones fijadas por la empresa. La‘identificación’ de los compañeros servía, de paso, al objetivo patronal de amedrentar con el no pago de las indemnizaciones y la amenaza de procesos penales.


Todo este operativo tuvo una ‘voz de orden’ en la Casa Rosada, con Corach anunciando, a las 8.30 de la mañana, que “la planta se está desalojando en este momento por una orden judicial” (La Razón, 1/4). Lo que no pudieron prever ni Vigil, ni la ‘justicia’, ni Corach, ni los efectivos de la represión fue la decisión infranqueable de los trabajadores de Atlántida, y de los centenares que fueron agolpándose en las puertas de la planta para rechazar el desalojo. Nadie aceptó ‘identificarse’, nadie aceptó declarar, nadie planteó una palabra de ‘arrugue’. Confinados en un momento en el playón de la planta los compañeros mantuvieron la ‘pulseada’ en medio del asedio, al calor de la solidaridad obrera y de la ruptura del ‘cerrojo’ periodístico montado por las patronales de los medios de difusión.


El paro de Atlántida y Cochrane


En las puertas del taller fueron sumándose presencias de la zona norte y el conurbano: contingentes obreros de La Salteña, Ciccone, Terrabusi, Transportes del Oeste, docentes del Suteba de San Fernando y de Tigre, judiciales, una presencia permanente de dirigentes del CTA zonal. Los diputados Mary Sanchez, Juan Pablo Cafiero y Floreal Gorini se hicieron presentes desde las primeras horas del día acompañando las denuncias de los trabajadores y presentaron, junto a los abogados de los ocupantes, un recurso de amparo contra la manifiesta ilegalidad del operativo.


El punto mas alto de esta corriente de solidaridad fué el paro de dos horas de la planta Cochrane, el abandono de sus trabajadores y la asamblea que se hizo a viva voz —desde arriba del techo de la planta— entre los gráficos de uno y otro taller. Allí, en uno de los momentos mas emotivos de la jornada, los compañeros de ambas plantas reclamaron al Sindicato Gráfico Argentino un inmediato paro contra la represión y en defensa de los reclamos de los trabajadores en lucha.


El inmovilismo de las fuerzas policiales luego del primer asalto, la creciente presencia de trabajadores y familiares en las puertas de la planta, el eco de la resistencia en decenas de medios fueron dando la pauta del desenlace final. Al atardecer, los efectivos policiales comenzaron el repliegue. Corach había anunciado el desalojo de la planta diez horas antes “pero ello no ocurrió, al menos en lo inmediato”, como tuvo que comentar La Razón de la tarde del 1o.


Junto a la presencia física del cordón obrero, llegaron las adhesiones y la solidaridad activa de los obreros gráficos de otros países. De Cochrane Chile (donde Vigil mandó hacer Para Ti), o de Brasil, en un mensaje “urgente” del Sindicato de Trabajadores de las Industrias Gráficas de Jundiai y la región, según el cual “podem ter certeza” los compañeros de Argentina que “no permitiremos el uso de trabajadores brasileños para cubrir la producción transferida, en caso que venga para la Globo Cochrane de Brasil”.


Exhaustos pero fortalecidos, los trabajadores reunidos en asamblea reafirmaron la campaña nacional por el boicot a las revistas, llamaron a reforzar los piquetes obreros para impedir que se impriman publicaciones de Atlántida en otras editoriales (el viernes 28 un masivo piquete quebró el intento en Ipesa y estuvo a punto de lograrlo en Conforti) y reafirmaron la convocatoria al acto que ya es masivo el jueves 3 en Garín.


Así, esta lucha puede triunfar.