Sindicales

2/6/2024

Automotrices y autopartistas en caída libre

Cómo lo enfrentamos los trabajadores.

Crisis en el sector automotriz

La caída de ventas en el mercado automotor, y la crisis laboral que hay en la industria automotriz, no solo afecta a las terminales fabricantes de automotores, sino a todas las fábricas autopartistas que son proveedoras directas de las automotrices y desde luego indirectamente a todos los sectores dependientes de las bonanzas temporales que suelen tener las empresas metalmecánicas. Las consecuencias de esta coyuntura socio-política recaen directamente sobre las y los trabajadores que sufren un constante deterioro de sus ingresos económicos, ya sea por despidos o por suspensiones con baja salarial.

Las empresas, que durante años han obtenido ganancias exageradamente altas, desde luego no quieren hacerse cargo de la crisis y la descargan en sus operarios. La mejor forma de afrontar la mala situación sería la repartición de las horas de trabajo entre todas y todos los trabajadores sin disminución del salario, para que nadie se quede sin trabajo, ni suspendido al 70% de su sueldo.

Lógicamente si las terminales automotrices tienen problemas de producción, las empresas autopartistas replican la situación en sus plantas. Es el caso, por ejemplo, de Yazaki, proveedora de tableros y mazos de cables de Toyota, que viene achicando su plantilla de operarios con suspensiones rotativas y, peor aún, con despidos por “goteo” donde reiteradamente los compañeros llegan al molinete de entrada y “rebotan” sin poder ingresar. Lo mismo sucede en distintas empresas del sector como Pilkington, Metalsa, Lear, etc.
En un artículo de “En Defensa del Marxismo” queda bien clara la disputa a nivel mundial que existe por el mercado de autos eléctricos, y quién se posiciona mejor ante el avance de las nuevas tecnologías, una discusión entre empresas que representan intereses de países imperialistas, a quienes solo les importan sus mega ganancias, dejando de lado las consecuencias por dicha disputa, consecuencias que sí sufren las y los trabajadores de las industrias en general y en particular en las automotrices, donde en nombre de ser competitivos a nivel global deben soportar la saturación de los ritmos de producción, y sufrir en carne propia los problemas físicos y psicológicos tratando de cumplir con la productividad.

Evidentemente las patronales han tomado la decisión de hacer un cambio sustancial en la composición de sus planteles obreros, están “descartando” a las y los compañeros con enfermedades profesionales y crónicas, o aquellos que consideran no calificados para los “nuevos tiempos”.

Las empresas industriales ven cómo caen sus ventas, por ende sus ganancias, y ante este panorama solo piden que se apruebe la reforma laboral y que se le den beneficios fiscales para poder afrontar la crisis, esto solo significa peores condiciones para las y los trabajadores.

Cómo salimos de esta situación

Todo este ajuste es posible por el acompañamiento de alguno gremios, en particular del Smata, que en varias de las terminales automotrices ayuda a confeccionar las listas de los despedidos, argumentando que los despidos son puntuales con compañeros que no se adaptan a las exigencias del mercado laboral y haciendo creer a los que “zafan” que no deben hacer nada por “los vagos” o “los rotos” porque corren el riesgo de entrar en “la lista negra”.

Las y los trabajadores metalmecánicos entran así en una disyuntiva, por un lado sienten el temor de perder el trabajo, pero por otro lado necesitan hablar y tratar de denunciar el accionar de quienes deberían defenderlos ante el ataque empresarial. Esta situación quedó al descubierto en una actividad de volanteada que se hizo en la puerta de una terminal automotriz de zona norte de Buenos Aires, donde los compañeros expresaron su bronca contra el gobierno actual, al cual muchos acompañaron con su voto, hartos de las malas condiciones que venían sufriendo con el anterior gobierno. Pero quedó claro rápidamente que Milei no acrecentó sus “esperanzas”, sino que, por el contrario, los golpeó con un brutal ajuste. Esto nos abrió la posibilidad de diálogo con un movimiento obrero sumamente importante en el sector industrial, donde la propuesta principal fue poner en práctica los métodos históricos de lucha en la clase trabajadora, en que la experiencia generó una conciencia y nos dio herramientas, como las asambleas en planta, paros, piquetes y movilizaciones, exigiendo a los representantes sindicales que se pongan al frente del reclamo o en consecuencia organizarse sin ellos, y ser los trabajadores en su conjunto quienes defendamos el futuro de nuestras familias.

El argumento de Milei según el cual el ajuste lo está pagando “la casta” se diluye cuando los únicos que estamos perdiendo frente a la inflación y frente a los tarifazos somos todos los trabajadores. Fundamentalmente porque los salarios, ni por asomo, acompañan los aumentos de los servicios, el transporte, los alimentos, los medicamentos, los alquileres, etc, etc.

Para poder enfrentar el avance de las patronales debemos tomar como faro la lucha que están dando los compañeros del gremio del neumático, el Sutna, haciendo asambleas y movilizaciones, exigiendo la reincorporación inmediata de los despedidos, sin dejar de luchar por mejores salarios y mejores condiciones laborales.

Es necesario, por todo esto y por lo que se viene si se aprueba la Ley Bases, llamar a una masiva movilización para los días que se trate la ley en el Senado convocando a los sindicatos, a las agrupaciones sociales, estudiantiles,a las asambleas populares, a todos los trabajadores ocupados, desocupados y jubilados, exigiendo un paro de 36 hs a las centrales obreras CGT y CTAs. Para dejar en claro que el pueblo obrero no está dispuesto a retroceder ni un paso sobre los derechos adquiridos, y poner en marcha un plan de lucha hasta terminar con Milei y su plan hambreador.